Capítulo 2

1106 Words
Lindos ojos marrones... Bajo al quinto piso, algún pretexto se me tiene que ocurrir, llego pero no la miro sentada en su escritorio, solo está Laura, la asistente de RH, ella me mira y parece sorprendida —Hola, ¿sabes si esta Raúl en su oficina? – pregunto y ella me contesta nerviosamente, parece impresionada, se le debe hacer raro que venga personalmente a sistemas, siempre es Raúl el que va a mi oficina cuando necesito algo, pero ahora lo único que necesito es volver a perderme en esos inocentes ojos marrones —Sí, está en su oficina, con Angeles – dice ella, y sonrío al instante al escuchar que está ahí. Toco la puerta y escucho que Raúl me hace pasar, entro y ma miro sentada frente a Raúl —Hola, espero no interrumpir – digo y ella se gira hacia mí, miro como el rubor de sus mejillas hace efecto en ella, me encanta verla así, Raúl me mira y me da un abrazo, se lo correspondo mientras la miro por encima del hombro de Raúl, ella también lo hace pero después baja la mirada para ocultar su sonrojo. Raúl me presenta a Angeles, la miro intensamente y le sonrío —Sí, ya nos conocemos, ¿cómo estas Angeles, ya no te has perdido? – digo y Raúl se pone tenso —No ya no gracias a Dios – dice ella con una hermosa sonrisa — ¿De dónde se conocen? – pregunta Raúl con voz áspera, sé que piensa que es una de mis amantes o algo así, Raúl me conoce bien —No te alarmes, la conocí hoy en el ascensor – digo para tranquilizarlo, él se relaja y sonríe nuevamente. Angeles nunca sería mi amante, ella es diferente, es dulce e  inocente. —Bueno yo los dejo, voy a mi escritorio, con permiso –dice ella pero me muevo para quedar cerca de su cuerpo —Te veo pronto – susurro cerca de su hermoso rostro, me mira tímidamente y le sonrío, ella también lo hace y sale de la oficina. Noto a Raúl mirándome con perspicacia, debo disimular que esa muchacha me encanta — ¿Que pasa Alex? – pregunta con curiosidad ¿De qué? – respondo haciéndome el desentendido —Con Angeles – dice con firmeza, tengo que ocultar cualquier pizca de interés —Nada, la conocí hoy, ya te dije – digo con naturalidad mientras ambos nos sentamos —Entonces ¿a qué viniste? – pregunta con suspicacia, tengo que decirle alguna excusa —Pues viene a invitarte a un partido de póker – digo lo primero que se me ocurre, Raúl me mira sin creerme del todo pero me sigue la corriente — ¿Enserio? – dice él y asiento —Sí, el  sábado, ¿qué dices?, debes recuperar tu honor – digo divertido,  se perfectamente que Raúl es pésimo en el póker, la última vez no ganó ni una sola mano, él asiente y sonríe —Me parece perfecto – dice y nos ponemos a platicar de la empresa, de los planes que tengo, Raúl es un buen amigo, aunque la verdad me muero de ganas de salir y verla de nuevo —Me tengo que ir – digo después de ponerme al día con él, Raúl se levanta para acompañarme a la puerta, giro la perilla y ambos salimos, puede ver como Angeles y Laura nos miran con interés. —Me parece perfecto, entonces te veo el sábado y esta vez te voy a ganar Alex – dice Raúl divertido —Raúl ¿cuándo vas a aceptar que no eres bueno en el póker?  – digo y nos damos la mano —Cuídate Alex – dice Raúl y se mete a su oficina, me giro hacia Angeles y la miro fijamente —Hola Angeles – digo con una sonrisa en los labios —Hola Alex – dice ella, me encanta cuando me llama por mi nombre, creo que estoy empezando a comportarme como idiota, pero ella provoca tantas cosas en mí — ¿A qué hora sales? – pregunto, quiero seguir hablando con ella, es como una necesidad —A las 7 – contesta ella con timidez —Ya son 7:10 ¿qué te parece si te llevo?, yo también ya voy de salida – digo y ella me mira sorprendida —No se preocupe, yo tengo que terminar unas cosas y después voy a buscar mi uniforme, no quiero incomodarlo – dice ella con aturdimiento —No me incomodas, puedo esperar a que termines de hacer tus cosas, te veo en media hora en el estacionamiento – digo firmemente —Y por favor  tutéame,  me siento viejo si me hablas de usted – digo con humor —Disculpa Alex, pero de verdad no te molestes, yo me voy a ir con Laura – dice ella y señala a Laura —Sí,  es cierto, nos vamos a ir juntas – dice Laura  y sonríe  — ¿Estas segura?, puedo llevarla a las dos, ¿qué dices?– digo y poso de nuevo mi mirada en la suya, ¿qué me pasa? ¿Porque hago esto?, jamás he llevado a ninguna empleada a su casa, yo solo quiero estar cerca de ella —De verdad Joven Alex, es que vivimos ya sabe, colonias “populares” – dice Laura, pero no la miro, me concentro en esos hermosos ojos marrones llenos de inocencia —No importa, yo las llevo, es peligroso que dos mujeres anden solas por las calles y más de noche, las veo en media hora en el estacionamiento – digo y entro al elevador Llego al estacionamiento y entro a mi coche, no sé qué estoy haciendo, ¿qué me está pasando?, su mirada es hechizante, pongo las manos en el volante y suspiro, sé que parezco idiota, yo solo quiero mirar sus lindos ojos. Arranco el motor y llego a la entrada, ellas ya están ellas ahí, me bajo y miro como Angeles y Celso están demasiado cerca, la miro fijamente, no me gusta esa cercanía. —Buenos noches Celso – digo secamente,  Angeles me mira y se aparta rápidamente de él, sonrío con satisfacción —Bueno  señoritas, ¿listas? – digo y tomo a Angeles de la mano, su piel es suave, y delicada, ella se deja llevar, abro la puerta del coche y entra, después hago lo mismo para Laura, me muevo por el coche y llego a mi lugar, todos nos despedimos de Celso y arranco el motor — ¿Les gusta la música? – digo y la miro, está visiblemente nerviosa con las mejillas rosadas, es tan dulce
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