-¿Dónde has estado toda la noche?- Inquirió Kendall con los ojos vidriosos debido al cansancio, a un Ethan que entraba por las puertas del departamento como si no hubiera sucedido absolutamente nada hacia unas pocas horas en donde se había desatado el caos entre ambos chicos
Kendall hablo pausadamente, no quería gritarle más, mucho menos llorar, lo único que quería era respuestas y decisiones, unas que le pudieran decir a ella que hacer, si tirarse por la borda a lo que fuera que significara vivir junto a Ethan y soportar cada uno de sus demonios, o desatar a la fiera negándose rotundamente a la idea de compartir permanentemente un departamento juntos
Una relación era una cosa, pero la convivencia era otra totalmente distinta, Kendall sabía que Ethan no estaba todo lo bien que parecía, ese impacto de bala seguía causando dolor y sobre todo confusión, tanto por dentro como por fuera, el chico estaba débil y ya sabía ella que su talón de Aquiles radicaba más que todo en aquello que ella no podía controlar, su mente, y su corazón
En más de una ocasión, en una de aquellas extrañas noches en donde Kendall se quedaba a dormir junto a Ethan, podía ver la forma tan aterradora en la que él despertaba mitad de la noche bañado en sudor y gritando, Ethan tenía pesadillas, unas que ella sabía que tenían que ver con el pasado y toda aquella vida jodida, con la muerte de Jordyn, con la muerte de Cristhian, con aquel proyectil que había atravesado su cuerpo, con Sam, con el bebe, incluso con ella misma, y aunque él no le hubiera hablado de aquello a ella, y aunque al día siguiente ambos fingieran que nada había sucedido, los dos sabían que había pasado mucho más de lo que querían aceptar
Mucho más incluso de lo que se podía ver a simple vista
Pero Ethan no era un niño, y Kendall aunque había insistido, no podía obligarle o llevarlo de la mano a que tomara terapia, sobre todo, porque Ethan aborrecía el tema de hablar con un desconocido al respecto, aunque en realidad, él parecía aborrecer hablar del tema con cualquier otro ser humano a su alrededor
Como si aquello fuera su secreto, su pequeño infierno personal en el que no quisiera inmiscuir a nadie más, y Kendall lo respetaba, respetaba su privacidad y sabía que había cosas que le dolían, ella también tenía mucho de eso dentro de sí, pero no quería verlo romperse nuevamente, por lo menos no como en el pasado mucho menos si en esta ocasión se la llevaba a ella también por delante
Eran demasiados secretos para cuatro paredes blancas, muchas emociones y temperamentos, y aunque lo amaba, no se veía capaz de manejarlo, no aun por lo menos, no mientras ese monstruo al que ella no sabía cómo domar siguiera habitando dentro de él
-Estaba…Estaba con Harry- Ethan levanto los hombros con indiferencia, a lo que Kendall lo miro como si no pudiese creer lo que estaba escuchando
El chico no podía decirle lo que había pasado, no todo por lo menos, y aunque sabía que había una parte de aquello de lo cual si debía advertirle, no podía hacerlo allí cuando los humos estaban tan subidos y cuando todo parecía peor de lo que en realidad era
-¿Estabas con Harry?- Inquirió nuevamente la chica poniéndose en pie y mirándolo con cinismo, ¿Cómo se atrevía a mentirle de aquella descarada forma? ¿Cómo era capaz de mirarla a los ojos y decirle tal cosa?
-Si Kendall, estaba con Harry, ¿Cuál es el problema?
