Capítulo 9

2928 Words
Que mejor distracción podría haber conseguido después de seguir furioso por esa aberrante comparación, que elegir de su lista de deudores una víctima para descargar su coraje, pero pese a ello, Yuri no podía quitar de su cabeza esos ojos abatidos mirándolo con desprecio y miedo, su llanto angustiante que todavía tintineaba en sus oídos, mierda, se había comportado como un maldito verdugo ante ella, por primera vez se sentía mal por ello, por primera vez sentía culpa de algo, era tan extraña esa sensación que le oprimía el pecho y lo ponía de mal humor no quería ser el monstro que es. Al parecer sin darse cuenta de que manera, la irá, ese sentimiento violento que lo ha acompañado desde su adolescencia ahora se revelaba en su contra, y ése mismo sentimiento luchaba por mandar todo al carajo, por qué él era una maldita bestia, un demonio sin sentimientos e importarle ese detalle lo haría un débil y durante su entrenamiento en la Bratva le dejaron claro que no estaba permitido serlo. Sus pensamientos son un total lío. "Las mujeres son un estorbo en un mundo como en el de nosotros". Palabras que se prolongan constante en su cabeza, desde el primer momento que pertenece a la Bratva, organización conocida por tener a los mejores asesinos, fríos y meticuloso por ello el nombre de la mafia roja, destruyen todo a su paso, les gusta derramar sangre sin importar nada, ni nadie. Es por eso qué se creé que al estar comprometidos sentimentalmente los aleja de sus objetivos y pacto con la organización he ahí la batalla consigo mismo desde aquél encuentro con Elizabeth. A pesar de ello no podía simplemente dejarla ir, la quiere para él aunque no podía comprender su capricho hacía esa mujer, su inocente rostro, fragilidad, quizás es lo han metido está locura, no lo sabe a ciencia cierta pero sea lo que sea cumplirá el no dejarla ir nunca, parece egoísta pero es parte de su temperamento y entre más se resista o más imposible se vuelva para él, más aumentará su deseo, ya no le importa ningún prejuicio. No obstante por ahora lo mejor será no verla por unos cuantos días, sus palabras habían golpeado su ego y no pretende que ella conozca su lado obscuro, no todavía. Llegó al Club, que era su primer parada antes de cobrar el alma de su deudor, Dmitry ya se estaba encargando de localizarlo para postrarlo a sus pies, así que no estaría mal un buen trago del mejor vino antes de empezar el espectáculo. Pero no tenía ganas, mucho menos humor de tratar con la multitud o el alboroto de la música que también lo irritaba. Por ello avanzó hasta su oficina que se encontraba al fondo del segundo piso, sin embargo para llegar, forzosamente tenía que pasar por la sección VIP dónde visualizo a Bogdanov sentado en unos de los sillones de piel dónde dos hermosas modelos a sus costados lo acariciaban y trataban como si fuera su dios, mientras él inhaló droga frente a ellas. Una escena repugnante. "La magia del dinero y poder". Pensó Yuri en su interior ya que ése hombre no es mejor atractivo que alguna bella mujer como ellas pudieran considerar. En la barra pudo ver a Viktor Petrov. Deseaba tanto que se quedara por tiempo indefinido en las Vegas pero no le fué posible su deseo, el hombre era un problema más en su vida y tenía tantas ganas de acabar con el problemita pero siempre tenía en cuenta el código de la Bratva que se lo impedía. En fin, lo único bueno por hoy, es que si él estaba en el bar eso significa que su hermana Ivanna, la trepa pollas no podría venir para atosigar con sus cursilerías —¡Hey, Yuri!. Lo llamó Bogdanov a su mesa. Para lo cuál mostró consideración aceptando esa invitación que le hizo con la mano para que lo acompañara. Sin siquiera saludar tomó asiento en el sillón frente a él y de inmediato Bogdanov le indico a una de las chicas qué fuera con él, compartiría una de sus mujeres y eso le causó sorpresa a Yuri. La chica obediente se sentó en una de sus piernas, mientras prácticamente lo desvestía con los ojos. Por supuesto a Yuri, no le incomodaban