Marla —Antes de contarte mi pasado, ¿no hay nada que quieras preguntarme del presente? —Prefiero escucharte. —Andrés, recuerda lo que te dije acerca de los problemas —lo pensó un poco más y de pronto pareció hallar la respuesta, o más bien, una pregunta. —¿Cómo me encontraste? —Valentino me ayudó, él te estuvo vigilando estos días y en cuanto te vieron dirigirte hacia San Cristóbal me trajeron de inmediato sus hombres, así que hablé con un contacto aquí y me indicaron en dónde estabas. —No entiendo, ¿quién es Valentino? ¿A qué se dedican él y tú? Porque algo me dice no eres una prostituta cualquiera… Sin ofender —reí por lo bajo por ese cambio de actitud que lo hacía ver tan tierno y tomé la jeringa sin que él me pusiera resistencia. —Por fin haces las preguntas adecuadas, pero esta