-¡Si serás descarado!- Sin meditar en lo que estaba haciendo, y sin siquiera conectar su cerebro con sus acciones, casi que como algo involuntario, la chica saco la mano derecha e hizo que esta estrellara contra la mejilla de Ethan- Vengo de casa de Harry- Le susurro cuando él se llevó una mano a la mejilla adolorida y la miro sin comprender muy bien a que era que iba todo aquello
-Ken, yo…- Comenzó a excusarse, sabia todas las cosas que debían estar atravesando la cabeza de Kendall, sabia de todas las probables ideas retorcidas por las que ella creía le había mentido, y no podía dejar que ella creyese que él la estaba engañando, porque aunque eso era algo propio de quien había sido en el pasado, en ese momento, en ese justo instante de tiempo incluso con todos los problemas que los perseguían, se sentía incapaz de siquiera rozar la piel de otra mujer que no fuera ella
La vida le había enseñado lo amargo que era estar sin ella, y le había mostrado por demás, que ninguna caricia ajena se compararía jamás a la intimidad, a las sensaciones y a la electricidad que producía estar con ella, ningun otro cuerpo resultaba tan adictivo como el de Kendall, y él ya no quería tocar a nadie más que no fuera a esa chica que tenía delante de él mirándolo con odio, y no era costumbre, como se había cuestionado en alguna que otra ocasión
No era costumbre en lo absoluto, se trataba de amor, de no querer desperdiciar besos, sudor ni piel en otras camas, cuando sabía que podía hacer magia de todas aquellas cosas siempre y cuando se tratara de ella, al fin y al cabo y después de todo, la ropa seguía estorbándoles cuando estaban juntos, y eso no podía ser monotonita, pensaba él
-¡No!- Espeto Kendall- No intentes tratarme como a una imbécil, no intentes hacerme ver como una maldita desquiciada- Reclamo- No has estado aquí en toda la puta noche y solo Dios sabe con quién estabas y sobre todo, haciendo que
Ethan miro a Kendall con los ojos desorbitados, no era propio de ella todo aquel sartal de palabras que le estaba soltando, y solo eso, lo hacía querer desnudarla sobre la cama, y hacerle olvidar a punta de gemidos que en algún momento él le mintió
-¿Que? ¿Qué es lo que te resulta tan divertido? - Pregunto Kendall frunciendo el ceño mientras él se daba cuenta de que involuntariamente había soltado una risa traviesa que escapaba de sus labios
-Tu- Confeso- Y no porque crea que eres una idiota, jamás podría pensar eso de ti- Ethan se acercó hasta donde ella estaba, y ella en respuesta retrocedió, no iba ceder tan fácil, Ethan debía entender que había reglas, y ella se las iba a recordar
-No intentes besarme, no quiero que me toques…No ahora- Aclaro- Quiero que me digas donde has estado, y sobre todo, quiero que me expliques porque demonios me has mentido a cerca de estar con Harry- Suspiro
Ethan se quedó dándole vueltas al asunto durante algunos minutos, estaba amaneciendo y quería dormir, pero no quería hacerlo solo, quería que ella fuera a la cama junto a él, que se cubrieran con las mismas sabanas negras de él, y que se calentaran el uno junto a el otro, y el inconveniente radicaba en que no lograba dar con una forma ideal de conseguir su objetivo
-Estaba tomándome unos tragos- Balbució
-¿Y eso?- Ella señalo a los puños del chico que se veían magullados, y entonces todos los sentimientos arremolinados en su interior solo encontraron una forma de describirse, rabia, era lo que sentía, rabia y una impotencia enorme porque después de todo él no fuera capaz de ser sincero, ¿Qué no eran suficientes todas las pruebas por las que habían atravesado? ¿Qué más tenía que hacer para demostrarle que ella lo apoyaba y que sobre todo lo escuchaba?
-Kendall- Ethan soltó en forma de gruñido, estaba exasperado por lo detallista que ella era, y sobre todo porque sabía, que de contarle la verdad justo allí, entonces ella no le creería, y el tema era lo suficientemente delicado como para que Kendall lo creyese no más que una de las excusas baratas que él le estaba dando- Tuve un pequeño problema
-¿En dónde? ¿En el motel donde te estabas revolcando con la puta que te dejo así? - Señalo su ropa desarreglada y su cabello más desordenado de lo habitual
Con la cabeza hirviendo de la rabia, Ethan tomo a Kendall de las muñecas, y la obligo a que se juntara contra él, el chico también se movió un par de pasos más adelante hasta acorralarla contra la pared de la su estancia, y entonces se apretó todo lo que pudo contra la chica y se adueñó de sus labios
La beso con desesperación y con furia, recorriendo con su lengua cada espacio en la boca de ella, mordiendo con agresividad su labio y aprisionándola para que ella comprendiera su punto
-¿Crees que podría besarte así después de venir con otra?- inquirió tras aparatarse y fijarse en las mejillas encendidas de la chica
