[AZIEL]
Son las diez de la mañana cuando entro corriendo por los pasillos del piso de presidencia de la empresa, y sin siquiera llamar a la puerta entro a la oficina de Carlos. Necesito hablar con él antes de que todo esto se salga de control, pero evidentemente él no entiende nada cuando me ve entrar y cerrando la puerta detrás de mí.
—Aziel, ¿te encuentras bien?— Me pregunta preocupado mientras que se levanta de su silla y camina hacia mí.
Niego moviendo mi cabeza de un lado a otro —No, he metido la pata hasta el fondo— Le confieso y una sonrisa se dibuja en su rostro.
Lo veo apoyándose en el borde de su escritorio y mi mirada llena de vergüenza se fija en él —¿Qué has hecho ahora?— Cuestiona intentando no reírse.
—Me acosté con Mateo Becker— Confieso y su sonrisa casi me contagia.
—Caíste… ¿y qué tal estuvo? ¿es tan bueno como dicen?— Bromea y me acerco a él.
Me muerdo los labios y al soltarlos suspiro —No tienes idea… ¡me encanto!— Le digo mientras siento que me tiemblan las piernas una vez más.
—¿Y? ¿Qué más? Cuéntamelo todo— Presiona.
Apenas puedo mirarlo —Le dije que estaba comprometida contigo, que solo me estaba vengando porque me fuiste infiel— Le cuento y apenas puedo levantar mis ojos.
—¡¿Qué carajos has hecho?!— Me reclama —¿Por qué has usado esa carta? Solo la usas cuando un tipo te cae muy mal, cuando no quieres saber nada con él— Me cuestiona.
Me acerco a él y me apoyo en su escritorio justo al lado suyo —No quiero caer en su juego… sabes que tiene una reputación bastante particular— Me defiendo.
—¿Y que? Quizás no se compromete en ninguna relación porque hasta ahora no encontró la mujer de su vida, ¿y si eres tú?— Me dice y solo respiro profundo.
—¿Y si solo me enamoro y me rompe el corazón?— Contesto.
—¿Es eso o que tu padre es su cliente?— Añade.
—Ni me hagas acordar, que pensara que quise conseguir un mejor precio por sus aviones a punta de sexo— Menciono y lo escucho reír.
Él pasa su brazo por mis hombros y me pega a él —¿Es mejor de lo que tuvimos?— Me pregunta haciéndome sonreír.
—¿Antes de que nos diéramos cuenta de que solo la pasamos bien en la cama, pero que no había amor?— Le pregunto y asiente.
—Si, antes de todo eso— Responde y suspiro.
Lo miro a los ojos y trato de ser sincera —Pues, no te ofendas, pero folla como los dioses— Admito y reímos juntos.
—Sabes que lo nuestro es un capítulo muy superado, que lo hablamos y terminamos muy bien. Aziel, si hay algo que me llevo de lo que tuvimos es nuestra amistad y realmente quiero que seas feliz— Me alienta y besa mi frente.
—Lo sé, pero no puedo arriesgarme con él… no quiero que me rompa el corazón. Ya me lo han roto una vez y se siente horrible— Expreso recostando mi cabeza en su hombro.
—¿Te gusto mucho?— Insiste y sonrió.
—Me encanto, él es… es que guau… es guapo, muy inteligente, es un poco serio, pero no sé porque y ahora entiendo porque la mitad de las mujeres que lo rodean terminan cayendo a sus pies— Le cuento.
—Y tú también— Añade.
—Por eso lo aleje, es lo mejor, ¿entiendes?— Comento.
—¿Y si él no quería alejarse?— Me cuestiona y cierro mis ojos.
Pienso en todo lo que paso, en las conversaciones que tuve anoche con él antes de que el alcohol hiciera de las suyas, y sé que corro peligro —Hombres así no cambian más— Murmuro.
—Tal vez aleja a las personas por algo— Expresa y me separo de él.
—Carlos, yo no puedo, ya estoy cansada de entregar el corazón y que me lo hagan añicos…—
Él sonríe —Creo que le has entregado otra cosa y no es el corazón precisamente— Bromea y le pego en el hombro.
—¡Oye!— Me quejo.
—Bueno, es que ya sabes, si no nos casamos para los 40, tú y yo terminaremos juntos, es el pacto ¿no?— Dice divertido.
—Me quedan 12 años aun— Menciono.
—Y a mí, pero cualquier cosa puede pasar— Habla.
—¿Qué hago?— Le pregunto.
Él piensa un momento en la respuesta y sonríe —Tantea el terreno, y con terreno no me refiero a su cuerpo, me refiero a que veas que le pasa, como se tomó la falsa noticia y todo eso… tal vez te de una idea de cómo seguir ¿no lo crees?—
—Supongo que si— Digo dándome por vencida.
—Dame el anillo entonces, si te pregunta, dile que rompimos porque me di cuenta de que pasaste la noche con otro, y si ves que de verdad no hay chance, nos volvemos a comprometer— Sugiere y entre risas me quito el anillo para dárselo.
—Eres la mejor ex pareja que se puede tener— Bromeo.
—Y tú la mejor exnovia que alguien puede querer en su vida, haces que todo sea mucho más fácil— Pronuncia y me guiña un ojo para que después yo tome el valor de salir de esta oficina y afrontar la situación.