Queria vengarme, pero no estaba dispuesta a arriesgar lo único bueno en mi vida, mi corazón ya estaba decidido a quien amar pero él no debía saberlo, porque yo lo conocía; sabia hasta donde podía llegar su amor por mi y no queria perderlo aunque eso significara jamas volver a verlo.
Aquella cabaña no tenia mas que una ventana en donde podía observar el pequeño pueblo donde nos encontrábamos, el cielo estaba nublado; pensé que podía salir pero Robert me lo impidió, aun no tenia la capacidad de controlar mi sed de sangre humana; pero pude admirar desde aquella ventana como comenzaba a nevar.
Robert encendió la chimenea y me invito a sentarme a su lado en un sofá de terciopelo rojo.
-¿Que es lo que piensas? - preguntó y recostó su cabeza sobre mis piernas.
-¿Porque me preguntas eso?
-Qui
