LA VIDA DE MARLENE CLARE

El frió era evidente, el cielo torna de un color azul oscuro acompañado por pequeñas y brillosas estrellas junto con una enorme luna. Era de noche, Marlene deambulaba por las calles de Madrid, buscando un lugar donde recostarse y dormir un poco, e ignorar por unas cuantas horas los rugidos de su estómago. No había comido desde el día anterior, y poco a poco se había dado dé dé cuenta, de que fue una muy mala idea a ver escapado de casa, pero no se rendiría, ella tenía que luchar por él bebé que lleva en su vientre, quería que viviese en un mundo donde su propia familia no señalaran ni lo criticaran. Quería que él estuviese bien, a salvo de la disciplinada familia a la cual provenían sus padres. Marlene se sienta en una banca de un parque, que queda en casi en medio de la agitada ciudad, acaricia su vientre aun plano, y sonríe bobalicona recordando a su amado. Tal vez era muy joven, pero muy bien sabía lo que causaría esa aventura, y por su completa inexperiencia quedo embarazada. Suelta un suspiro de frustración, y mira a su alrededor, no había nadie en aquel parque solo estaba ella, y entonces decidió que mejor se quedaba allí. -Bebé, si me oyes quiero decirte que nos quedaremos aquí, no tenemos alternativa, además se me acabado el dinero. Mañana buscaremos trabajo y cuando me paguen buscare un mejor lugar para dormir, así que mami te dará calor allí adentro no importa que yo tenga frió, así que buenas noches mi amor- murmuró acariciando su vientre. Al día siguiente antes de que saliera el sol por completo, se levantó de aquella banca dura e incómoda, y comenzó a explorar la ciudad ya buscarse un trabajo. Pero durante todo el día no lo consiguió, ya que era muy joven, tan solo tenía 16 años y solo había terminado la secundaria, buscaban mujeres con experiencias no una simple chica embarazada. Y así pasaron dos días más, estaba exhausta, débil ... no había comido durante tres días consecutivos, cansada y adolorida, por haber dormido en aquella banca tres veces. Se fue sin perder las esperanzas de conseguir trabajo de lo que sea. Ya las seis de la tarde, paso por una panadería, el aroma que desprendía de aquel local hizo que su estómago rugiera con mayor intensidad. Miro por el vidrio ... curiosa y hambrienta. El lugar estaba abarrotado de gente, comprando panecillos y demás. Hasta que su vista se fijó en un cartel que decía " SE BUSCA MECERA" . La joven mujer frunció el ceño y se acercó aún más al cartel pegado a la puerta del local, y lo leyó cuidadosamente. Hasta que una mujer de edad avanzada sale agitada. La mujer la mira de arriba y abajo desdeñosamente. -Buscas trabajo- pregunta la señora de unos sesenta y tantos años. La chica nerviosa, solo se encoje de hombros, para después asentir. -Bien porque necesito mucha ayuda, después te entrevisto ahora ven ayúdame a repartir- dice la anciana tomándola del brazo y jalándola al interior del local. *** Ya pasado las once de la noche, Aurora sierra el lugar satisfecha, y muy casada por el agitado día. -Y entonces mi niña de donde venid- pregunta la mujer. Marlene la mira con vergüenza- Soy de un pequeño pueblo a las afueras de Madrid- responde. -Así, y que te trajo hacia aquí. Porque quisiste irte de tu pueblo- pregunta nuevamente la señora. Sentándose en una de las mesas, se sirve un poco de té de manzanilla he invita a la chica a sentarse junto a ella. -La verdad, estoy escapando- se encoje de hombros. ¡oh algo así!- responde apenada. La anciana frunce el entre cejo y la mira con curiosidad- que quieres decir con que estas escapando. -Es que he escapado de casa porque- dice casi en un tartamudeo- porque... estoy embarazada- sus mejillas se sonrojan, al recordar su primera vez con el hombre que ama. Los ojos de la mujer se sobre abren, y la mira despectivamente. Un poco impresionada de que una niña llevara un crio en su útero- ¿cuántos años tienes pequeña? -Tengo 16 años, pero cumplo los 17 en un mes, por favor señora Aurora, no me corra. Mire yo le barro, le lavo los trastes, o lo que sea que me ponga. Solo déjeme quedarme, necesito el trabajo, necesito mantener y ahorrar para cuando nazca mi pequeño. Sé que aun soy muy joven, pero por favor, no tengo donde vivir y ya se me ha acabado la plata.... se lo ruego- la joven chica ajuntas sus manos pidiendo clemencia, indecisa si decir que sí o no, la mira a los ojos, y sonríe, esa muchacha la hace recordar a ella de joven. -Está bien- le sonríe- no te preocupes- acaricia su mejilla- pero hagamos algo, soy una anciana sola no tengo hijos, que tal si me acompañas, y vives conmigo, trabajas aquí en este local, y así nos mantenemos juntas, así podrás criar a tu hijo que te parece- la joven chica sonríe feliz de esa gran oportunidad, y asiente. -Muchas gracias de verdad, muchas gracias- la mujer se pone de pie, y la abraza. -Bueno muchacha, vamos a que te acomodes en mi casa te parece, donde están tus maletas- Marlene se queda rígida hacia la pregunta. -No... yo no- ella niega- vendí mi ropa para poder comer- la mujer hace una mueca ante su respuesta, y vuelve sonreír. -No importa, para esta noche te prestare algo, mañana te llevare de compras... te parece- la joven chica asiente, y agradecida por esa oportunidad. Muchos ven esta vida injusta, otro la ven como golpes que se deben esquivar, pero así era todo, mientras caes siempre debes levantarte y seguir, sin importar tu pasado.