ABEL
La tomé de la cintura para salir de la habitación, pero ella me mira como si fuera una gata arisca advirtiéndome que no la toque porque me sacaría los ojos, ruedo mis ojos y la sigo detrás, me doy cuenta de que ella y su hija son muy unidas, se protegen la una a la otra.
“¿Acaso perdí mi encanto con las mujeres?,
Entiendo que la niña sea así porque ciertamente no me agradan los niños, por esa razón planeo hacerme la vasectomía, pero ella, no lo entiendo, me rechaza, siempre lo hizo y lo odiaba, ninguna mujer me rechaza, soy un encanto y todas caen a mis pies por ello.
No es a la primera que trato cruelmente, siempre lo hago con la mayoría y siempre cuando cambio mi actitud caen nuevamente, pero esta mujer es como si yo fuera una plaga que debe exterminar lo más pronto posible.
—Entonces quieres este matrimonio por la residencia de la familia o por toda la fortuna. —llama mi atención —¿No crees que es absurdo esto que haces solo por una casa??
“Ella no sabe nada”
—No es solo una casa, esa casa es el significado del imperio de mi familia, pronto ella cumplirá 100 años lo que aumenta su valor. —se sorprende. Mira a su hija y acaricia su cabello. —¿Puedo saber sobre el padre de la niña?
—Es un imbécil que no tiene significativo en nuestras vidas y menos mencionarlo.
—¿Lo odias?
—Mas que, a ti, no.
“¿Enserio me odia tanto así?”
—Lo que pasó ese día en la oficina….
—Eso ya no importa —murmura mirándome fijamente —Lo que importa ahora es que cumpla su parte como lo prometiste, esta vez.
—¿Puedo saber porque ella tiene ese tipo de ojos?
—Bueno, seguramente es por mis padre, una parte, el posee unos hermoso color ámbar en los ojos, yo no los heredé, pero mi hija si uno, al menos y el azul, creo que debe ser herencia del bastardo de su padre.
—¿Desconfías de los hombres?
—No de todos, pero de ti, claro que sí.
Ella sigue sin confiar en mi y claro que tiene motivos fuertes de hacerlos, así que le mostré la documentación cuando llegamos a mi departamento.
—Creí que vivía en la mansión con todos los demás miembros de su familia.
—Mañana nos mudaremos allá, por eso debemos firmar la documentación antes de hacerlo y eso incluye el acuerdo prenupcial.
Le mostré los documentos de matrimonio para firmarlos y claro el cuerdo prenupcial con todas sus condiciones y las mías. Esperamos un poco mas y mi abogado con el juez llegaron para que todo fuera legal.
—¿Y los testigos? —pregunta ella
Espero que firme y cuando lo hace le digo a mi abogado que se encargue de que todo sea legitimo por un año.
Al estar solos, la llevo a mi habitación, eleva una ceja cuestionando lo que hacia, frustrado le digo que es solo por esta noche.
—Es un departamento, solo hay una habitación y una cama. Dormiré en el sofá para que te quedes tranquila.
Me observa como si lo que estuviera diciendo fuera una mentira.
“Enserio que tengo que hacer para que me crea”.
No podía dormir, “y no es algo nuevo”, hoy tenia una cita la cual tuve que cancelar por todo esto, “debería estar durmiendo delicioso con esa española ahora mismo, supongo que no todo nos sale como queremos.
Me levanto del sofá y busco algo fuerte para tomar, busco la botella de tequila que me obsequio mi padre “ley del diamante” pero recuerdo que lo dejé en la habitación, tengo que ir por el o de lo contrario no podría dormir.
Con sigilo me escabullí en la habitación para no despertarlas, dejaron la lampara encendida. Vigilo que no despierten mientras tomo la botella, iba de salida y me detuve al escucharla quejarse, no se despertó.
Saliendo de la habitación me doy cuenta de lo que acaba de pasar.
“¡Pero que idiota soy!”
Porque diablos hice algo así en mi habitación. Empuño mi mano cabreado, destapo la botella y le doy un sorbo de golpe e ignoro lo que acabo de hacer y me tumbo en el sofá disfrutando un poco de lo que solo me queda de papá.
Era temprano así que hice mi rutina de todos los días, tomé un baño y después busqué una toalla para salir del baño, me encontraba con pantalón cuando escucho que alguien salió de la habitación, volteo y me encuentro con sus ojos almendrados viéndome somnolientos, parpadea sin quitarme los ojos de encima.
—¿Qué?
Se acercó a mi y sus ojos dejaron de verme a la cara para ver mi estómago.
“¿Qué diablos hace?”
Siento su mano tocarme, confundido le pregunto que hace, pero la escucho murmurar que si eran reales.
—Por supuesto que son reales. —eso sí que me ofendió —¿Qué creías?
—Haré el desayuno.
“Enserio acaba de ignorar lo que dije”
Abro mi boca sin creer lo cínica y atrevida que es esta mujer, molesto me termino de vestir, mi celular vibra cuando termino y al ver que era mi abogado le permití el acceso.
—Lo tienes.
—De oro puro. —me entrega la cajita —Por favor, consíguete una asistente personal, porque también tengo mi tiempo ocupado con otros clientes aparte de ti.
—Si, Si.
Abro la cajita y miro detenidamente los anillos.
“Jamás pensé que usaría uno de estos, bueno, será por un año”.
Un olor delicioso llama mi atención, me acerco a la cocina y el tocino entro en mi nariz por completo haciendo que me diera mas hambre.
Queria probarlo, se veía delicioso, tomo uno imaginando su sabor, pero de la nada ella me golpea la mano haciendo que lo dejara caer en el plato de donde lo tomé.
—¿Acaso piensas negarme mi propia comida?
Me mira con frialdad, me da la espalda y toma un plato y me sirve de todo un poco, incluyendo el tocino.
—Debe balancear la comida como siempre, —me sorprende que aun lo recuerda —No había jugo así que le hice un poco de café sin azúcar.
La miro de reojo. Aun recuerda cada detalle de mi comida balanceada y del café. Le doy un sorbo al café mientras le recuerdo de tutearme. No responde.
Mis ojos estaban en el desayuno que estaba en mis manos. Reviso algunas cuentas y correos mientras desayuno, no sé en qué momento llegó la enana, pero me hizo darme cuenta de su presencia con una patada en la pelvis otra vez.
—Si sigue obsesionado con el trabajo le saldrá mas arrugas de las que ya tiene, grinch.
—¿Grinch? —repito molesto por como me llamo —Mira enana…
Ella carraspea su garganta haciendo que pensará mejor lo que iba a decir, esto enserio es irritante e ignorarlas era lo mejor.
—¿Y que va a pasar? —pregunta ella mientras levanta los platos —Digo, con su familia, ¿se irán?
—No se irán.
—¿Como? No entiendo.
—Nos mudaremos con ellos, pero ahora, yo seré la cabeza principal de toda la familia, nadie puede mover ni un dedo sin mi consentimiento, incluyéndolas a ambas.
La niña me saca la lengua retándome.
—A ver todo esto, es para eso, ¿enserio?
—Si fueras de nuestro mundo, entenderías el valor de este enorme sacrificio que hago.
—No pues que bendición ser parte de un nido de víboras. —su tono altanero me molesta enserio y mas la soberbia y su maldita ironía. —Agradecido debería de estar de que aceptara esta idiotes.
—Debes tratar a todos con respeto.
—Claro que lo haré, siempre y cuando ellos respeten mi posición como la señora.
—No eres la señora —aclaro —No olvides porque razón estas aquí