CAPITULO 30

1188 Words
ABEL Reacciono de inmediato y me la quito de encima cuando Violet me llama, hago a un lado a esta mujer, pero Violet me hace una señal al pasar su dedo índice por su cuello diciéndome que estaba muerto, busco a Lea por todos lados con mis ojos y me doy cuenta que ella venia hacia nosotros como si estuviera endiablada. —Vic… —Ca–llate. —se me erizó la piel con su mirada asesina —¿Quién es? —No es nadie importante. —¿Cómo que no soy nadie importante? —se queja ella molesta —Yo, soy Marie de la torre y vine ver a mi novio; por cierto cariño, quisiera conocer tu casa, ¿no me invitas? —¡Estas!… —Claro —Lea me interrumpe disfrazando su enojo con una sonrisa cálida que daba miedo —Violet, Wendoly, vamos, hay que buscar a los señores Reyes. Enseguida volvemos. Ella me lanza la misma mirada asesina que cada vez se ve peor. Molesto le exijo una explicación a esto y porque demonios estaba aquí. —¿Cariño, lo olvidaste? Dijimos que nos veríamos en mayo, pero quería sorprenderte así que vine personalmente. “Pero si yo no recuerdo tal cosa” —Escucha, debes irte y ni siquiera se te ocurra insistir en ir a mi casa. “No quiero imaginarme a mi madre echándola a patadas. ¡Mierda!. ¿Por qué Lea la invitó?” —Pero esa fea dijo que podía ir. —Te dije que no y ten más respeto para ella. —¿Por qué? —Por… —¡Papá! —Violet corrió hacia a mi y me tomó de la mano —Tengo hambre, vamos a casa. La pelirroja que hasta ahora sé, que se llama Marie, mira a la niña incrédula, me pregunta si escuchó mal lo que Violet le dijo, pero no tuve tiempo de responder al ver que ella venia hacia nosotros. Con desdén me dice que el auto ya estaba esperándonos. Iba a subirme, pero me detuve al ver que ella iba a subirse junto al chofer. —¿Qué haces? Ni siquiera me miró a los ojos. —No quiero interrumpir tu conversación con Marie —dice su nombre con desprecio —Señor Vlarios. —¿Pero que dices?… Me dejó con la palabra en la boca. —Enserio eres todo un mujeriego. —dijo Violet a mi lado pateándome en la espinilla —Cuando me case, nunca será con un hombre como tú, prefiero ser monja antes que casarme con un mujeriego como tú, papá. —Violet… Ella también me dejó con la palabra en la boca. —Cariño. —Marie me toma del brazo y Violet me mira molesta —Debiste decirme que tenías una hija, por suerte tiene una niñera, no te preocupes que no estoy molesta contigo, ya verás que seré una buena figura maternal para ella. —¡Qué! —dijo Violet furiosa —¡Papá, dile a esa mujer que no diga burradas, jamás serás más que una conquista de mi padre!. ¡Osea, una puta! —¡Violet! —reprendo y ella me saca la lengua insolente. Me la quito de encima para sentarme al lado de Violet que estaba de brazos cruzados mirando con rabia a Marie, pude ver que a la pelirroja no le agradó lo que ella le dijo porque su mirada era de odio hacia a ella. “Enserio esto esta pasando” Al bajar del auto me aseguro de que no haya nadie en casa, pero para mí desgracia, estaba toda la familia. Veo que la empleada mira hacia mis espaldas, vi que Lea estaba hablando con la pelirroja. —Hijo. —mi madre venia hacia a mi —¿Y esa mujer? —Un problema que no puedo quitarme de encima. —Hay… —murmura con decepción —Tú y tus zorras. —niega con su cabeza —Karina, ve y dile a Victoria que tiene una visita. —Si señora. La chica se acercó a ellas y cuando habló Marie tenía un rostro desencajado y claro que cuando Lea entró con Violet a la mansión la pelirroja no demoró en venir a mí por una explicación. —¡Qué significa esto, nunca me dijiste que eras casado!. —Mi vida personal no es algo que se lo voy a comentar al mundo entero. —aclaro —Y menos a ti. —¡Me dijiste que podríamos ser algo! —Y lo fuimos. En su momento claro. —Abel —dijo mi madre mi nombre con molestia —Arregla esto, este tipo de circos no son bien vistos en nuestra familia, ¿entiendes?, espero que esto no se repita porque no voy a tolerar un divorcio, eso jamás se permite en esta familia. Y usted, “señorita” debe controlar sus impulsos de perseguir hombres casados. Paso mi mano izquierda por mi cara y le exijo a ella que se largue de aquí porque por su culpa ahora tendría un bendito y largo sermón de mi madre. —No puedo irme. —¿Por qué? —Porque le dije a mi padre que tú me recibirías en tu casa. No puedo decirle que le mentí. —le dije que no era mi problema —Por favor… solo será por una semana, te juro que me iré después. No quiero tener problemas con mi padre, me puede congelar mis tarjetas y soy una chica que no vive sin dinero. —No es mi problema. —Por favor —suplica —Te juro que no volverás a verme. “No!... ¿Por qué a mi? ¿Acaso esto es a lo que le llaman karma?” —No es mi decisión si no de mi esposa. —Oh, pero ella dijo que, si podía, ¿lo recuerdas? “¡Maldita sea!, tiene razón” —Una semana. Si no te vas, te echaré a la fuerza. Ella asiente y me pide ayuda con su equipaje, pero la ignoré, pide mucho para haberme rogado quedarse aquí. Intento hablar con Lea pero ella me ignora evitando escucharme asi que le dije al médico que nos dejara a solas y claro que se largó de inmediato al verme cabreado. Le pido que me escuche, pero ella me dice habló en un idioma distinto. “Es español” —Oye, Eso fue antes de lo nuestro. ¿Por qué te enfadas? —nuevamente me habla en su idioma nativo —Por dios mujer, háblame en mi idioma. —Me enfado porque se me da la maldita y regalada gana, ¿feliz? —A ver …—la tomo de sus brazos —No sé porque tanto enojo, es como si yo me molestara si el día de mañana el padre de Violet viniera a decirme que se acostó a contigo. No me enfadaría porque es algo del pasado, algo que pasó antes de lo nuestro. Ella fue una aventura de una noche antes de este matrimonio. Ahora tú eres mi esposa. Desde que lo eres, no he tocado a ninguna mujer, excepto a ti claro.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD