Emily Rose. —Doctora Emily, vengo a llevarla a su nueva habitación —uno de los enfermeros que me atiende entra con otros más en la sala, al medio día. —La Doctora Jen autorizó su traslado a una habitación normal esta mañana, pero con algunas precauciones. Debemos monitorearla las 24hs, sus movimientos serán mínimos por el momento y las visitas están restringidas. —Pero ya me siento mejor —me excuso al notar la silla de ruedas que uno de ellos pone frente a la camilla para poder movilizarme. Desde que desperté hace dos días no he sentido molestias más que por las heridas que tengo curando en mi bajo vientre y aunque mi mente está nublada y confusa, los dolores de cabeza que tenía el primer día han desaparecido gracias a los analgésicos. —Es mejor asegurarse —comenta este último ayudando