Estoy en la casa de Matilde jugando con Pablito, Angeles está en la cafetería, Matilde llega con un vaso de agua y me la ofrece, lo tomo y sonrío
— Gracias – digo, ella sonríe y se sienta a frente a mí
— Pablito te adora – dice ella con alegría
— Y yo a él, no sabes todo lo que sufrí pensando que les había pasado algo malo – digo y Matilde me mira con dolor
— Lo siento Alex, no podía decir nada, Angeles me amenazó con irse si lo hacía, y no podía permitir que anduviera sola con el niño – dice Matilde con tristeza
— Está bien Matilde, fue mejor que estuviera aquí contigo – digo y la miro con cariño
— ¿Qué pasa? – pregunta Matilde mirándome fijamente
— Nada solo que, no puedo creer todo lo que pasó, no puedo creer que la perdí, ahora ella está esperando un hijo de otro y yo, no sé si
