Merlina. Miércoles por la tarde. Al fin puedo relajarme y tomar un poco de tiempo para mí misma. Estoy a tan solo dos días de la fiesta, pero, extrañamente, no me siento tan nerviosa como pensaba que iba a estar. Por el contrario, creo que di todo de mí para que salga todo perfecto, como debe ser. Solo me faltan detalles, como hacer el video de compilación de fotos de la empresa y eso me toca mañana. Lo único que me tiene nerviosa es no poder llegar con esa presentación. Ahora, con mi pequeño tiempo libre, voy al gimnasio. Necesito descargar toda esta pesadez que siento de algún modo y es mejor hacerlo gastando calorías. Me pongo los auriculares y camino hacia el lugar. Al llegar, saludo a los compañeros que siempre veo, me dirijo al entrenador y dice que hoy me toca hacer piernas. Tengo