OWEN SINCLAIR
¡Hija de puta!
Siento como mi respiración se hace más acelerada mientras mi sangre hierve observando a la chica que me observa desafiante. Paso saliva sintiendo como una gota de sudor baja por mi espalda al tiempo que una punzada de dolor atraviesa mi cabeza.
- ¡LARGO!! – ordeno a todos los presentes quitándome la camisa extendiéndola – y tu – hablo a la castaña frente a mí que me observa triunfante – póntela – digo tratando de controlar mi enojo.
- Por qué no te vas a la mierda – sus ojos negros como la noche me desafían burlándose de mi.
- No quieres provocarme... – advierto acercándome a ella un paso, pero cuando esta por responder noto que la cubren con una camisa negra, al desviar la mirada me encuentro que fue Luckyan.
- No me interesa hacerlo – responde dándome una hermosa sonrisa antes de volverse hacia mi hermano guiñándole un ojo, gesto que hace que el aliento quede atascado en mi garganta.
- Es mejor que nos vayamos – habla la chica junto a ella tomando su ropa, mientras Viorica mete los brazos en la camisa abotonándola y la imagen en ese momento me seca la garganta porque ella se ve muy sensual.
- Este lugar es lo suficientemente grande para que jamás tenga que volver a toparme contigo – habla ella antes de darse la vuelta dispuesta a irse, pero vuelvo a tomarla del brazo impidiéndoselo.
- Owen... - habla mi hermana poniendo su mano sobre la mía.
- Tu y yo recién empezamos – hablo observándola a los ojos viéndola sonreír de forma burlona.
- No hay un "tú y yo" – responde soltándose bruscamente – no me gustan los idiotas – sin más se da la vuelta alejándose mientras yo la observo la respiración se me torna pesada cuando me imagino escenarios donde ella se encuentra vestida de la misma forma, pero con mi ropa y en otras circunstancias.
No sé qué demonios está pasando con esa castaña, pero desde que la conocí ha despertado una gran curiosidad en mí. fue la primera mujer en mi vida que me vio y paso de mi como si nada, como si yo no fuera quien soy. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo, me comporté como un imbécil cuando tropecé con ella, pero en ese momento estaba muy confundido por lo que sentí y más aún cuando ella me observo furiosa. "- ¿Qué haces imbécil?" esa simple frase me hizo sonreír internamente, pero al ver su rodilla lastimada me hizo sentir como un imbécil. Quise ayudarla, pero ella me envió a la mierda. Cuando volví a la residencia de la fraternidad ella seguía en mi mente haciéndome sentir como un imbécil, por lo que me di una ducha con agua muy fría con la firme convicción de olvidarme de ella.
Sin embargo, falle en mi intento ya que al día siguiente cuando salí a correr, cuando llegue al lugar donde la conocí reduje el paso con la esperanza de verla, pero no paso. Cada día durante el último mes pase por el mismo lugar sin éxito alguno hasta hoy que quise comer en la cafetería y entonces la vi. mi piel se erizo cuando la vi, sentada comiendo sumida en su propio mundo. me tome mi tiempo para detallarla, es hermosa. Cabello castaño recogido en un moño desordenado, se encuentra vestida con una sudadera negra, jeans claros y tenis blancos.
" - ¡oye! – habla mi hermana sentándose frente a mi haciendo que despegue la mirada de la castaña posándola en ella.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto bebiendo un poco de mi lata de monster.
- Que humor – comenta mi hermana burlona tomando una papa frita del plato del que estoy comiendo – mamá y papá quieren vernos – me informa haciendo que tome mi celular viendo que hay algunas llamadas de mis padres al igual que algunos mensajes. –
- ¿Dónde? – pregunto notando como una chica se acerca a ella hablándole muy emocionada y entonces recuerdo la fiesta que se hará en nuestra fraternidad.
- En nuestro restaurante favorito – habla quitándome la lata bebiendo un sorbo de ella - ¿vienes conmigo?
- Nos veremos allí – respondo viendo como la chica se va al tiempo que mi hermana dejándonos solos de nuevo. Vuelvo a verla concentrarse en su celular hasta que levanta la mirada encontrándose con la mía. Es inexplicable lo que siento al ver sus hermosos ojos negros, paso saliva viéndola enarcar una ceja. De repente me enseña el dedo medio en un gesto obsceno lo que me hace sonreír a lo que ella rueda los ojos antes de volver a ignorarme."
