Capítulo 10; Un bien común

1542 Words
El teléfono suena por algún lugar de la habitación, es Masha, lo sé porque tiene un tono distintivo. Marco gruñe cuando me alejo de él, otro poco y no se dónde hubiera terminado esto. Tomo el teléfono y veo salir a Marco con su camisa en la mano. —Rusia. –respondo aún sin aire. —Creo que estoy embarazada. –murmura Masha del otro lado de la línea y yo me quedo perpleja con la noticia que me acaba de dar. Los recuerdos vuelven a azotarme con fuerza. Las lágrimas caen por mis mejillas, el nudo me impide hablar o respirar de manera correcta. Soy consciente de que ella habla pero no entiendo que dice. La llamada termina, yo me dejo caer de rodillas al suelo, me abrazo a mi misma y lloro, pero no lo hago en silencio, grito hasta que mi garganta duele. ¿Por qué no puedo ser feliz? ¿Por qué no puedo tener lo que siempre deseé? ¿De que sirve tanto dinero y poder si soy tan infeliz? Siento los brazos de Marco sostenerme y ya ni siquiera me quiero alejar, solo quiero llorar, llorar y maldecir el momento en el que perdí lo que amaba. —Llora todo lo que necesites mi rusa bonita, yo estoy aquí y aunque no sea la persona que necesitas justo ahora, soy la persona que no volverá a dejarte sola. –murmura mientras me abraza a su cuerpo, como si quisiera pegar cada pedazo roto de mi. Yo me aferro a él, lloro cuánto necesito, maldigo en mi mente todo lo que fue, lo que no será, lo que me duele y jamás voy a poder superar. Estoy cansada de huir, estoy harta de vivir infeliz, todo sería mejor si cierro los ojos para siempre y dejo de sentir todo ese dolor y rabia, todo sería mejor si ya no estoy aquí. *** Abro los ojos lentamente, me pesan demasiado, pero seguramente es por dormir tanto o haber llorado hasta secarme, escucho a Marco hablar, pero supongo que lo hace por teléfono. —Ella está dormida, le diré que te llame cuando despierte. –dice y me embarga la culpa al pensar que es Masha quien me busca. Me siento en la cama y tomo mi teléfono, tengo un mensaje de Vladimir, uno de Masha, y uno de Jhonny. Necesito llegar a Italia ya, no puedo seguir perdiendo tiempo, quiero alejarme de Marco lo antes posible, o terminaré donde no quiero. Marco entra a la habitación y me observa, pero no lo hace con lastima, solo me observa expectante. —Iré a traerte agua. –dice y sale de la habitación, yo solo asiento aunque ya no me ve. Me levanto de la cama y camino hasta la pequeña maleta que preparamos en la tienda de Kayla, tomo la pijama y me dirijo hasta la ducha. Mañana será otro día y debo enfrentarme a lo que sigue, no voy a poder huir de lo inevitable siempre. Bajo el chorro de agua tibia analizo las cosas. Masha debe sentirse aterrada, sé que es algo que no planeó y el miedo de que pase por lo que yo pasé, es tan real como yo misma. —¿Quieres algo de cenar? –me pregunta Marco desde afuera. —No, estoy bien. –respondo y por un momento pienso que él va a entrar, pero no lo hace. —De acuerdo. –murmura y se aleja de la puerta. No puedo volver a caer, no otra vez. Por más que mi corazón y mi cuerpo deseen estar con ese hombre, mi mente sabe que ya no podemos hacerlo, cuando estemos en Italia todo eso acabará y volveremos a lo que fuimos, dos conocidos con historia, pero nada más. **** —Sabes que no puedes huir de las cosas. –murmura Jhonny desde el otro lado de la línea. —No pretendo huir, Jhonny, solo no estoy preparada para eso. —¿Y quién en su sano juicio lo estaría? Mira rusa, esto es difícil pero ella es familia, además... él también lo es, quieras o no. Bianchi es ahora parte de nosotros, de ti sobre todo, no puedes seguir fingiendo que no es así. »Dale una oportunidad, es un idiota pero uno que te ama. —¿Por qué se pronto todo el mundo quiere verme con Bianchi? ¿Acaso ya se te olvidó lo que hizo? —No, ¿pero qué caso tiene que estés asi si no te devolverá lo que perdiste? ¿Crees que Nicolette se aferró a Dorian? ¿A su recuerdo? No te digo que lo haya olvidado pero no se sacrificó para siempre, claro que