bc

Mi guardaespaldas en apuros

book_age18+
11.3K
FOLLOW
104.0K
READ
HE
friends to lovers
drama
office/work place
friends with benefits
like
intro-logo
Blurb

Chloe Lawrence tiene 35 años y piensa que no necesita nada más para ser feliz, es una fiscal muy reconocida en el estado de la Florida. Por situaciones de trabajo se ve en la necesidad de contratar a un guardaespaldas, ya que su vida puede correr peligro.

Theo Demaryius, dueño de una famosa agencia de seguridad se hace cargo de una gran oportunidad de trabajo con una reconocida fiscal, el problema, es que no está pasando por un buen momento en su vida personal, lo que hace que su convivencia con su nueva jefa, no sea tan fácil como pensaba.

chap-preview
Free preview
1.- Amenazas
Hola mis bellas, aquí estamos de regreso. Si todo sale bien, nos vemos en Noviembre con actualizaciones diarias. Saben que amo los clichés así que ya saben lo que pueden encontrar en está historia, drama, toxicidad y un poco de todo. Espero que la disfruten mucho. ************* Mi guardaespaldas en apuros, es una novela exclusiva en la plataforma Dreame y Sueñovela. Escrita por Dannya Menchaca (DannyaRent) registrada en SafeCreative bajo el código: 2209222060399 Se prohibe cualquier copia parcial o total de la obra, ya que estará infringiendo los derechos de autor. ************** Tengo un dolor de cabeza terrible, el juicio al que asistí esta mañana fue intenso y desgastante. Aún no puedo creer que a un hombre, que golpea a una mujer hasta mandarla al hospital, lo quieran hacer pasar por inocente y arrepentido; si hasta decía estar enamorado y haberse equivocado. Le pedía perdón a su mujer diciéndole que no lo volvería a hacer, fingió derramar algunas lágrimas para conmoverla. Por supuesto, conmigo, esas cosas no van. Hombre que le pone una mano encima a una mujer, no se vuelve a llamar hombre ante mis ojos y se va directo a la cárcel; así sea un artista famoso, como lo fue en este caso. Me ha costado mucho trabajo llegar al lugar en el que estoy ahora. Soy una fiscal reconocida y nunca permito que un hombre o mujer, que también he tenido casos, que maltrate física o psicológicamente a su pareja, salga impune; al menos antes de tomar mi cargo, siempre me dediqué a eso, ahora es un poco diferente ya que solo asesoro y no trabajo tan de cerca con el tema. En esta ocasión, un cantante de música pop en español, golpeó a su novia hasta mandarla al hospital, por una supuesta infidelidad; le quebró dos costillas y estuvo a punto de perder la vista del ojo derecho, sin mencionar todos los moretones que tenía en el cuerpo. El acusado tenía un abogado muy bueno, de esos que cobra varios millones de dólares, pero te asegura que saldrás libre de todos los cargos. Para su mala suerte, le tocó enfrentarse conmigo y por supuesto que no me dejaría vencer tan fácilmente; aunque fue difícil y nos costó varios meses de investigación, amedrentaciones constantes y mucha asesoría para su abogado, ganamos el caso y una buena indemnización para la demandante. El cantante famoso, pasará una larga temporada en la cárcel y tiene prohibido volver a acercarse a su ex mujer de por vida. Sinceramente me hubiera gustado una condena más contundente, pero igual me alegro que sea un ejemplo de que ser famoso, no te exenta de pagar las consecuencias de tus actos. Al salir del juzgado, su representante me amenazó de muerte, parece que con el veredicto, su cliente perdió varios contratos millonarios y es probable que su carrera se termine. No voy a negar que en algún momento me preocuparon sus amenazas, pero en realidad no lo creo capaz de hacerme nada, además, la amenaza la hizo públicamente, lo que me da un poco de protección en