-Cariño despierta es tarde- me susurró dulcemente en el oído abrí lentamente los ojos una cálida luz entraba por la ventana y frente a mi su hermoso rostro, amaba sus ojos azules, cada pigmento que le daba color a su piel que se iluminaba con el sol y una bella sonrisa acompañaba a su belleza, su cabello rubio caia sobre mi acariciando mi rostro; era lo que quería ver cada mañana al despertar sin embargo era una pequeña ilusión que vivía con una mujer diferente de la que deseaba tener a mi lado. Esto que vivia,esta extraña vida que compartía con una prostituta era mi único consuelo,quería creer que aquella hermosa mujer que ofrecía sus encantos por unos cuantos billetes podría sustituir lo que por derecho ya no era mío y que tan sólo, quizás podríamos olvidar su forma de ganarse la vida y