ANNA
Después de varias horas de hacer maletas, por fin estamos listas, el portero del edificio nos ayuda a subir nuestras maletas, nani se despide de él, es que nani hizo varias amistades muestras vivimos en este lugar, a donde ella llega, toda la gente la quiere.
Se ha puesto unos pantalones anchos, suerte rosado y abrigo largo amarillo, una mascada azul en su cuello, con zapatos negros de piso, nani siempre se viste muy a la moda.
Yo tengo puesta una mini falda, con medias negras y botas hasta a la rodilla, una camisa blanca por debajo y encima un suéter n***o, mi cabello es corto, castaño y lacio.
Manejo hacia el aeropuerto, al llegar, un chico de la terminal nos ayuda a bajar nuestras maletas para documentarlas.
Es una sorpresa que lleguemos a México, aunque ya les había avisado a mis padres que llegábamos en unas semanas, nos hemos adelantado para que sea una sorpresa, así que por eso no mandó mi padre su propio avión.
Camino por el aeropuerto con nani de mi brazo, me platica que extrañará mucho a sus amigas y también a las mías, es que nani, junto con Paula, Mia, Vale y Claudia, son dinamita pura.
Una vez que las maletas están documentadas, nos sentamos a esperar, nuestro vuelo sale dentro de 40 minutos, hemos llegado antes porque nani odia ser impuntual y la verdad yo también.
– ¿Y no te ha mandado mensaje el ese Fabrizio? – pregunta nani con desagrado en la voz y es que jamás le cayó bien
– Si nani, pero no le conteste – miro la gran sonrisa de nani al escucharme, la verdad es que no sé porque anduve con él, siempre fue un fiestero sin nada que hacer, es guapo no lo puedo negar, delgado, cabellos rubios alborotados y brazos musculosos.
Al principio fue muy cariñoso, pero después cuando pensó que me tenía segura, sacó las garras, tomaba, y fumaba, trate de darle una oportunidad, él se la pasaba de fiesta todos los días y como yo me la pasaba estudiando se iba sin mí, nani siempre me dijo que era un vividor bueno para nada.
Recuerdo que cuando él me iba a buscar nani me negaba, hasta que Fabrizio se dio cuenta que nani lo detestaba.
Y la verdad es que no lo soporte mucho, solo duramos 5 meses, me di cuenta que no tenía futuro aun cuando sus padres son muy ricos, el tipo no estudiaba ni trabajaba, y la gota que derramo el vaso fue cuando me pidió la “prueba de amor” ¿quién diablos pide sexo como prueba de amor? Claro, un machista retrograda, como me negué, me dijo que era una samaritana, recuerdo perfecto como se le marcó de rojo mi mano en su estúpido rostro.
Me buscó varias veces, pero jamás volví con él, además de que nani le ponía varias trampas, una vez hasta lo empapó con una cubeta de agua, según ella no lo vio, pero se perfecto que desde la ventana nani estaba atenta a que llegara para aventarle la cubeta de agua, me reí a carcajadas ese día, y Fabrizio se fue maldiciéndonos.
Nani dice que sus maldiciones solo nos hacen ponernos más guapas y tiene razón, desde que lo corte, sé que me quite a un vividor de encima.
– Que bueno mi niña – dice nani y me toma la mano, le sonrío a mi nani querida, es cierto que tuve varios novios en España, pero ninguno me comprendía, yo siempre he sido estudiosa y los chicos solo quieren fiesta, sexo y alcohol, y no negare que también me gusta bailar y disfrutar, pero se mis limites, sé que no estaré perdida de borracha un lunes a medio día.
Los lunes son para trabajar en los proyectos que marcaran nuestro futuro, porque, aunque soy joven, y mis padres son ricos, ese dinero no es mío, debo yo misma abrirme camino, no por mis padres o mi apellido, me gustaría que mi nombre de diseñadora sonara alto entre las grandes empresas de moda, y eso solo lo podre logar si me enfoco en mis sueños.
Por el momento no tengo pensado tener novio, las relaciones quitan mucho tiempo y son complicadas, en 3 años que estuve en España me di cuenta que es muy difícil encontrar a una persona afín a ti, con las mismas ideas, los mismos sueños o por lo menos que te apoye y te aliente a cumplir tus metas.
Solo falta ver a mi hermano, lleva varios años con la zorra de Carolina y sé que no se aman, ella es totalmente opuesta a Alejandro, es una loca, presumida y vanidosa que solo se gasta el dinero de sus papás en ropa de marca.
En cambio, Alejandro ama los autos, desde niño ha trabajado, aunque no necesite hacerlo, sé que lleva muy buenas calificaciones en la facultad y pronto se va a graduar, él me ha contado que una vez que se gradué trabajara en los talleres de la empresa de mis papás.
El también quiere hacer sus cosas solo sin depender de nadie, y a su tonta noviecita solo le sirve la cabeza para peinarse, no hay nada más en ella.
Es por eso que por el momento no estoy buscando el amor, tampoco estoy cerrada a ello, si un día llego a conocer a un hombre divertido, con metas y futuro, que me haga reír, que me quiera tal cual soy, que me apoye y me anime a seguir a delante, y que quiera a mi nani, ese día, entregare completo mi corazón.