caso de que algo me suceda. Estoy con los ojos cerrados, masajeando mis sienes intentando relajarme cuando mi padre entra abruptamente a mi oficina. —¡Chloe! —exclama y abro los ojos para mirarlo. Se ve molesto y un poco agitado. —Acabo de ver en las noticias lo que pasó. —¿Vienes a felicitarme, papá? —le pregunto orgullosa. Mi padre es un juez muy reconocido y siempre me ha apoyado en mi carrera, aunque muchas personas piensan que es por él que llegué a ser fiscal, no es así; él me apoya, pero siempre me ha dicho que yo tengo que hacerme mi propio nombre y reconocimiento. —No, hija —responde preocupado—. Vengo a decirte que tienes que tener cuidado, el representante de ese chico no me da confianza, puede hacerte algo, no creo que su amenaza sea en vano. —¿Qué puede hacerme? —cuestiono restándole importancia. —No lo sé, pero yo no estaría tan tranquilo. Voy a llamar a Bon para que te consiga un guardaespaldas. —Papá, no es necesario, no tenemos porque irnos a los extremos. —Claro que lo es, prefiero que tomemos las precauciones pertinentes y si no aceptas, entonces tendrás que venirte a vivir conmigo —amenaza. —Está bien —acepto resignada—. Pero tú encárgate de eso, por favor. —Por supuesto que lo haré, enseguida hablaré con Bon. —Papá, no quiero algo llamativo, solo un guardaespaldas y nada más —advierto. —Vamos a ver qué nos sugiere Bon, no se trata de lo que tú quieras, sino de lo que sea mejor para tu seguridad. En eso suena mi teléfono. —Debe ser tu madre —asegura—. Ya me habló para darme unos cuantos insultos por apoyarte. Mi padre sale de la oficina y yo contesto el teléfono. —Hola, mamá —la saludo. —Hija, felicidades por ganar el caso, sé que fue muy complicado y es una gran victoria para ti. —Sí, mamá, lo es, gracias —respondo esperando el regaño. —Pero no puedo creer que dieras esas declaraciones a la prensa ¿en qué estabas pensando, Chloe? —me recrimina. —Lo único que dije, es que no voy a permitir, que un hombre golpee a una mujer y salga impune, sea quién sea —intento explicarle. —Chloe, lo estabas retando y ese hombre tiene mucho dinero, puede hacerte daño. —No me hará nada mamá, no te preocupes. —No puedo entender como tú padre te apoyó para que llegaras a ese puesto tan peligroso, pero claro, como él solo piensa en que pongas en alto su apellido, no piensa en las consecuencias que todo esto puede traer. Mi dolor de cabeza va en aumento, cuando mi mamá empieza a hablar mal de mi papá, es difícil controlarla. —Mamá, estoy un poco ocupada, tengo muchos pendientes, después te marco —farfullo intentando usar la poca paciencia que me queda. —Chloe, tienes que venir a verme, necesitamos hablar —me pide. —Lo haré mamá, en cuanto tenga una oportunidad. —Está bien, te estaré esperando. Adiós hija y cuídate por favor. —Tú también, mamá, adiós. Cuelgo y suspiro. Mis padres están divorciados hace muchos años, después de que se separaron se la pasan peleando. Ya perdí la cuenta de las veces que intentaron regresar y fracasaron, a veces me siento en un ring de pelea y yo soy la que está en medio escuchando sus quejas. Se separaron por celos de mi madre, siempre ha pensado que mi padre la engañó con su secretaria, pero mi padre lo niega rotundamente. En fin, yo prefiero no meterme, los amo a los dos y sólo ellos saben lo que han pasado, pero realmente me molesta que me hablen mal el uno del otro, es muy incómodo para mí; creo que por mucho que pase entre ellos, debe quedar un poco de respeto por los años que pasaron juntos y que de alguna manera hubo buenos momentos, porque los hubo. Ahora no tienen idea de los traumas que esto me ha ocasionado, le temo terriblemente al matrimonio y a las relaciones estables, no quiero terminar como