Kendall lo miro con la excitación recorriendo cada fibra de su delgado cuerpo y respondió- Si
El chico de los ojos esmeralda levanto el suéter de Kendall y comenzó a acariciar cada parte del torso desnudo de ella, desde sus pechos, en donde había hecho una exploración con su boca, hasta su ombligo en donde su mano bajaba con pertenencia
-¿Y crees que podría tocarte así después de estar con otra?- Pregunto esta vez con la voz ronca, eso era lo que ella provocaba en él, ese deseo de querer hacerla suya y al mismo tiempo no verla nunca más, aquella dolorosa ironía que lo mantenía atado y sujeto como si de un hechizo se tratase
Ella sintió sus piernas temblar y esa humedad en medio de ella que suplicaba más de aquellas fervientes y agresivas caricias, y sin embargo respondió afirmativamente mientras se mordía el labio inferior
-Pues vamos a ver si después de lo que voy a hacerte vas a seguir creyendo lo mismo- Ethan alzo a Kendall en su espalda y entonces mientras ella se carcajeaba y temblaba la arrastraba hasta esa habitación que iba a ser testigo de la mejor forma que él conocía de disipar las dudas de Kendall
De su Kendall…
-Que me esté riendo no quiere decir que se me olvida de lo que estamos hablando- Aseguro ella cuando él la dejo nuevamente en pie, aun sin apartarse siquiera un milímetro de la castaña
-Yo no quiero que se te olvide, ciertamente hay mucho de lo cual hablar- Aseguro mientras trazaba círculos con su nariz en el cuello de la chica
-¿Y entonces porque no lo hablamos ahora?- Ethan tomo uno de los muslos de Kendall y lo subió hasta que este rodeo su cadera, la temperatura allí dentro estaba demasiado candente y necesitaba de ese roce de cuerpos
-Porque en este momento te voy a demostrar lo mucho que te amo, y lo incapaz que sería de siquiera mirar a otra chica que no fueras tu- Contesto jugueteando con su cuerpo que se movía lascivamente contra el de ella
Kendall sintió la boca seca tras esas palabras que acababa de oír, y entonces, reprimiendo toda aquella parte cuerda de ella, le quito la camisa a Ethan y se aferró a su espalda como si fuera lo único que hubiera en el mundo que pudiera salvarla y sobre todo, protegerla
-No voy a dejarte Kendall, no voy a dejarte nunca- Hablo Ethan, sin embargo aunque había hablado más alto de lo que había querido, aquellas palabras se las estaba repitiendo más a si mismo que a ella, no sabía de qué forma o porque, pero había tomado un decisión respecto a colaborar con Arthur
-Yo tampoco voy a dejar que lo hagas- Aseguro ella mirándolo con fuego en los ojos entretanto él se acomodaba dentro de su cuerpo
Ethan entro y salió de Kendall, y no como un acto mecánico, no como la mayoría del mundo lo hacía, él lo hizo con deseo, con desesperación, pero sobre todo con amor, porque aún no podía creer lo lejos que habían llegado, porque no podía imaginar lo que sería su vida sin ella, porque no alcanzaba a atisbar siquiera un poco de lo mucho que volver a dejarla le dolería
Y justo allí, en medio del sudor y del vaivén de besos aquí y allá, Kendall entendía que no había otro lugar en el mundo en el que quisiera estar aparte de justo allí, en el departamento de Ethan, con él a su lado, y no importaba si eso implicaba atravesar el mismismo infierno descalza, valía la pena
Él lo Valia… Ellos lo valían
Ambos chicos acababan de tomar decisiones radicales respecto al futuro, y aunque fueran decisiones que estuvieran lejos la una de la otra, y que parecieran ir en contra vía de ellos juntos, sus decisiones no podían ser más desinteresadas, al fin y al cabo, tenían un solo propósito en común, salvarse y salvar lo que tenían, salvar aquello que para ellos resultaba tan importante, salvar lo único que les quedaba en el mundo
Por un lado, Ethan debía proteger a Kendall, se lo había prometido a su padre hacia casi dos años, se lo había prometido a si mismo cuando ella fue a visitarlo al reclusorio, y se lo había prometido a ella el día en que decidieron darse una oportunidad, todas aquellas promesas implícitas que él no se permitiría romper jamás, no podía dejarla que se perdiera a manos de un mundo al que había entrado casi que por obligación
Y por el otro lado, Kendall iba a darle una oportunidad a lo qué vivir con Ethan significaba, y por supuesto que iba a poner reglas, debía haber ciertas normas si es que iban a compartir un mismo espacio, pero iba a intentarlo, debía hacerlo si quería ver lo que podían ser ellos dos cuando estaban juntos, ya era hora de enfrentar el tema, y de arriesgarse, de saltar sin saber si iba a haber algo que la atrapase al fondo, pero anhelando con cada parte de su alma que sí, que no se golpeara contra el pavimento, que Ethan la sostuviera, y no la soltara como…
Como en muchas ocasiones antes…