De pronto Nani susurra para sí misma sacándome de mis pensamientos
– Que guapote – dice ella bajito, pero la escucho y arrugo el ceño
–¿Qué nani? – le pregunto mientras ella tiene su mirada fija al fondo, la sigo y me detengo al mirar a dos hombres con traje de pilotos hablar a lo lejos
– Nani deja de ver hombres – digo con reprimenda, pero me río
– Ay hija, la vista es muy natural, y como que ya me dio sed, voy por un refresco – la abuelita se levanta sin dejarme ni siquiera hablar y camina hacia los pilotos, a lado de ellos hay una maquina dispensadora de refrescos.
Ellos hablan sin siquiera darse cuenta que la picara de mi bisabuelita se los está sabroseando.
Ambos son altos de cuerpos atléticos, miro a uno de ellos reírse, tiene una sonrisa contagiosa, sus cabellos son castaños, el corte es tipo militar, le queda muy bien la verdad, su sonrisa es genuina, sus labios son rosados y sus dientes blancos
Nani coloca un par de monedas en la máquina de refrescos, está a unos cuantos pasos de los pilotos, ellos siguen charlando sin notarla, la maquina le da una lata de soda a nani y ella lo toma, se guita a mirarme y me guiña el ojo pícaramente, me río y niego con la cabeza divertida mirando a mi bisabuelita
De pronto se quita la mascada azul de su cuello y la lanza hacia los hombres uniformados, el pañuelo cae a los pies de uno de ellos, es el mismo que sonreía, nani camina apresurada hasta llegar a mí, no sé qué pretende esta abuelita
– ¿Nani que haces? – pregunto con ella ya sentada a mi lado, nani solo agranda su sonrisa y alza las cejas una y otra vez
– Creo que funcionó – dice ella y arrugo el ceño, me hace señas con su mirada para que voltee y lo hago, me quedo muda al mirar al uniformado a centímetros de mi
Me mira fijamente, de lejos no se notaba, pero tiene unos lindos ojos verdes, su sonrisa genuina sigue en sus labios, su piel es blanca y sus cabellos castaños brillan a la luz del sol que entra por las grandes ventanas
– Hola – dice el, su voz es gruesa pero suave a la vez, me gusta el tono de su voz y no sé porque
– Hola –contesta nani ya que yo sigo embobada mirando sus rasgos, sus ojos verdes claros son grandes y su boca mediana, labios rosados y largas pestañas, en su mejilla izquierda tiene un pequeño lunar, en su cuello se muestra la manzana de Adam, bajando por su cuerpo puedo mirar que, aunque tiene el uniforme puesto, se notan sus brazos trabajados y abdomen plano.
– ¿Esto es de usted? – pregunta el con la pañoleta azul que nani a propósito tiró, nani me da un codazo ya que yo sigo muda mirándolo, reacciono y hablo
– Si, es mía – digo sin pensar y el me mira, alza una de sus cejas pobladas y con sus carnosos labios hace una mueca
– Robar es delito señorita – dice él y arrugo el ceño, se ríe de lado y nani se ríe con él, miro a nani, me empiezo a enfadar, lo que tiene de galán lo tiene de idiota
– ¿Perdón? –digo un poco exaltada, él se ríe más, y mira a nani, se arrodilla frente a ella y le entrega la pañoleta
– Cuídela bien, se le cayó a usted cuando fue por su refresco, le queda muy linda, luce muy bien con su atuendo – dice el hombre mirando a mi nani con dulzura, ella por supuesto aletea sus pestañas para el tipo y yo solo muero de coraje, acaso me llamó ¿ladrona?
– Oh, gracias cariño, ni cuenta me di – dice nani y ruedo los ojos, claro que se dio cuenta, lo hizo a propósito para que ellos la notaran
– De nada, tengan un lindo viaje – dice el tipo con voz suave para nani, y le da un caballeroso beso en la mano, yo los miro con enfado, no sé si se están coqueteando, el me mira con mis brazos cruzados, se ríe de lado y se levanta de los pies de nani
– Con permiso – me dice y da un asentimiento con la cabeza, no le contesto, solo ruedo mis ojos mirándolo con enfado, él se ríe una vez más, sus ojos verdes brillan por la luz del sol al entrar, se aleja, y yo solo me quedo sentada enfadada.
– Que caballeroso es ese piloto tan guapo – dice nani deslumbrada, la miro y niego con enfado
– ¿Que? – pregunta haciéndose la inocente, pero sabe perfecto lo que acaba de hacer
– Nani eres... – digo, pero no termino ya que escucho los altavoces del aeropuerto indicar que tenemos que abordar, nani solo me muestra sus dientes en una gran sonrisa, esa nani nunca cambiará, suspiro y me levanto con nani para abordar, miro a todos lados, pero el piloto de ojos verdes ya no está…
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Hola a todos, si les ha gustado está historia, síganme en mis redes, sss Angeles Ubaldo Escritora e IG historias_angelesubaldo para que se enteren cuando comenzare a actualiza y sobre otras historias que próximamente voy a publicar (>‿◠)✌