4: No Esperaba Esto

895 Words
Su anatomía sobre la mía en esta cama es un paisaje de esos que te quieres acordar para siempre. Ella sube y baja a su ritmo y yo la tomo de la cintura para ayudarla mientras que sus manos se posicionan sobre mi torso. La imagen de sus pechos moviéndose al compás me vuelve loco y me lleva a tocarla de una manera que la enloquece a ella también. Mi cuerpo se ha separado completamente de lo que dice mi cabeza, y su manera de inclinarse hacia mi hace que todo sea mucho más intenso. La tomo de la nuca para aprisionar su boca con la mía, y en medio de este intenso beso, ambos gemimos cuando nos dejamos llevar en un estruendoso orgasmo que nos llena de placer. Sonríe sobre mi boca y lentamente sale de mí, pero se deja caer sobre mi cuerpo —Eres demasiado bueno en esto— Comenta y sonrió para besarla una vez más. —Tú no te quedas atrás, puedes volver loco a cualquier hombre— Admito y solo me besa ligeramente para luego acostarse a mi lado en esta cama. La miro y observo como se sienta en el borde de la cama haciendo que yo me siente en donde estoy —Esto no puede salir de aquí— Me advierte y la miro confundido. —No tengo intenciones de decirle a tu padre que me cogí a su hija— Bromeo y me mira por encima de su hombro. —Hablo en serio Mateo— Insiste y la miro confundido. —No entiendo— Murmuro —No es que esto vaya en serio, pero ¿porque me insistes tanto en esto?— Me atrevo a cuestionarle. Ella levanta su mano izquierda dejándome ver un anillo con un enorme diamante y no sé porque no lo vi antes —Carlos es mi prometido— Dice como si nada y me quedo en blanco. No tengo idea de que rayos se supone que debo decirle —¿Felicidades?— Digo con dudas y me mira como queriéndome matar. —No creas que me siento orgullosa por esto— Declara y se pone de pie. Me levanto detrás suyo y la sigo por la habitación —¿Se puede saber porque carajos no me lo dijiste antes?— Le reclamo. —¿Antes o después de haber follado anoche?— Cuestiona sarcástica. —Ahora, antes de que te volviera a follar como dices tú— Sentencio. —¿Puedo culpar al alcohol?— Bromea y no le veo lo divertido. —No, en realidad no pensé que fueras así…— Digo con rabia. Ella acorta la distancia entre los dos —¿Así como?— Me reta. —¿Quieres que te recuerde quien sugirió que volviéramos a follar?— Expreso con rabia. Aziel me mira enfadada —¿Me dirás que soy una cualquiera por esto? ¿Así de machista es la cosa? Claro, para ustedes es toda una aventura follarse a otra mientras que están en una relación, pero si lo hacemos nosotras somos unas putas— Habla llena de rabia y noto como sus ojos se cristalizan. Observo con detenimiento cada gesto suyo y las dudas me carcomen —¿Qué paso aquí realmente? ¿Por qué estas así de enfadada?— Averiguo. Ella mira hacia otra parte —Solo le pague con la misma moneda— Susurra y me quedo frio. —¿Me usaste para vengarte de él?— Digo y ni siquiera me creo que esto sea lo que paso. —Lo siento, ahora por favor, vístete y vete, tenemos que estar en la empresa en un rato— Me pide e intenta ir hacia el baño, pero la detengo sujetándola del brazo. —Dame un motivo para que no se lo diga a tu prometido y toda tu boda se vaya a la mierda— Exijo con rabia. Aziel voltea a mirarme —Porque lo has disfrutado igual que yo. No creas que no conozco tu reputación entre las mujeres Mateo Becker— Indica. —¿De qué hablas?— —Eres un hombre conocido en el mundo de los negocios, pero también entre las mujeres que han pasado por tu cama. Todas saben que no te gusta el compromiso y que solo prefieres a mujeres que no te pidan pasar más de una noche en tu cama— Expresa y la miro sorprendido. —¿De dónde sacaste eso?— Presiono. —Los círculos sociales son pequeños, y los chismes muchos, pero no te preocupes, no se lo diré a nadie. Me quedare para mí lo bien que follas— Dice y roza mi nariz con la punta de su dedo —Ahora sí, vete antes de que llegue Carlos a buscarme— Me pide y de verdad que no puedo creer que ella me haya usado de esta manera. Respiro profundo mientras que la miro a los ojos y antes de que ella se vaya, la tomo de la nuca atrayéndola hacia mí. Sonrió sarcástico y la beso de una manera que no se la pueda olvidar más para después soltarla —Disfrute mucho follar contigo— Declaro para calmar mi rabia y la suelto como si nada hubiese pasado aquí. «No te dejare ganar esta partida» Pienso mientras que me alejo e intento encontrar la calma en alguna parte.
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