Artemisa comenzó a respirar mucho más relajada mientras observaba como la carga de trabajo comenzaba a minimizarse con el paso de los minutos. La castaña notó de reojo que Gabriela seguía metida en los números que se le habían dado, por lo que eso era algo que le iba a ayudar demasiado cuando recopilara toda la pila de expedientes y contratos para la hora de entrega. — Mira — Susurró su mejor amiga mientras alzaba su mirada al observar quien estaba pasando de regreso a su mesa — Ella es la chica de la que te hablo — Artemisa alzó su mirada y la enfocó en la susodicha — La verdad es que ahorita no nos dirigió ni una mirada, así que no sé el por qué lo hizo antes de irse de aquí. — Se llama Anna — Le contestó Artemisa mientras la observaba hacer cosas un tanto sospechosa — La verdad es q