ellos, en miles de intentos fallidos y en una guerra en la que solo afectan a las personas a su alrededor, en este caso a mí, que soy hija única. Tengo 35 años, soy la típica rubia de ojos verdes a la que muchos catalogan como indefensa, claro que en mí caso, me salí de los esquemas y he logrado llegar muy lejos. Algunos dicen que cuando estoy en el juzgado, mis ojos se oscurecen, sobre todo cuando estoy furiosa; de mi cuerpo no hay mucho que decir, trato de cuidarme porque tiendo a engordar, por eso y porque no creo que existan hombres fieles, prefiero quedarme soltera y sin hijos, no me veo como madre, creo que perdí ese instinto en algún momento de mi adolescencia o tal vez estoy un poco traumada por la forma en que es mi madre conmigo, si por ella fuera, quisiera saber hasta la hora en la que voy al baño. La adoro, pero a veces siento que me asfixia un poco y estoy segura que no quiero eso para un hijo mío y mucho menos, que cargue con los problemas que deberían ser solo de los adultos. Veo el reloj y me doy cuenta que es bastante tarde, recojo mi bolsa y salgo de mi oficina. —Jen, me voy —le informo a mi asistente. Jen tiene algunos años trabajando conmigo, hasta ahora es el que me ha durado más tiempo, es un chico muy responsable. —Claro, Chlo, que te vaya muy bien. Toma una ducha en el jacuzzi y relájate —me sugiere mientras guarda algunos papeles en los cajones del escritorio. —Lo haré, tú también vete a descansar, no le permitas a esa jefa tuya que te explote. —Me siento solo en mi apartamento, por eso prefiero estar aquí —comenta melancólico. —¿Y Renato? —le pregunto. —Ni me lo recuerdes, tuvimos una pelea por algo tan estúpido. Estoy por preguntarle qué pasó cuando suspira y se pone de pie. —Creo que me está engañando —murmura. —Jen, siempre piensas eso —lo regaño. —No Chlo, lo noto distante y siempre llega en la madrugada, esconde su teléfono y le tiene clave, nunca había hecho eso antes. —Quisiera darte ánimos, pero… —Sí, lo sé, eres la mujer anti-bodas, anti-relaciones, anti-hijos y anti-penes —se burla. —No, lo último si me agrada, siempre y cuando lo tenga un hombre inteligente y que sepa usarlo —respondo y los dos soltamos una enorme carcajada. —Tienes razón, algunos tienen unos enormes y son tan torpes —dice haciendo una cara de desagrado—. En cambio otros son pequeños, pero juguetones. Vuelvo a soltar una risotada y él sigue frunciendo el ceño como si estuviera recordando algo desagradable. —Espero que puedas arreglar tus problemas con Renato y que todo sea un malentendido. —Gracias, yo también lo espero —dice casi en un ruego. —Ahora ve a descansar, es una orden. —Está bien —bufa resignado—. Termino de ordenar mi escritorio y me voy. —No tardes —advierto—. Todo se ve perfecto, no tiene porque tomarte más de unos cuantos minutos —comento y me despido. Salgo de la oficina pensando en Jen. Sus padres viven en un pequeño pueblo de México, son muy humildes y él los ayuda; no terminó su carrera, pero yo le di la oportunidad de ser mi asistente porque desde un principio me cayó muy bien, y la verdad no me equivoqué, es un chico muy trabajador y se ha convertido en mi mejor amigo. Es el que alegra mis días con sus ocurrencias y vaya que tiene muchas. Bajo al estacionamiento y al llegar a mi coche, me quedo impresionada.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Bajo acuerdo

read
7.9K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
50.2K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.0K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
164.6K
bc

Navidad con mi ex

read
8.7K
bc

Tras Mi Divorcio

read
509.4K
bc

Yo, no soy él

read
88.2K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook