¿Por qué los cambios más cruciales sucedían tan rápido? No te dejan procesar lo que está sucediendo hasta que ves el resultado final, al menos así se sentía Pool. Tenía a su novia internada de un lado del bosque escapando de él, y a la prófuga a quién debía atrapar por el otro lado.
¿Qué debía hacer?
Lo primero y más factible, los refuerzos llegaron tan pronto él había pedido apoyo, lo único bueno que su mente ideó entre tanta confusión. Adrián y Jake llegaron casi al mismo tiempo a pesar de no haber estado en el mismo lugar cuando Pool los llamó, bueno, solo llamó a uno, Adrián; ya él se encargó de contactar a Jake. Es lo que todo grupito suele hacer, es fundamental.
Es de este modo que intentaron inútilmente toparse con Ana en el camino, gracias a las direcciones breves de Pool. Y, ahí estaban los dos restantes del equipo buscando a una psicópata en medio de la noche, mientras Pool se las arreglaba por seguir respirando pues curiosamente, la herida proporcionada por Ana no había sanado, ahora solo faltaba que el mismo Pool se diera cuenta de ese detalle.
Cuando se dieron cuenta que no había caso seguir dando vueltas en el mismo lugar donde Pool había visto a la acusada en cuestión por última vez, se reunieron con Pool.
— Explícame, Lautner, — Jake soltó un suspiro pesado, recordemos que su preocupación principal se debía a la huída de Emma, la poca información que tenían— explícame exactamente qué sucedió y por qué Emma no está aquí contigo.
Estaban tan ensimismados en el asunto de Emma, que seguían sin percatarse que su amigo y aliado estaba desangrándose lentamente.
— Yo… — Pool se agarró el rostro para ocultar su vergüenza, no había podido evitar su cambio. Sus amigos lo miran a la expectativa, pues ciertamente no saben con exactitud que fue el detonante para que Emma decidiera adentrarse al bosque oscuro y separarse de su novio. — Dejé que me viera. — Dijo con una expresión de rabia.
Estaba enojado consigo mismo, y la reacción perpleja de sus amigos no ayudaba mucho, solo incrementaba la culpa que sentía; puede que esta sea la razón por la que a pesar de haber pasado tiempo prudente sin recuperar él no le diera prioridad, aparentemente ni lo había notado, todos sus sentidos estaban en ella. Ya había cometido la burrada de hacerle ver que su peor miedo no solo era real, sino que él aparentaba ser uno de ellos, Pool quería remendar ese error.
Por otro lado, el rostro de Jake no parecía tan calmado como usualmente aparentaba, él era el más racional de los tres siempre había sido de esa manera y es por eso que hacían un gran equilibrio; sin embargo, Emma estaba por sobretodo, Pool podría ser su novio, pero Jake tenía un lazo fraternal con ella, considerada parte de su familia.
Su reacción, no fue la más acertada, pero si entendible. Quiso lanzarse sobre Pool, y Adrián no planeaba detenerlo, no porque estuviera de su lado, era porque su cerebro aún no había terminado de procesar toda la información; Adrián era lento, pero detallista, fue el único que conectó aquella mancha roja que comenzaba a pronunciarse en la camisa de Pool, con el ataque de Ana.
Así que, logró detener a Jake con la mano en su torso.
— Dumont. — Jake lo miró de mala gana, y luego siguió la señal que le hizo hacía la herida de Pool. El moreno abrió los ojos ampliamente, dejando su cólera de lado. — ¿Estás viendo lo mismo que yo?
— Jake, sé que merezco todo tu enojo… — El nombrado lo calló con un gesto.
— Pool, — su amigo lo miró confundido, pero prestando atención— ¿te has dado cuenta que estás sangrando? — Pool miró su propio cuerpo tratando de encontrar la prueba hasta que dio con la herida. Sonrió de lado. — ¿Por qué estás sonriendo…? — Todos sabían lo que significaba el hecho de que su herida no estuviese sanando.
— Así que a esto se debía esa incomodidad. — El moreno lo regañó con la mirada.
— Eso no es lo importante. — Lo regañó.
— Jake tiene razón, esto es grave. — Concordó, Adrián a lo que Pool suspiró. — ¿Cuánto ha pasado ya…? — No terminó la frase. — Esa bruja planeaba acabar contigo de la manera más sutil.
— Después de confesar que yo no era su blanco, tu teoría cobra sentido. — Volvió a suspirar pensativo, otra vez olvidándose de la gravedad de su estado actual, ni siquiera se entendía bien cómo es que se estaba manteniendo en pie con tanta facilidad. — ¿Qué es lo que tiene Emma? ¿Qué es lo que nos estamos perdiendo? — Jake bufó al ver que otra vez se estaba mal-direccionando.
— Lautner… — Trató de llamar su atención, pero el muchacho en cuestión seguía concentrado en sus pensamientos. — Lautner. — Le dio una mirada rápido a Adrián para que lo ayudara.
— Lo primero es lo primero, — Pool volvió a pensar en voz alta. Los chicos creyeron que por fin prestaría atención a su situación— necesito encontrarla. — Declaró.
