Marta – Han pasado diez días ya… ¿Y no has terminado la bendita rendición anual? (sorprendida y llevándose las manos al rostro, todavía parada frente a mi escritorio)… ¡No me lo creo de ti, Sara! Sara - ¡Basta, Marta! (sonriendo irónica mientras miraba mis papeles)… ¿solo vendrás a mi oficina para recordarme que trabajo mucho y debo parar? Marta - ¡Claro que no! (poniéndose cómoda y mientras yo levantaba la vista para mirarla fijamente) También he venido a traerte esto… (muy sonriente, estirando su mano hasta que tomé el sobre que tenía en ella) Sara – Y esto… ¿qué es? (mirándolo con muchas dudas mientras le daba vuelta y venía que estaba cerrado y que no tenía nada escribo. Viniendo de ella… ¡podía ser cualquier cosa!) Marta - ¡Pues ábrelo y te enteras! ¿no? (animándome con un gesto d