Y me convenció… bueno, a medias. No estaba del todo segura de que la madre del niño quisiera que la ex novia del padre fuera la madrina. Pero tocó mi punto débil… las ganas de intentar que su hijo fuera tanto o más feliz de lo que fuera posible, en los aspectos que realmente hacen a la felicidad. Al que no le gustó pero nada la idea cuando se la conté al volver a Roma fue a Rafael. Pero a pesar de que compartíamos el punto de vista, sabía que mi decisión ya estaba casi tomada y por eso, me apoyó completamente. Rafael – ¿Estás segura de aceptar? Letizia – Pues no… Rafael - ¿Entonces? ¿Por qué lo harás? ¿Ya lo tienes decidido? Letizia - Ciertamente le pedí que lo hablara con Giovanna sobre esto y, mientras tanto, me lo pienso un poco más… Rafael – Pero estás casi decidida a hacerl