Y si es que funcionaba, entonces de maravilla, y si no lo hacía, entonces ya la chica vería como curar sus propias heridas, al fin y al cabo, no sería la primera vez que lo hacía, y podía soportarlo, sabía que sí, Kendall se había vuelto más fuerte y segura que nadie, había crecido, había aprendido lo que era la vida de verdad, esa mas allá de la burbuja que sus padres habían creado para ella, esa que era cruel y cruda, aquella que le había mostrado que la única cosa que no había sido capaz de soportar era haber estado a punto de perder a Ethan, perderlo para siempre
-Te amo Kendall, te amo más de lo que puedes imaginar y no haría nada que pusiera en peligro nuestra relación- Asevero mirándola fijamente a los ojos
La chica acaricio con su dedo cada uno de los trazos que formaban el bonito rostro de Ethan, desde sus labios, hasta sus ojos que parecían estarle gritando un secreto, porque no quería olvidarlo jamás, quería que en su mente y en su corazón estuviera eternamente grabado cada una de las formas de Ethan, cada uno de sus lunares, y por demás, cada una de sus cicatrices, aquellas que a veces dolían un poco más de lo que a el chico le gustaría, pero aquellas que lo habían llevado a ese momento de la vida que estaba compartiendo junto a ella
Era increíble la forma en la que una persona podía necesitar a otra persona, como si nadie más pudiera entender o querer como ella, como si se convirtiera en parte del aire y faltara para respirar, asustaba, aquella sensación de dependencia atemorizaba a Ethan que jamás había abierto su corazón ni siquiera a su propia madre en realidad, pero aunque lo hacía, también se sentía liberador, como si aquello fuera lo que estuviera bien, como si eso fuera lo que durante tanto tiempo había estado faltando en su vida
Durante toda su vida había estado conteniendo esas emociones, cuando había estado con Britney, a pesar de todo lo bueno que ella había hecho por él, cuando había estado junto a Catlyn, y cuando había compartido la cama con miles de mujeres que al final resultaban todas convirtiéndose en líneas difusas en su mente, todo, hasta que Kendall llego con su impertinencia e insensatez y no le importo quedarse junto a él aun sabiendo todo lo que eso le desordenaba el mundo
Y era entonces cuando entendía, que había estado viviendo equivocadamente su vida, se había equivocado al pensar que no podía amar, se había equivocado al creer que nadie nunca seria lo suficientemente valiente de permanecer a su lado, pero sobre todo se había equivocado al creer que aquella delgada chica de ojos marrones que lo acariciaba como si estuviera tocando el cielo con las manos era débil, conocer a Kendall le había mostrado a Ethan que él era el débil, que él era el equivocado, y ella, bueno, ella era la correcta
-¿Por qué me miras así?- Le pregunto él con una sonrisa de medio lado
-¿Así como?- Respondió Kendall dejándose invadir también de una sonrisa
-No lo sé, como si yo fuera un jodido pony, o un unicornio volador- Se carcajeo
-Solo te miro como te he mirado siempre- Contesto, no sabía lo que Ethan veía en ella y en sus ojos, pero si quería que él lo hiciera por siempre- Oye, sé que quieres que me olvide de esto, pero necesito saber, ¿Dónde estuviste esta noche?
Ethan se acomodó al lado de Kendall, y puso sus manos bajo su cabeza, y ahí estaba de nuevo, aquella pregunta a la que él no sabía cómo responder todavía, no quería que todo se fuera al demonio al decirle a ella que no solo le habían propuesto entrar a la boca del lobo, si no que por demás, él iba a aceptar
-Si te dijera que no estuve en ningún lugar ¿Me creerías? - Ethan soltó un bufido
-Por supuesto que no
-Pero ahí fue donde estuve, vague por donde mis pies me llevaron sin quedarme en ningún lugar en específico- Contesto, y a pesar de no estar mintiéndole del todo a Kendall, aquella parte de la historia que él estaba omitiendo si le estaba causando cierto sin sabor, porque sabía que en el momento en que tuviera que contarle absolutamente toda la verdad, entonces un huracán se le vendría encima, sin embargo iba a postergar ese huracán tanto como le fuera posible, iba a disfrutar del tiempo en que pudiera estar con ella sin dramas o verdades que no quisieran aceptar
-¿Y tus manos? ¿Qué les paso? - Cuestiono sin sentirse muy segura de aquella versión que él le estaba dando
-Entre a un callejón, y un par de imbéciles quisieron buscarme la pelea
Kendall se sintió momentáneamente molesta otra vez, y entonces se incorporó sobre la cama alejándose un poco del contacto de Ethan
-Tienes que dejar de ser un completo idiota si es que en realidad quieres que me case contigo, o que viva contigo- Musito
-¿Qué dijiste?- El chico de ojos esmeralda se acercó hasta ella mientras ostentaba la sonrisa más sincera que podía mostrar- ¿Vas a vivir conmigo?
