Ya en París Era la primera vez desde que la bomba explotó que el jefe confiaba en mí y por eso, le pidió a Rafael que en esta ocasión no viajara conmigo. A diferencia de las veces anteriores, esta vez sí necesitaba que permaneciera cerca de Fabrizio sin que nadie estuviera vigilando nuestros movimientos o conversaciones, aunque la realidad es que eso nunca había sucedido realmente… ¡Pero no en su cabeza! A decir verdad, al principio tuve algo de temor de que mi novio pudiera pensar que iba a pasar algo entre Fabrizio y yo, e incluso llegué a pensar que en otro descargo de emociones, pudiera producirse otro suceso nada deseable por mí, como el de aquella noche en la puerta de mi habitación en el hotel de Londres. En ese sentido, la presencia de Rafael me había hecho sentir segura has