Thomás me miró, una mirada que no había visto desde hace mucho tiempo, el tipo de mirada que te hace sentir bien, en la que puedes confiar, de la que te dice que ya no habrá más problemas.
—¿Me amas?— cuestiono con felicidad en su tono de voz casi riendo de alegría tome su hermoso rostro entre mis manos y me aproxime a sus labios con cuidado introduje mi lengua hasta encontrar la suya un extraño y excitante beso casi me hace perder el control de mi propia conciencia pero si mi corazón se encontraba tan frenético y me sentía tan atraída hacia el, tan nerviosa queria pensar que esas eran las señales de estar enamorada.
—¡Si!—conteste con emoción y una sonrisa.
–¡Huye conmigo!–exclamo con fuerza lo que hizo que mi corazón saltara de emoción.
–¿Estas seguro de esto?–me trataba de convenc