-Te juro que si llegas golpeado, o borracho, o en su defecto las dos, entonces yo tomare mis cosas y me largare lejos, lejos de verdad, no volverás a saber nunca jamás de mí, desapareceré por completo del mapa- Asevero mirándolo con fastidio
-¿Te mudaras hoy?
-Estoy hablando enserio, Ethan
-¡Yo también! ¿Vas a mudarte hoy conmigo?
-Si, tal vez- Dijo incapaz de reprimir una sonrisa
-¡Me haces el hombre más feliz en por lo menos este estado!- Ethan se levantó y entonces cargo a Kendall dándole vueltas como a una pequeña
-¡Oye, déjame!- Exclamo
-Me haces la persona más feliz y yo te recompensare a cambio por eso- Prometió mientras le daba un suave mordisco al lóbulo de la oreja de Kendall
-Ha amanecido Ethan, y si quieres que me mude hoy mismo no podemos pasarnos la mañana en la cama- Kendall se alejó de los seductores labios de Ethan y entonces se pasó una de sus camisas por encima
-Pensé que querías descansar un poco
-Quiero, pero tenemos que buscar mis cosas, y tengo que ir a la universidad, y tú también- Ella le frunció el ceño- No pensaras convertirte en una mala influencia para mí, ¿Cierto? - Pregunto divertida
-¿Cuándo he sido una buena?
-Tienes razón- Kendall levanto los hombros
-Y bien, ¿Cuál es la primera cosa en nuestra lista de que haceres hoy?
-Primero que todo, buscar comida, no entiendo como sobrevives con la comida de la cafetería, es simplemente desagradable, así que hoy desayunaremos como personas normales, aquí, yo iré por panecillos, y tú puedes irme haciendo espacio en tu closet
Ethan arrugo el entrecejo, y entonces su corazón comenzó a palpitar deprisa, las palabras de Arthur hicieron eco en su cuerpo, “-Han estado siguiéndote a ti y a esa chica con la que andas” escucho Ethan claramente en su cabeza una y otra vez como si de una mala canción se tratase
-No, yo iré por los panecillos- El chico la miro decidido, no la iba dejar andar por ahí sola a las seis de la mañana, y no importaba cuan absurdo sonara aquello, no se podía permitir que nada malo le sucediera
-Bien...-Respondió Kendall dubitativa sin ahondar demasiado en el tema- Entonces no te importará que elija los cajones más convenientes, ¿Cierto?
-Puedes tenerlos todos si quieres- Ethan se acercó y le dio un casto beso en los labios para después ponerse un pantalón de chándal y una sudadera gris- Regresare pronto
Kendall asintió, y entonces tras irse él, puso su lista de música favorita a todo volumen y dejo que sonara mientras ella se contoneaba y cantaba al ritmo de la canción, su favorita de Beyonce, Crazy in love, sonaba por los altavoces entretanto ella acomodaba y recogía cosas en el departamento que a partir de entonces iba a convertirse también en el suyo
Kendall frunció el ceño y miro hacia su espalda, la canción había cambiado de repente
-¡Ethan! Te he dicho que no me gusta que cambies mi música- Grito desde la habitación, creyendo que él había vuelto y había cambiado aquella canción que tan odiosa le parecía, sin embargo no hubo una respuesta, cosa que hizo que la chica comenzar a hiperventilar sin siquiera saber por que
-¿Ethan?- Volvió a preguntar ella, mientras se acercaba sigilosamente al recibidor
Kendall se quedó de piedra ante la persona que estaba viendo, como si se tratara de una mala alucinación y no de Wendy, miles de imágenes se pasaron por la cabeza de la chica, ella apretando el gatillo, ella hiriendo a Ethan, ella haciéndoles daño, fue como si una película de terror hubiera decidido proyectarse en el salón, y el problema era que aquello no se trataba de una película, no en lo absoluto, ella estaba ahí, de verdad, y Kendall no sabía que hacer, o hacia donde huir
-Nunca he sido fan de Beyonce- Mascullo, Wendy estaba enfundada en una sudadera negra, llevaba ropa deportiva y por demás, un cuchillo en su mano, uno que estaba haciendo temblar a Kendall de terror
-¿Cómo…Como has entrado?- Titubeo tratando de tragarse el nudo que se había formado en su garganta
-Ethan se ha olvidado de llevarse consigo la llave debajo del extintor que deja para ti, creo que debe ser un poco más precavido- Wendy frunció los ojos, y se acercó un par de pasos hacia la chica frente a si
-Wendy, ¿Qué haces aquí? - Una lagrima se resbalo de la mejilla de Kendall, mientras intentaba buscar algo con lo que defenderse, pero estaba sola, y por demás a la deriva
-He venido a darle un mensaje a Ethan- Amenazo.