Antes que se malentienda, tengamos en cuenta que Pool ha vivido toda su vida como un hombre-lobo con los beneficios de un ser sobrenatural, entiende de una hemorragia lo que entiende de la tabla periódica. En cortas palabras, en este momento su cerebro no lo categoriza como su prioridad no solo por la situación de Emma, sino porque no entiende el riesgo que su vida está corriendo.
— ¡Pool! — Jake era el más preocupado de los tres. Había llamado su atención, la mirada de confusión por parte del lobillo lo demostraba. — Al único lugar al que irás es al hospital. — Pool rio sin gracia. — Es en serio, no sé cuánto tiempo llevas en ese estado, pero estoy seguro que tu cuerpo no repondrá sangre que no hay en tu sistema.
Adrián que se había alejado un momento, regresó justo después de cortar una llamada.
— Ya confirmé tu situación, Jake tiene razón. — Pool pareció pensárselo, pero aun entendiendo más abiertamente su situación, no podía no dejar de querer ir tras Emma. — Tu hermano está en camino, será cuestión de algunos minutos.
— Vale, vale. — Aceptó. — Pero, tomaré ese tiempo para asegurarme que ella este bien, solo… — Y fue cuando sintió un mareo que no esperaba, la mirada preocupada de los chicos hizo que dejara pasar el asunto. — No me la voy acercar, — le prometió a Jake— pero será más sencillo si vamos juntos, no hay forma de que pueda pasar desapercibido su olor. — Eso era muy cierto.
— No lo creo. — Era el hermano de Pool. — Tú y yo iremos a que detengan esa hemorragia antes que mueras desangrado.
— ¿Ya estás aquí? — Había un tono de decepción en su voz, y algo de sorpresa.
— Estaba por los alrededores. — Eso le sonó extraño, pero no hizo preguntas.
— Bueno, vamos todos a buscarla entonces. — Propuso. — No estaré tranquilo mientras no me asegure que esta físicamente bien.
— Probablemente no estarás vivo para asegurarte que este con bien si alguien no atiende eso— apuntó su herida— en los próximos diez minutos, — le lanzó un trapo— por ahora mantenlo apretado lo más que puedas, y sube al auto. — Pool iba a refutar.
— Nosotros nos encargaremos, puedes ir tranquilo. — Le aseguró, Adrián. — Oye, — se acercó a él— recuerda que no solo se trata de tu vida, tú eres un alfa tienes a toda una manada que depende de ti. — Eso lo había convencido.
Asintió siguiendo a su hermano.
— Hace cosquillas. — Lo escucharon decir.
— Evita hablar en lo posible, y súbete. — Fue lo último que se escuchó antes de oír la marcha del carro.
Esa noche nadie pudo pegar el ojo, todos estaban en la búsqueda de Emma a quién no habían encontrado en las primeras horas por lo que solicitaron ayuda adicional; también estaba la situación de Pool con su familia en el hospital pues era la primera vez que se había visto un caso como este.
En cortas palabras, nadie durmió esa noche. Nadie salvo Paola, la mejor amiga de Emma, había pasado una noche muy tranquila sin siquiera imaginar todo lo que estaba pasando allá afuera.
— ¡PAOLA, RESPONDE TU MALDITO CELULAR! — Sí, esa es la hermosa voz su mamá cuando alguien osaba interrumpir su sueño.
Abrió los ojos perezosamente, los volvió a abrir y a cerrar repetidas veces hasta acostumbrarse a la luz del día. Volvió a escuchar la voz de su madre advirtiéndole que, si Paola no respondía, ella misma subiría a responder esa llamada, eso alarmó a la rubia quien creyendo que se trataba de su novio, salió disparada de su cama guiándose por el escandaloso sonido de llamada.
Respondió con somnolencia.
— ¿Diga? — Trató de pronunciar mientras bostezaba abiertamente.
— Paola... — Era la señora Sweet, eso le pareció muy extraño, sobretodo el tono preocupado de su voz. — Soy la mamá de Emma. — Paola asintió como si la señora Sweet pudiese verla. Quiso preguntar la razón de su llamado, pero la mamá de Emma fue al grano. — Mi hija está contigo, ¿no es así? — Rio forzadamente evitando responder, “¿por qué me haces esto Emma?”, se preguntó internamente, sabía que se metería en problemas si mentía. — Emma no ha llamado desde su salida con Pool, — explicó brevemente, “debería llamarlo a él, entonces”, pensó Paola— he tratado de contactar a Pool, pero su teléfono está apagado.
Eso la alarmó por un segundo, pero luego se relajó, ¿quién no olvida el estado de su móvil cuando está envuelto en amoríos?
— Señora Sweet… — Se aclaró la garganta decidida a responder con la cruda verdad, su verdad.
— Ya hablé con Jake. — La interrumpió. — Él me explicó que Emma está contigo, solo… Me dejó con esta sensación extraña en el pecho y quería confirmar sus palabras. — “¿Por qué Jake mentiría?”, se preguntó y al segundo siguiente cayó en cuenta que algo había pasado la noche anterior, no había otra respuesta. — ¿Paola?