ésas miradas, estaba acostumbrado y le gustaba que las mujeres lo mirarán con lujuria y deseó más aún cuando se trata de una linda mujer como está. —Whisky o Vodka. —ahora lo complacía con alguna de su bebida favorita. El rubio miró fijo tratando de descifrar su amabilidad. —Whisky, estará bien. —le indico al mesero. —En la próxima reunión con la familia... —le intento explicar el viejo pero Viktor los interrumpió. —Cuando será el día que conozcamos a la zorra que te estás follando. —inquiere despectivo, tomando por la cintura a la chica que lo acompaña, su "novia en turno" o simplemente alguna dama de compañía. —Tan fea es que no permites que nadie la vea. Ya era un hecho pero ahora lo confirmaba, el rumor de que Elizabeth se encontraba en su casa ya se había corrido por toda la organización y aunque le fuera indiferente, que no lo es, no permitirá que nadie ajeno la miré, mucho menos que le falten el respeto y ahora Viktor estaba a nada de arrepentirse de sus palabras a un cuándo el pobre era ajeno de que había presionado el botón que activó la necesidad de protección, otro lado que ni el mismo Sennikov conocía hasta que ese golpeteo de su sangre por las venas debido al violento enfadó que provocó esa desfachatez y que solo lo sentía a la hora de matar, despertó su lado obscuro. De golpe se puso de pie empujando el cuerpo de la joven la cuál perdió el equilibrio de tan abrupto movimiento y casi cae al piso pero no le importó a Yuri, tomó del cuello a Viktor bajo una mirada severa e intimidantemente aterradora, los dedos los estrujaba fuerte en su manzana de Adán con tal brutalidad casi hasta asfixiarlo pero Viktor no hacía nada para librarse de su agarre, era ya tarde para hacer algo al respecto, a pesar de que se estaba quedando sin aire eso nunca lo haría sobajarse, él también lo miraba de la misma manera soportando el dolor. En ese momento la advertencia era clara para Viktor pero aún así, Yuri quiso que lo escuchará salir de su boca ya que no solo se trataba de Elizabeth. —Deja de meterte en los que no son tus asuntos, o la próxima te romperé el cuello con mis propias manos. Te guste o no yo tengo un rango mayor en esta organización y no te queda más que obedecer, de lo contrario, sabes de lo que soy capaz. No soy un hombre tolerante y contigo lo he sido. Viktor le hecha una mirada a Bogdanov esperando que lo ayude sin embargo este no piensa meter las manos al fuego por él, la insolencia que mostró no tiene méritos mucho menos fundamentos, así mismo, le es más conveniente estar del lado de Yuri. Al no sentirse apoyado y cuándo Yuri ya había aflojado el agarre resopló bajo una mirada odiosa, clavando sus ojos en el rubio al cuál miraba con cierto rencor pero tenía que aguantarse al menos si no quería morir. —Púdrete. —Viktor habló en lo bajo apretando los dientes haciendo que una vena en su frente se hiciera más prominente. No es de su agrado que le recuerde todo el poder que tiene sobre él, es humillante, sobre todo cuando el jefe pudo haber sido él. Decide alejarse de ellos, empujando la mano de Yuri. Fué entonces que Yuri se relajó volviendo a sentarse, le fascinaba su superioridad, no existía la persona que pudiera doblegarlo. Para celebrarlo tomó de un solo trago el vaso de whisky que le habían llevado pidiendo al tiempo qué el mesero dejará la botella, el cuál obedeció. —De eso te quiero hablar. —intervino el viejo regordete de Bogdanov. —Viktor es un estúpido, ¿Te gustaría que un imbécil como él fuera tu sucesor en la Bratva?. Lo observó sin entender. Para que alguien lo reemplazara faltaba mucho tiempo al menos que muriera antes y el pensar en alguien que pudiera enfrentarlo era ridículo, no obstante solo movió la cabeza sonriendo entre dientes, una sonrisa que se antoja sombría. No era necesario responder, era más que obvio que Viktor es un imbécil así que solo dejó que interpretará su silencio. Aquél hombre curveo en sus labios una sonrisa muy parecida a la de Yuri y continúo hablando —Estas por cumplir treinta, es hora de procrear