Me había besado, Adam me había besado y yo me quedé ahí sin hacer nada simplemente no supe que hacer, me sentía culpable pero ciertamente no sabía de qué, porque si alguien había besado al otro había sido él. Fue un lindo gesto de su parte el darme un invernadero, pero besarme ya era excederse el culpable era él y yo no me disculparía. — Estoy aquí por si quieres hablar mi niña. — comento mi madre. Yo simplemente estaba estática en una silla mirando a un solo lugar, pero sin tener una vista fija en algo simplemente estaba ida. — Pequeña sé que es muy pronto y que no estás preparada, pronto empezaremos un nuevo año aquí y tú aún no te adaptas. — la mire sin entender nada, porque no le había escuchado ni un poco, mi madre acarició mi mejilla. — Tranquila pequeña, agradezco que fui yo quie