La villa de Varem lucía realmente diferente y el estacionamiento tenía tres coches, el primero para Cristián, el segundo conducido por Gregory especialmente para Elena y el tercero para Erika, la señora Melissa y cualquier mandado que se necesitara, los otros espacios estaban reservados para los invitados y debido a que las operaciones de la licorería de Varem y la cervecería Hamilton, así como los otros negocios de la familia se llevaban a cabo desde la villa, estos lugares siempre se encontraban ocupados. Elena descubrió un problema que jamás habría anticipado, un coche obstaculizando el suyo, habiendo tantos espacios libres, uno de los socios de Cristián pensó que sería más fácil estacionarse en el camino de entrada. – Mi lady, iré a buscar al dueño para que mueva su auto – le dijo Gr