debe pensarlo y extrañarlo, pero debe ser feliz, así como tú. »Tú por lo menos tienes al italiano, puedes hacer más bebés, vivir la vida que deseaban, la que juntos parecía una buena idea. ¿Por qué carajos te estás negando a ser feliz? ¿Por orgullo? –cuestiona y yo me mantengo en silencio. —No es orgullo, es solo que...me siento tonta, me sentiría como estúpida si dejo pasar por alto lo que él me hizo. Sufrí mucho creyéndolo mue.rto no una sino dos veces. ¡Dos malditas veces! –señalo furiosa–. ¿Realmente crees que puedo olvidar eso? —Me doy cuenta que no, pero solo te estás haciendo daño, Khatia. Marco está dispuesto a todo, pero tú, tu rencor y ego herido no, es entendible pero...¿No decías que el amor era más fuerte que cualquier cosa? ¿Dónde quedaron esas palabras? ¿Por qué no simplemente sigues tus propios consejos? —No es tan fácil, dárselos a alguien que los usará o no, no es igual que yo los lleve a la práctica. —¿Lo amas aún, Khatia? —Con toda mi alma, con todo lo que soy, sabes que jamás dejé de hacerlo. Pero... —¡Nada! Si lo amas, deberías darte una oportunidad. —Se la di dos veces. –señalo como si eso fuese suficiente para negarme. —La tercera es la vencida, cariño. Solo piensa en eso, nuestras vidas son tan efímeras como para no vivirlas con quienes amamos, no dejes que el pasado arruine lo que puede ser un futuro feliz, corto pero inolvidable. –señala y aunque odie admitirlo, tiene razón, pero no se lo diré. —Te veré mañana, si todo sale bien. Cuida a Masha, cuídense todos. —Si, jefa. –murmura antes de colgar la llamada. Veo a Marco dormido en el sofá, no quiso compartir la cama para no incomodarme, me hace sentir culpable pero se lo agradezco, después de lo que casi hacemos no sé si hubiésemos podido parar. **** —¿Tienes todo listo? –cuestiona Marco revisando su arma. —Sí, todo listo. ¿Y tú? —Sí, estoy algo nervioso pero sé que todo saldrá bien. –asegura y puedo notar realmente su nerviosismo, algo no muy común en él. Pese a lo que me grita la mente, camino hasta él y enredo mis manos en su cuerpo, pego mi frente en su espalda y lo siento tensarse, pone sus manos sobre las mías y suspira. Ninguno de los dos dice nada, solo nos mantenemos así, yo sintiendo su calor y él acariciando mis manos. Sí lo extraño, extraño ser lo que fuimos, pero como le dije nada será igual porque ambos crecimos mentalmente, pero eso no significa que no pueda ser mejor, en cualquier caso, no solo en el plan romance, sino en el de ser dos personas que pueden estar juntas y verse con naturalidad. —Gracias por esto, lo necesitaba. –confiesa y me alejo de él apenas un poco, se gira para verme, sonríe a medias. —Sé que quieres hablar sobre aquella noche, –señalo refiriéndome a la noche en la que le dispararon–, pero no es el momento, ni estoy lista para eso. ¿Puedes entender eso? —Claro que lo entiendo, no te sientas presionada, aunque yo quisiera saber que fue lo que realmente significó, te daré tu espacio, el tiempo que necesites. Estuve lejos de ti mucho tiempo y no volveré a hacer algo para alejarte de mi. »Tampoco te voy a exigir que aceptes estar conmigo, sé que Lian y Jhonny han sido demasiado insistentes con ese tema porque también lo son conmigo, ellos y Nicolette, pero entiendo que si algo va a pasar entre nosotros, pasará, sino, no lo hará y aunque no estoy feliz con esa segunda parte, respetaré tu decisión. –asegura y yo asiento porque no esperaba eso. —Gracias por entender que no es fácil para mí. —Estoy aprendiendo, Khatia. –señala sonriendo mientras toca la punta de mi nariz con su dedo–, todo a su tiempo y a tu modo. ¿Lista para ir a Italia? —Estoy lista. –aseguro y tomo mis cosas. No voy a negar que me hace sentir feliz y tranquila lo que me acaba de decir. Marco realmente ha madurado mucho, y aunque él pudiera estar diciendo solo lo que deseo escuchar, prefiero darle mi voto de confianza y creer que realmente ha mejorado para bien. Quizás un bien en común.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD