Me he llevado unos cuántos días sin ir a la oficina por el corte en mi ceja y mis nudillos, pero no tardé en volver porque necesitaba estar allí. Chiara no faltó ni un día y poco a poco se iba poniendo al día con el ruso. La había escuchado murmurar en italiano que odiaba mi idioma y la entendía, no es fácil para una italiana aprender ruso, tuvo suerte que mi familia supiera inglés y pudiéramos hablar en otro idioma al menos, aunque muchas veces le hacían el vacío y se ponían a hablar en ruso. Ya es tarde, son las once de la noche y sigo en la oficina. Chiara también está en su escritorio, al parecer no ha terminado de hacer todo lo que tenía que hacer porque va atrasada. Viktor está enfadado conmigo, pero ahora mi hermano es el menor de mis problemas mientras siga con su culo lejos de