Prólogo

455 Words
Mí nombre el Alba Kalecia Rusell Lombardi y ya lo se, es un nombre un poco raro y ambiguo, a veces me pregunto de dónde lo han sacado, de hecho no sé si alguna otra persona llegue a tenerlo, en fin, se podría decir que lo tengo todo... Belleza, dinero, amor e incluso soy odiada por muchas chicas y hasta por algunos de el género masculino, pero aún así siento que no encajó nada en este mundo. Una chica de cabello blanco, ojos azules, cejas negras y grandes pestañas del mismo color, sin mencionar mis labios. Mi rostro es un tanto angelical, según mi madre. Por ende siempre seré detestada por el sexo femenino, no tengo más que una amiga que me ha sido fiel desde el primer día que la conocí, he probado su lealtad mis padres me han enseñado a no confiar demasiado en nadie y mi amiga Nadia ha probado ser la mejor y más leal mejor amiga. Me apodan Blue y debo decir que adoro mi alias porque es mi color favorito, mi amiga incluso me ha sugerido teñir mi cabello de azul, pero mis padres me matarían. Hoy cumplo 16 y me siento feliz aunque algo extraña, hace unos días una voz me ha estado hablando y es como si hubiese alguien dentro de mí. he de estar enloqueciendo por que mi conciencia habla conmigo. — Kalecia, Soy Gesell y soy tu loba, hoy me verás, no te asustes cariño.  —una voz un tanto dulce y maternal resonó en mi cabeza. Aún así, aquello me asustaba, estaba enloqueciendo.  —¿Quien eres? ¿Que haces en mi cabeza? He de estar enloqueciendo. — pensé.  —No estas loca cariño, esto es real, ¿No has sentido que no encajas en este mundo? debes conocer el nuestro. Yo también quiero conocerlo.  — nuevamente esa voz se hizo escuchar en mi cabeza. — ¡Diablos... Blue! le hablas a tu conciencia — me grite a mi misma entre mis pensamientos. — ¿Por qué eres tan terca? Créeme, tus padres te hablaran de mí. — sonaba tan sincera, tan real, pero quizá mi subconsciente estuviera delirando. Igualmente no quería quedarme con esa duda. — ¡Entonces, mis padres también están locos! — afirmé resoplando por lo bajó. — Por eso no tienes amigos, no confías en nadie, eso te traerá problemas en nuestro mundo, problemas que yo deberé resolver. — está vez su voz se oía con mucha más firmeza. — ¡Callate estúpida conciencia! — grite. — ¿Kalecia? ¿Cariño, estas bien? — escuché a mi madre gritar desde la planta baja. — Si madre, lo siento. Sólo eran pesadillas. — me apresure a responder. — ¡Hija ven, tenemos que hablar contigo! — escuche a mi madre gritar desde la planta baja. — ¡Ya voy madre! — grité, para luego bajar las escaleras. Últimamente no podía dormir debido a que oía voces y me preocupaba el hecho de que algo en mí estuviera mal y pudiese volverme loca, debía decírselo a mis padres, seguramente ellos sabrían que hacer...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD