En el vuelo de regreso a Londres pensé en volver a preguntarle a mi madre por el asunto del divorcio, pero no me atreví a hacerlo. Realmente me había dado cuenta de que eso tan grave que sucedió la seguía afectando, y por eso preferí aguantarme la ansiedad y esperar a volver a preguntar una vez que supiera si mis sospechas sobre la muerte de mi padre eran ciertas. Al fin y al cabo, viví desde los diez años con la duda, bien podía seguir teniéndola por unas semanas o unos meses más. De lo que sí no estaba completamente segura, era de que en caso de tener que preguntarle a Laura por el tema, como le había dicho a mi madre, ella supiera todos los pormenores del asunto, pero de eso, ya me ocuparía después. - ¿Y estás pensando en volver a Madrid, Isabel? ¿De verdad quieres dejar e