Jake subió justo detrás de ella, pisando sus talones. Evidentemente, solo se fue Thiago, quién claramente sabia estaba sobrando en esa casa; Paola siguió a Jake luego de tratar de explicar a los padres de Emma que su hija no estaba loca y esa decisión no había sido tomada a raíz del golpe en su cabeza.
El mejor amigo de Emma volvió a tocar la puerta, insistentemente:
— Sabes que no me voy a ir hasta que me abras la puerta. — Sonaba muy calmado, pero era algo que él lograba disimular muy bien. Jake sabía que el tiempo se iba acortando y si Emma no iba al hospital se odiaría toda su vida. Despues de todo, solo él había descubierto lo que realmente sucedió esa noche hace más de 20 años. — Emma... — Jake apoyó su cabeza a la puerta viendo de reojo a Paola subir por las escaleras.
— Dejala en paz, Jake. — Le adviritió desde el poco conocimiento que tenía en el tema. — Emma estará mejor sin él.
— ¿De verás crees que estaría parado aquí si no supiera lo que ella quiere? A mi me importa muy poco la familia Lautner. — Paola rio con ese tipica risa burlona.
— Nos estuviste mintiendo todo este tiempo, Jake. — Le pegó en el pecho. — Tú sabías quien era el culpable de todo y te callaste.
A este punto Emma abrió la puerta, principalmente porque no quería que por error sus padres escuchasen algo, y también porque no soportaba verlos discutir. Ambos amigos entraron despacio, con caras largas cada quien por una razón distinta pero el resultado era el mismo.
Todos estaban procesando esta nueva información.
— Emma, lo siento. — Jake se disculpó al entender los sentimientos de su amiga. — Sé que toda esta situación es confusa— y miró también a Paola— y prometo que despejaré cualquier duda, pero tienes que confiar en mí ahora. — Tomo las dos manos de Emma tratando de buscar aceptación.
— Lo siento, Jake. Pool podría interesarme menos ahora más que nunca. — Ella estaba siendo sincera, Emma había caído en la decepción y el rencor, creía que todos esos sentimientos bonitos que tuvo habían sido una mentira, pero no lo eran; y eso era algo que lo descubriría en su momento. — Él no va a morir y mucho menos por mi.
Jake sabía que el tiempo acababa, cuando dejó a Pool los doctores estaban ya dándole a la familia Lautner la posibilidad de que el menor de los Lautner no pasara de esa noche. Obviamente, la familia Lautner no quería aceptar lo que en el mundo de los licantropos es evidente, necesitaba a su mate.
— Emma,— la miró fijamente— ¿podrías hacerme caso y confiar totalmente en tu amigo que te adora? — Emma suspiró, no había caso seguir discutiendo.
Jake sonrió de lado, lo había logrado.
— ¡No sonrías así! — Le gritó — Si que puedes ser insistente cuando te lo propones.— Concluyó, Paola no comentó nada al respecto. Estaba de acuerdo con su amiga. — Iré solo por ti. — Jake asintió complacido.
Los tres amigos bajaron, después de una breve explicación a los padres de Emma partieron rumbo al hospital; sí, los tres. Paola tambien iba, se sentía más que nerviosa pues iba a ver a su novio, nadie lo había confirmado o siquiera mencionado, pero era más que evidente que él tuviera mucho que ver en este nuevo enredo, no era tonta.
Sin embargo, lo que Paola se iba a encontrar esa noche era más de lo que estaba esperando en todos los sentidos posibles.
Durante el camino nadie habló por muchas razones, la principal porque el hospital donde Pool se encontraba internado pertenecía a su manada, por ende a pocos minutos desde la casa de Emma; y esa misma era la segunda razón, para Paola y Emma que habían comprendido la teoría, que ya habían pisado el territorio de los Lautner antes sin sabes lo que ahora sabían, era muy sofocante la sensación de ver lo que escucharon.
Emma sobre todo, no se había dado tiempo en analizar a detalle la información nueva y conectarla con lo que ya sabía. Suspiró recordando todo, dandose cuenta que evidentemente ese era el ¨vínculo¨ al que todos se referían la primera vez que lo habían dejado oficialmente, hace muchos meses ya de eso.
No sabía exactamente los detalles, pero después de haber visto con sus propios ojos lo que sucedió aquella vez, entendía que había algo que los conectaba mágicamente sin haber realizado algún hechizo como se lo habían confirmado anteriormente. Eso la asustó un poco, recordó el estado de Pool aquella vez, no quería verlo así nuevamente.
No lo odia, aunque ella no quisiera admitirlo aún porque aun estaba organizando y validando todas sus emociones y percepciones, no lo odiaba; sin embargo, de algo estaba segura y es que lo había dejado de ver como el muchacho de la que ella se enamoró.
Ahora, en cambio, solo sentía que era alguien más que aun mágicamente estaba vinculado a ella, no era inhumana, estaba preparada para cortar todo tipo de lazos con él. Al pasar de los años, Emma había desarrollado la habilidad de desvincularse emocionalmente de las personas que consideraba eran un peligro para ella o su familia.