- Me acabo de enamorar – la voz de mi hermano Luckyan me saca de mis pensamientos haciendo que me vuelva a verlo mal.
- Así que tú eres el imbécil – comenta Oliver pensativo llamando mi atención – tropecé con ella hoy y por su reacción supuse se había topado contigo – lo veo tomar la botella de la que ella bebía dándole un gran trago.
- Con lo buena que estaba la fiesta – habla mi hermana suspirando sentándose en la mesa donde se encuentran las botellas de licor cruzándose de piernas observándonos y me doy cuenta que estamos solos - ¿Quién es ella? – pregunta curiosa tomando una botella de tequila.
- No les interesa – respondo haciendo que enarquen una ceja molestos.
- Lo que sucedió esta noche estará en boca de todos...
- Por dios, casi te la follas en medio de la pista – habla mi hermana sarcástica – ella te golpeo...
- Dos veces – habla Oliver levantando dos dedos.
- Me hiciste ir hasta ella para que jugara a la botella – reprocha bebiendo más tequila - ¿querías verla desnuda? – le quito la botella bebiendo de ella bajo la atenta mirada de mis hermanos.
- La viste... - habla Oliver divertido
- De hecho... – habla Luckyan burlón – TODOS la vimos – endurezco la mirada – pero yo soy el afortunado...
- ¿Por qué? – preguntamos al unísono a lo que él sonríe con superioridad.
- Se llevó mi camisa – me guiña un ojo y por primera vez en la vida siento deseos de golpearlo. - tengo una excusa para acercarme a ella...
- Luckyan...
- Ya niños – habla mi hermana sonriente - ¿al menos saben cómo se llama?
- Viorica – respondemos al unísono haciéndola sonreír mientras lee en su celular.
- Viorica Fox – lee haciendo que la piel se me erice al escucharla – dieciocho años, beca completa para la facultad de medicina, oriunda de Londres, actualmente vive en la residencia de estudiantes, comparte habitación con April Belmont...
- Detente – digo llamando la atención de los demás. sé que Irisa tiene tosa su información, pero hay cosas que quiero descubrir por mí mismo.
- Habitación 7024 – habla antes de bloquear su celular bajándose de un salto de la mesa – me marcho – dice caminando fuera del lugar dejándonos solos.
Sin decir una palabra me marcho a mi habitación donde me desnudo antes de ir al cuarto de baño donde me doy una ducha, bajo el agua dejo que mi mente vuelva al momento en el que la vi en la fiesta. Ella se encontraba jugando beer pong se veía realmente aburrida, me quede en las sombras deleitándome con su belleza, esta vestida de forma diferente a la que la he visto antes. Ahora se encuentra enfundada en un conjunto n***o que la hace ver muy sensual, el top cubre únicamente sus senos ya que unos finos tirantes se anudan en su espalda, una falda muy, pero muy corta lo que me hace fruncir el ceño ya que si se inclina un poco mostraría más de la cuenta, además de que ese pedazo de tela tiene una abertura en una de sus piernas, las botas largas le dan ese toque único. No sé durante cuánto tiempo la observe hasta que su amiga la arrastro a la pista lo que mando a la mierda mi autocontrol y más al escuchar la letra de la canción que empieza a bailar de forma sensual. paso saliva viéndola pasar sus manos por su cuerpo haciendo que me empalme mientras mi respiración se torna pesada.
tomo mi m*****o en una de mis manos deslizándola de arriba abajo recordando la sensación de tenerla contra mi cuerpo, paso saliva sintiendo las venas de este palpitar con mi toque, cierro los ojos pegando mi otra mano a la pared con su imagen grabada en mi mente las ganas por ella me estremecen lo que me hace soltar un leve gruñido cuando eyaculo derramándome de una forma que nunca antes había experimentado. Respiro profundamente terminándome de bañar sintiéndome más confundido de lo que nunca antes me había sentido. Al salir del cuarto de baño me pongo un chándal acostándome tratando de dormir, pero no logro conciliar el sueño por lo que me acuesto bocarriba poniendo mis manos bajo mi cabeza viendo el techo poniendo mi mente en blanco hasta que los primeros rayos del sol iluminan la habitación.
me levanto antes de que suene la alarma, me cambio el chándal por un conjunto deportivo en color n***o, me pongo los audífonos saliendo de la habitación yendo a la cocina donde me bebo una taza café antes de salir a correr, veo que la casa ya está completamente ordenada y limpia, sin rastro alguno de la fiesta que hubo la noche anterior.
