Al verlo ingresar a su piso Sara tembló, sí, tal vez lo había perdonado pero eso no borraba el dolor que sentía aún, el que sintió en su momento, la frustración, el miedo, y sobretodo la depresión que la acompaño por un largo tiempo, aún así se llenó de aplomo, se levantó y lo miro con gesto serio. — Buenos días... ¿ Tiene cita con el señor Davidson? — Joshua suspiro ante su tono cortante. Negó con la cabeza y se acercó a paso calculado a ella. — No tengo ninguna cita, pero me gustaría hablar con mi hermano, y si fuese posible también contigo. — Sara abrió los ojos sorprendida. — ¿Conmigo por qué? Qué te haya perdonado no significa que seamos amigos y podamos hablar cuando tú quieras. Joshua suspiro y se giró para darle una breve mirada a la oficina de Johann. — Es importante, para é