Emily Rose. —Señor, estamos llegando —la voz del chofer de Nicolás resuena muy en el fondo de mi cabeza. «Mi almohada está un poco dura, pero aun así se siente maravillosamente bien» pienso mientras me acomodo para continuar… durmiendo. —Si deseas puedes acomodarte mejor en la cama del hospedaje —Nicolás dice muy cerca de mi cara mientras roza su pulgar por mi cachete. Abro los ojos estupefacta y mi mirada se encuentra con los de él. «Santo cielo, pensé que solo lo había pensado. Mierda, mierda y mil veces mierda ¿Qué estará pensando de mí?» Me mira extrañado, no sé qué decirle ahora mismo ¿En qué momento me quedé dormida y en su pecho? Aunque estuvo genial y no me arrepiento en absoluto, pero, ¿Cómo pude relajarme tanto así para quedarme dormida? —¿Estas bien? —pregunta extrañado