- ¿recordando? – escucho la voz de mi gemelo junto a mí por lo que me vuelvo a verlo. - ¿golpea fuerte? – enarco una ceja a lo que él sonríe divertido.
- Si, nadie pensaría que con esa apariencia delicada pudiera golpear tan fuerte – respondo tratando de irme, pero su voz me detiene.
- Recuerda que esta noche tenemos una reunión para elegir a los nuevos hermanos – asiento con la cabeza saliendo dejándolo de pie en la entrada.
Luego de una hora vuelvo dándome una ducha antes de vestirme, paso por la cocina donde nuestro chef pone frente a mí un plato con mi desayuno el cual me devoro en instantes antes de salir. Camino hasta el aula donde tendré mi primera clase del día. Al llegar veo a Oliver allí por lo que me siento a su lado justo cuando entra el profesor haciendo que me olvide de todo lo demás concentrándome en la clase.
Para Oliver y para mí, es nuestro último año en la universidad antes de elegir nuestra especialidad y posgrado, nuestro último año de tranquilidad. Si bien estamos estudiando dos carreras a la vez nuestras responsabilidades son pocas. Por eso asumimos la presidencia de la fraternidad, cada quien eligió un deporte en el que nos convertimos en capitanes, luego se unió Luckyan e Irisa lo que ha convertido mi estancia en la universidad. Los cuatro como siempre nos convertimos en los mejores, de nuestras carreras, nuestros deportes, en nuestras fraternidades y en todo lo que hacemos. Al igual que en la escuela y preparatoria, nos tratan como si fuéramos de la realeza, algo que es una idiotez, pero mentiría si dijera que no lo disfruto.
- Es todo por hoy... - la voz del profesor me saca de mis pensamientos notando que la clase ha acabado.
- ¿pensando en ojitos? – pregunta Oliver a mi lado haciéndome fruncir el ceño observándolo.
- ¿ojitos? – pregunto recogiendo mis cosas
- Viorica – la respiración se me corta al escucharlo viéndolo reír burlón y antes de que pueda decir algo se va dejándome solo.
Salgo del aula revisando mi celular viendo un mensaje de mi madre, lo leo sonriendo cuando veo que me riñe por no enviarle un mensaje de buenos días. De repente siento que tropiezo con alguien lo que hace que mi celular caiga al suelo.
- Que karma estaré pagando – dice ella haciendo que me estremezca por lo que me vuelvo a verla.
- ¿quieres darme otro vistazo de tu cuerpo? – pregunto viéndola sonreír sarcástica.
- Ni en tus mejores sueños – dice ella haciendo que la tome de la parte trasera del cuello pegándola a mí. Su mirada furiosa hace que el aire abandone mis pulmones.
- ¿quieres apostarlo? – pregunto acercando mi rostro más al suyo bajando la mirada a sus labios notando como se muerde el labio inferior logrando que mi piel hormiguee.
- No me gustan los idiotas – responde ella subiendo una sus manos por mi cuerpo lentamente sin apartar sus ojos de los míos – y aunque no lo fueras, no eres mi tipo...
- Nena... - de un manotazo hace que la suelte lo que me sorprende cuando se aleja un paso de mí.
- Se me hace tarde para entrar a mi clase – habla haciéndome sonreír observándola fascinado – por cierto, creo que debemos quedar a mano – frunzo el ceño confundido cuando veo que baja la mirada a mi celular en el suelo y antes de que pueda entender a qué se refiere ella pisotea varias el celular último modelo, antes de volver la mirada a la mía y en lugar de enojarme aprieto mis labios tratando de ocultar una sonrisa al ver lo bien que la hace sentir eso. – ten buen día Karma – sin más continua su camino dejándome con una enorme sonrisa en el rostro mientras recojo el teléfono destruido.
- Igual para ti nena...