— Llevaré a Emma de regreso durante el día, por favor no se preocupe, confíe en nosotros. — Paola logró tranquilizar a la mamá de su amiga, pero eso no duraría para siempre.
Ni bien la llamada había terminado, Paola marcó el número de Pool, no obtuvo respuesta alguna como ya imaginaba. Llamó a Jake y se mantuvo en línea mientras se lavaba el rostro, debía salir en buscar de respuesta; Jake contestó al quinto intento, ya iba de salida. ¿Con el permiso de quién? Su madre la iba a tener que perdonar, pero esta era una emergencia.
Bueno, al menos explicó un breve: «Mam' necesito ubicar a Emma y Jakkie no está respondiendo a mis llamadas».
Se metió a su coche y, aun con la mano nerviosa tomó el volante, comenzó la marcha. Durante todo el camino rumbo a casa de Jake no dejó de llamarlo, pero este nunca atendió la llamada acto que la hacía sentir mucha más prensión en su pecho imaginando inevitablemente las peores situaciones en su mente creativa.
¿Por qué tanto drama por algunas horas de no saber el paradero de su mejor amiga? ¿Acaso exageraba? Ni tanto. A raíz del trauma vivido, Emma no podía estar incomunicada por más de seis horas, eso todos lo sabían, era como una especie de regla no dicha. Una regla que no se había roto, y las pocas veces que se había dado resultaba en una noticia perjudicial para Emma y su entorno.
Obviamente no le iba a decir a la madre de su mejor amiga que había información oculta, la poca verdad que sabía, eso solo la alteraría más, creerían que su salud mental habría empeorado. Eso no era una opción viable, por mucho que Paola estuviese extremadamente preocupada pues en unas horas se cumpliría un día desde la última vez que sus padres la vieron.
Llegó a casa de Jake, nadie estaba fuera de ella eso solo hizo que su corazón comenzara a latir con mucha rapidez, la puerta principal no tenía seguro cosa que curiosamente solía ser en casa de su amigo, entró. Tuvo que caminar en línea recta tratando de ubicar al moreno, continuó su camino mientras lo llamaba, pero no obtuvo respuesta.
Antes de regresarse, y ver que más posibilidades tenía de hallar noticias de lo que estaba sucediendo (buscar a Pool fue una de ellas), se tentó a abrir la única habitación que siempre tenía seguro en casa de su amigo, nunca les había prohibido libremente el ingreso, pero si alguien tenía una habitación cerrado con seguro todo el tiempo, era evidente que no permitían visitas ahí.
— ¡Jake! — Habló fuerte contra la puerta antes de empujarla pues esta estaba entreabierta, y ese detalle también llamó mucho su atención. A razón de ninguna respuesta, se dispuso a entrar. — Jake…— Se aclaró la garganta. — ¿Jakkie?
Quería que su voz fuera notoria, pero por mucho que se aclaró la garganta solo salió un susurro de su garganta, un susurro que reflejaba su incredulidad.
La manera en la Jake estaba sentado, esa posición tan casual pero poco usual en ese ambiente con varias cosas a su alrededor, cosas que no reconocía en su mayoría salvo por un collar de Emma. La iluminación era escaza gracias a las velas que alumbraban el lugar, de hecho, las velas fueron la clave, motivo por el cual toda esta imagen la llevaba a una sola conclusión.
Siempre lo había escuchado hablar de magia, pero creyó que era un charlatán, que sí bien había mostrado algunas veces un poco de lo que sabía no estaba al nivel de un hechicero como tal, para empezar Paola tenía el concepto de brujos y brujas muy relacionado a las personas que encontrabas en cierta parte de los mercados tratando de leerte las cartas o la mano.
Esto que tenía frente a sus ojos era definitivamente otro nivel, Jake parecía estar repitiendo constantemente una frase inaudible mientras gotas de su sangre caían sobre el pequeño diagrama dibujado en el piso. Paola tragó saliva sin saber cómo actuar realmente, debía quedarse, pero ¿cómo lo iba a interrumpir? ¿Debía quedarse entonces?
Jake abrió los ojos y se encontró con los ojos claros de ella, Paola casi se atora con su propia saliva.
— Jakkie… — Todo el camino a su casa estuvo listando las cosas que tenía por reclamarle, pero ahora frente al moreno, Paola había quedado en blanco. — Jakkie…— Volvió a repetir con la voz casi asustada.
Si era todo un nuevo descubrimiento saber que la magia realmente existía, ella lo confirmó al ver las velas apagarse al mismo tiempo que Jake abría los ojos. El asunto que la atemorizó no fue eso, fue la mirada de desesperanza en los ojitos cafés de Jake, sintió el nudo en la garganta porque presentía eran malas noticias.
Aún más porque no hubo reclamos de parte de Jake del por qué estaba en un lugar dónde no había sido invitada, o al menos una reacción de sorpresa, nada. Su amigo solo abrió sus labios para emitir un mensaje claro:
— Es oficial, Emma está desaparecida. — Paola solo se cubrió la boca evitando cualquier reacción exagerada.