Las enfermeras trataron de impedir que entrara a la sala pero las ignoré. De la desesperación que tenía por verla y por estar con ella hice tal escándalo que tuvieron que llamar al director del hospital para calmarme… - ¿Qué pasa aquí? (dijo llegando con cara de sueño) ¿Tu? (al verme) Mateo… son las 3 de la mañana, ¿qué rayos haces? - ¡Quiero ver a mi mujer! Por favor, Luis… - Mateo… (tomándome de los hombros) no puedes entrar ahí… ¡no tiene sentido! Está en coma… - ¡¡Ya no lo digas más!! (apenas podía hablar)… - Es la verdad, señor! (dijo una de las enfermeras) - Por qué no se calla? (la miré con odio) - Está bien… (buscó algo en un cajón)… ponte esto… (dándome uno de esos trajes con gorro y tapabocas)… déjenlo pasar