Al salir de allí camino al aeropuerto de Barajas, recibí una llamada de mi madre que me dejó muda. - Hija… ¿Me estás escuchando? – insistió al ver que no le respondía - - Si, mamá, pero no le puedo atender ahora – dije nerviosa, mirando las caras de confusión de Marco y Patrick – estoy en la guardia y bastante complicada. Por cierto, te tengo que dejar que me llaman a consulta. ¡Adiós! Colgué, y me quedé mirando el móvil sin comprender qué demonios estaba haciendo Pablo en mi casa en Londres, y con mi madre. - ¿Cómo que está en Londres? – dijo Marco, frunciendo el ceño, mientras continuaba mirando la carretera cuando estábamos por llegar a la Terminal 3 del Aeropuerto de Barajas - - Pues eso me ha dicho mi madre. ¿Sabes lo que pasará si se entera qu