Camino por los alrededores esperando a que se digne a venir por mi, en el camino compro una buena botella de tequila puro, cala en mi garganta, pero ya después de media botella empiezo a olvidar tanta mierda, harta de toda esta situación me levanto y trato de no caer, de no pensar en nada, ¿Dónde estará? ¿Qué estará haciendo? Y esta vez no pienso en Jeremy.
-Evangeline, ¿qué pasó?
-¡Jeremy!
Me abrazo de él y comienzo a sollozar, sé que no me juzgará por ello.
-Ven, vamos a casa.
Jeremy toma mi mano y me lleva a su auto, subo y espero que el lo haga, da marcha al motor y nos vamos del lugar.
El camino fue silencio, no tenia ni la menor pizca de querer conversar, Jeremy me observa de vez en cuando y el único sonido que se apreciaba era el de mis labios succionando la botella de tequila
