La pistola cae de mis manos, esto debía ser una maldita broma de mal gusto, ¿Helena mi madre? -¿Qué carajo estás diciendo? -Eva, Helena es tu madre. -repite Iván. -Eso no es verdad, Sophia era mi madre, no ella, definitivamente no eres tú, dime que esto es mentira Helena. Mi tia estaba callada, no negaba ni desmentia, estaba afligida, lo podía notar. -Es verdad Eva. -lo confirma. -No, no, no y no, tú no, yo, no quiero, me niego tú no puedes ser mi madre, no puedes, eres a la persona que más odio en este momento, quiero matarte Helena, no puedes ser mi madre. -Pues lo es, Eva. Me dejo caer de rodillas junto a la pistola, las lágrimas bajaban por mis mejillas. -¿Cómo, cómo fue? ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Por qué demonios se empeñaron en ocultarme las cosas? -Eva, no lo entender