a tu sucesor, alguien de tú sangre al que puedas moldear desde pequeño y sea digno de dominar el territorio. Solo no cometas el error que cometió Denis con este estúpido idiota. Denis Petrov, fue el anterior líder de la Bratva, padre de Viktor e Ivanna. Antes de morir en manos del cáncer, siempre deseo que su primogénito tuviera el coraje y carácter para ser líder, sin embargo si quería que la organización ganará poder de expansión, tenía que elegir a otro y para eso escogió a Yuri a quién tuvo oportunidad de forjar hasta verlo convertido en la bestia sanguinaria sin sentimientos que siempre quiso. —¡¿Perdón?! —cuestiono con sorpresa arrugando el entrecejo. —Puedes darte cuenta de la manera en la que estás hablando, no soy un maldito banco de espermas para la organización. Gruñó tomando un gran trago de la botella de whisky. La idea de tener hijos jamás le ha pasado por la cabeza su vida no es tan honorífica, mucho menos de orgullo como para corromper un pequeño y hacer que siga sus pasos. —Yo solo digo que puedes aprovechar a la chica que tienes en tú casa. —encogió los hombros luego de joder con sus palabras. Molesto por todas esas tonterías de pronto sintió el cosquilleo de usar la navaja que siempre llevaba consigo cortando de a poco la lengua de ese maldito hablador metiche. Pero mostrar alguna clase de emoción ya sea positiva o negativa solo le daría la razón de que Elizabeth le interesa y eso es lo que Bogdanov y el resto de la organización están esperando, quieren saber, cuánto le importa en realidad esa mujer por el misterio con el que él actúa respecto a ella. Seguirán con la duda, no les demostrará nada. —Una v****a más dónde meter la polla, eso que más da. —le contesta despectivo, empinado de nuevo la botella de vino. La mirada fija y sádica de aquellos ojos verdes le hizo sentir un escalofrío por toda la columna a Bogdanov, por un instante intuyó esos instintos homicidas de aquella alma obscura y podrida. Sin embargo no se perturbó o al menos creyó que podía esconder su reacción de miedo ante Yuri, al final de cuentas estaba satisfecho al comprobar que aquel monstruo que tenía al frente era inquebrantable prevaleciendo la maldad en él, ya qué lo que menos quiere y el cuál era su mayor preocupación es que la fascinación por esa mujer lo hubiera ablandado. Un líder débil no es nada bueno para la Bratva. En buena hora, cuando la tensión se podía percibir entre Sennicov y el viejo, llega Dmitry, pero no con buenas noticias. El deudor al que había mandado buscar, al darse cuenta que los mafiosos le pisaban los talones y no contaba con el dinero que les debía, optó por darse un tiro en la cabeza antes que soportar la tortura que la mafia rusa le propinara, muchos dirían que fué un acto bastante cobarde por no afrontar sus problemas, pero la realidad es que de cualquier forma iba a terminar muerto, por cruel que se escuche es el único fin de aquellos que no cumplen su palabra con la mafia roja. Mientras Dmitry terminaba de ponerlo al tanto, Bogdanov se despide. —No estaría mal que lo pensarás, quizás después podamos volver a charlar del tema. —sonríe falso. —Por ahora tengo otras obligaciones que cumplir. —se levanta del sillón y se aferra a la cintura de la modelo que lo acompaña. Le pareció tan sospechoso su deshabitual interés, que realmente lo preocupó y no por él, su obsesión por Elizabeth lo estaba llevando a sentir interés por la integridad de ella cuándo usualmente solo pensaba en él. Esto estaba mal y se pondría peor si no tomaba sus precauciones, ya la había involucrado en su mundo frívolo, pero no iba a permitir que le tocaran un solo pelo, era tan posesivo con lo que le pertenecía y de igual manera lo cuidaba, así que la cuidaría de quién fuera. —"D".