Abordaron el Jet en completo silencio, quizá aquel era el último momento que compartían a solas. Aquella aventura no era la mejor, pero serían mentirosos si dijeran que no la habían disfrutado. Porque gozaron de cada momento mientras duró. —Carlo decidirá a qué equipo pertenecerás ahora —dijo él sin apartar la mirada de su IPad. —Como desee, señor. El viaje duró alrededor de cuatro horas, todo ese tiempo no volvieron a dirigirse palabra alguna. Al bajar del Jet, varias camionetas aguardaban por ellos, puesto que el resto de su equipo también habían regresado con él. —Bienvenido, señor —dijo su chofer mientras abría la puerta del auto para él. —Gracias —respondió Damián entrando al auto. A través de la ventana observó cómo Bianca subía a uno de los autos. El chofer entró al auto