En lo que resto del camino Emma solo pudo organizar más todos sus recuerdos, todo lo que había vivido estos últimos meses en una vista general. Por eso, cuando Jake se estacionó cerca a las puertas del hospital, y vio a Sarah no pudo sonreírla, tampoco pudo estar enojada con ella, simplemente desconectó.
Los chicos bajaron, Jake le hizo una señal a Sarah de que no se acercara, no porque temiera por lo que las chicas la agrediesen sino más bien por lo mal que iba a pasar la loba. De todos modos, esta vez todos estuvieron de acuerdo que la única salvación para Pool era la sangre de Emma, esta vez un beso no lo salvaría.
Camino al ingreso, Paola vio de reojo a su novio hablando con alguien más, quiso continuar su camino pero finalmente solo Emma y Jake pudieron llegar a su destino, de todas maneras, Emma era la única quien haría la donación de sangre. Así que, ni siquiera trataron de impedir que Adrián se llevara a Paola, ni siquiera ella lo hizo.
Cuando estuvieron apartados, él la abrazó por un tiempo prolongado, Paola levantó su rostro y vio que estaba todo mojado, los ojos rojos. Confusa preguntó:
— ¿Tan mal está Lautner? — Él negó. — ¿No es por él?
— Sé que Emma lo va a salvar como la última vez, por eso vino ¿no es así? — Paola no respondió, aún estaba confundida. — Él estará bien, Emma jamás dejaría morir a alguien por puro gusto.
Paola estuvo de acuerdo en ese punto, pero estaba asombrada por su habilidad de simplemente asumir que ya sabían la situación y ni siquiera tratar de explicarse; quería enojarse, pero el semblante que su novio mostraba no era de gran ayuda, al contrario, solo la preocupaba.
Parecía estar desconsolado.
— ¿Qué es entonces? — Preguntó. — ¿Qué te tiene así?
— No sabía que tú también estabas viniendo, yo... — Rio sin ganas. — Pensaba mantenerme fuerte, pero te vi.
— Entonces, dime... — No sabía que preguntar.
— ¿Puedo hablar con mi amiga por un momento? — Pidió con achicando sus ojitos, se veía tierno. Y es que habían acordado algo no tan lógico, que cuando alguno quisiera un consejo de amigo, lo tendrían siendo completamente parciales. Hasta el momento les había funcionado. — ¿Puedo?
— Sabes que sí. — Lo sentó en una mini colina, y ella se sentó junto a él, algo alejados de la entrada. — Soy toda oídos.
— ¿Qué debo hacer, Pao? — Ladeo la cabeza para mirarla y poder continuar. — Creí que sería más sencillo por quien soy, creí que el consejo... — Negó. — Creí que el apoyo de mi familia bastaría, pero ahora se ha convertido en un peso mantenerlos en pie. — Paola no entendía. — Estoy obligado a casarme con alguien de otro reino... — Paola no supo que decir, quiso hablar pero el corazón le latía muy fuerte, así que no pudo emitir palabra alguna. — Un matrimonio arreglado para reforzar mi reino no es lo que esperaba para mí.
Entonces ella habló:
— Así que eres como él — estaba pensando negarse así misma un hecho posible, no quería plantearse que hacer en la situación en la que se encontraba ahora mismo, y gracias a eso no sabía que hacer— ¿no es así? — Adrián asintió.
— ¿Vas a tener miedo de mí ahora? — Ella negó. — ¿Vas a odiarme? — Volvió a negar. — ¿Vas a alejarte de mí? — Paola no dijo nada por un segundo.
— Creo que con lo que acabas de decirme, no seré yo quien se aleje. — Adrián negó. — Esta bien, fue demasiado bonito para ser eterno, no podemos simplemente ignorar lo evidente. — Estaba tratando de ser fuerte porque Adrián no podía, aún caían algunas lagrimas por su rostro. — Aun podemos seguir siendo amigos, ¿no?
— No quiero casarme con nadie más que no seas tú. — Confesó.
— Pero, literalmente somos de mundos distintos. — Lo presentía. — Aquí no tenemos reinos. — Adrián sonrió.
— Sé que te encantaría mi mundo. — Ella sonrió con empatía. — Si tan solo...
— ¿Tuviéramos un vínculo? — Eso también lo presentía, Adrián negó. — No pueden separar a Pool y Emma gracias a eso, ¿no es así?
— No necesito de vínculo... Tiempo, si tuviera más tiempo. — Suspiró.
— Eso me deja entender que ese matrimonio esta a la vuelta de la esquina. — Adrián agachó la cabeza. — ¿Por qué no me dijiste nada?
— Porque aun no me rindo. — Contestó. — No voy a perderte facilmente, Pao.
— ¿Qué significa eso? ¿No lo estamos dejando, entonces? — Se sentía feliz, pero con un peso encima.
— No te voy a dejar hasta que agote todas mis posibilidades, ¿vas a hacerlo tú? — Tenía que responder, pero no sabía cuál era su respuesta. Adrián la miró a los ojos. — Puede que no seas mi mate pero te haré mi Luna, — Paola no lo entendió— soy un lobo, ¿recuerdas?
— Pero, yo no... — Valbuceó.
— Y eres perfecta así, — la besó suavemente— solo decide por nosotros. Dame chance de quedarme a tu lado. — Ella asintió.
— Pero, debes contarme todos los detalles. — Pidió como condición.