—le pidió a Dmitry que se acercará llamándolo solo por la inicial de su nombre ya que para él era más fácil y rápido hacerlo de esa manera la mayor parte del tiempo lo hacía. Refrescó su garganta con un trago. —Vete ahora mismo a la casa y cuida de ella, no le quites los ojos ni por un segundo, te encargaras de su protección tú y solo tú, nadie tiene permitido acercársele o entrar a la casa sin mi autorización. ¿Entendido?. —vertió más wisky a su vaso sin quitar los ojos en Dmitry Es uno de sus mejores soldados y el más fiel, sabe que daría la vida si fuera necesario, es por ello que la está dejando en sus manos, no confiaría en nadie más para hacer este trabajo. Dmitriy asiente a su mandato comprendiendo la gravedad de la situación, esa seguridad que proyecta le da la razón sobre el concepto que tiene Yuri sobre él, sin duda estaría de su lado a si hubiese una rebelión de la Bratva en su contra. Dmitry estaba convincente respecto a la importancia que le estaba dando a Elizabeth al quererla mantener a salvo. A pesar de la obstinación de Yuri él siempre supo que esto iba a suceder, solo era cuestión de tiempo. Quién lo diría hace apenas unas semanas la quería matar y ahora la está protegiendo, no obstante escatima la probabilidad de que él podría seguir siendo su mayor peligro. Tras la partida de "D" y luego de quedarse solo, se dió cuenta de que tendría una aburrida y larga noche, todo lo que había planeado para divertirse y sacar el estrés se había esfumado gracias a la valentía de esa rata que prefirió quitarse la vida. Pero de pronto recordó a esa hermosa modelo que aún se encontraba ahí, la cuál esperaba solo una simple palabra para quitarse la ropa y follar con él. La miraba atento sin pensar mucho en lo que le quería hacer eso ya era un hecho, la follaría duro claro lo tenía, pero su inspección en ella se debía más a la familiaridad de su aspecto físico con Elizabeth, no pudo evitar comparar ese cabello oscuro con el ella y aunque eso era lo único que tenían en común, su cabeza le provocaba una mala jugada haciéndole creer que era igual físicamente, ni siquiera estaba ebrio para culpar al alcohol, era simplemente su subconsciente de lo que deseaba en ése momento. La acompañante que era poseedora que un despampanante cuerpo al darse cuenta que la miraba, tomó la botella y vertió un poco de whisky en el vaso para luego entregárselo. Jugueteo con su mano y luego se sentó a un lado rozando su pierna en un acto de seducción que le estaba funcionando, le quitó de nuevo el vaso, colocándose a horcajadas sobre él y le guío las manos a sus morenas y tersas piernas, que poco a poco se fueron colando por debajo del vestido y cuándo apretó su trasero el gemido de la mujer lo excitó mucho al imaginarse a Elizabeth reaccionar así, pero cayó en realidad cuando la chica intento besar sus labios y este retrocedió, viendo la verdadera imagen de esa joven. —Vamos a un lugar más privado para que me des una buena mamada. —le pronunció en una voz ronca aún excitado por su imaginación y a pesar de la decepción de su realidad necesitaba liberarse lo más pronto posible o le explotarían los testículos. También quería quitarse de la cabeza a Elizabeth un que fuera por un instante, no quería volverse loco buscando una respuesta a su obsesiva compulsión por ella. En una sonrisa seductora la chica se levantó deseosa y espero con ansias que él hiciera lo mismo para que la guiara. Yuri sin mayor interés irguió su postura acomodando la erección debajo de los pantalones y tomo la botella de vino para posteriormente señalar el pasillo dónde se encontraba su oficina. Caminó detrás de ella observando el contoneo de cadera que hacía la chica para provocarlo y en el cuál quería mantener su atención. Desató la coleta de su cabello despeinando ligero con una mano y se encendió un cigarrillo con la finalidad de estar más relajado. Al estar adentro colocó la botella en el escritorio dejó caer su cuerpo al sillón y bajo el cierre de su pantalón para que aquella mujer comenzará hacer su trabajo, por supuesto a ella no le molestaba en lo mínimo. En el sexo era frío como en su personalidad jamás demostraba la más mínima delicadeza o afecto, quitarse las ganas de su necesidad como hombre era lo único que le interesaba.
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