Capítulo 2 (Dannya Menchaca)

2216 Words
Despierto un poco tarde y Logan sigue dormido, me doy una ducha y me visto de negro, al bajar ya están todos en el comedor. —Buenos días—saludo y todos me contestan, Jack se pone de pie para darme un beso en la mejilla y acomodarme la silla. —Hija hoy será el funeral de tu hermana, habrá una misa antes. —Está bien papá. Estamos desayunando cuando baja Logan, me abraza y se sienta a mi lado. —Logan yo soy Jack, voy a ser el esposo de tu madrina. Logan lo observa con curiosidad. —¿De verdad te vas a casar con él madrina?  —Si Logan, en unos meses. Terminamos de desayunar cuando tocan la puerta y entra Liam, Logan se levanta y corre a abrazarlo. —Papá esta noche dormí con mi madrina. Jack sonríe. —Que jovencito tan suertudo. Liam voltea a ver a Jack y ambos se retan con la mirada. —¿Lo llevarás a la iglesia está tarde?—le pregunto a Liam tratando de distraerlo. —Claro, nos vemos en la iglesia, con permiso. Se van y Jack se acerca a mí. —Para ser el viudo de tu hermana te ve de una manera extraña. —No es el viudo de mi hermana, no estaban casados. —Pero tenían un hijo juntos que es lo mismo. Después de un rato nos preparamos para irnos a la iglesia, France y Jack se ven muy incómodos con tantas personas a su alrededor, al entrar a la iglesia y ver la urna de mi hermana siento un horrible escalofrío, no puedo creer que se fuera tan joven, ni siquiera había cumplido los 30 años. Logan y Liam se sientan a mi lado mientras Jack y su madre se quedan alejados. —¿Madrina vendrás a verme más seguido? Logan me tiene tomada de la mano mientras me hace la pregunta. —Si mi niño, lo haré. Liam pone su mano sobre la nuestra e increíblemente siento que me reconforta, voltea a verme y sus ojos brillan, nunca hablamos de lo qué pasó realmente con mi hermana, salimos todos una noche a festejar nuestro cumpleaños y tomamos de más, desde ese día Liam no me daba la cara hasta que supe la razón, después de unas semanas mi hermana nos dijo que estaba embarazada y que era de él, no pedí ninguna explicación ya que sólo éramos amigos, aunque yo pensaba que él sentía algo por mí, conocí a Leydi por un intercambio escolar y me comuniqué con ella, me invitó a vivir a New York para que siguiera estudiando y acepté, no podía imaginarme viviendo aquí si Liam y mi hermana se casaban. —Hija tenemos que irnos— dice mi padre sacándome de mis pensamientos, nos ponemos de pie y nos vamos al panteón, mi madre está desconsolada, me acerco y la abrazo. En un momento las personas empiezan a darnos el pésame, de pronto Liam se acerca y se para frente a mi, me da un abrazo y en sus brazos me siento vulnerable  por lo que lloro aún más, él me acaricia la espalda con ternura y me da un beso en la frente, en eso se acerca Jack. —Cariño. Liam me suelta. —Bueno yo me tengo que ir. Logan se acerca. —¿Papá puedo quedarme con mi madrina? —No sé si sea una buena idea—dice Liam y  voltea a ver a Jack. —Liam por mi no hay problema prefiero tenerlo cerca mientras esté aquí. —Por favor papá. —Está bien, más tarde paso por ti al rancho. —Gracias Liam. Volvemos a la casa, ya por la tarde, Jack y France se despiden para volver a New York. —Cariño quédate el tiempo que necesites, estaré llamándote y cualquier cosa no dudes en hablarme. —Gracias Jack. France se acerca a mi. —Olivia siento mucho por lo que estás pasando, cuando te sientas mejor quiero que hablemos de los planes de la boda. Yo volteo a ver a Jack confundida. —Cariño olvidé decírtelo, mi madre quiere que nos casemos el próximo año. Yo suspiro. —Si Olivia, ya estoy con los preparativos, sólo me gustaría que me pases tu agenda para saber que días tienes disponibles para el viaje de la luna de miel, nos queremos ir a Italia. —¿A Italia?  —Si querida, Jack y yo ya lo hablamos, es un lugar muy romántico para la luna de miel, queremos pasar dos semanas allá. —France discúlpame pero ahorita no tengo cabeza para pensar en eso. —Si querida tienes razón, cuando regreses hablamos. Jack me da un beso. —No olvides que te amo Olivia, te estaré esperando ansioso. Se suben a la camioneta de mi padre y los lleva al aeropuerto que hay en el pueblo. —Madrina no me gusta tu novio—dice Logan arrugando la nariz. Yo le sonrío, sus caras me recuerdan a Liam, hace los mismos gestos que su papá cuando se enoja, entramos a la casa y mi madre está en la cocina. —Madrina voy a mi habitación. Sube corriendo las escaleras, entro al comedor y me acerco a mi madre. —¿Hija ya se fue tu prometido? —Sí mamá. —Un muchacho muy educado hija, lo que yo siempre quise para ustedes, lástima que Emma se fijará en un simple ranchero. —Mamá no digas eso, Logan puede escucharte, además Liam no es un simple ranchero; su rancho es el más grande del pueblo, sin contar que es dueño de la petrolera más importante de Montana. —Y eso de que le sirve, si sigue viviendo aquí. —Liam es un hombre sencillo mamá, además él es feliz con su vida no tiene porque demostrarle a nadie cuanto dinero tiene. —Claro, como siempre lo defiendes, con el cuento de que eran uña y mugre, estoy segura que si Emma no hubiera salido embarazada, tú estarías casada con él. —Mamá, por favor. —Es la verdad, por eso no quiso cumplirle a Emma, por tu culpa. En eso mi padre viene entrando. —¿De verdad mujer te pones a reprocharle eso a Liv? ¿Acaso no eres consciente de lo que Emma hizo? Es mi hija y yo la amo y la amaré siempre, pero ella fue la que se metió en la relación de Liam y de Liv, nunca soportó que Liam no se fijara en ella, hasta que salió embarazada de él. —Pues Liam tenía que haberse casado con ella. —Mujer se la pasaban peleando, Liam es un buen hombre pero de nuestra hija no puedo decir lo mismo. Mi madre empieza a llorar. —Si Liam se hubiera casado con ella todo sería diferente, ella no hubiera agarrado el mal camino y estaría viva. —Por Dios mujer, no nos hagamos tontos, Emma siempre hizo lo que quiso con nosotros, Liam fue el único con el que no pudo, pero siempre cumplió con Logan, tú y yo sabemos que ese niño quiere más a su padre de lo que pudo querer a Emma. —Mamá necesitas tranquilizarte, Logan no puede escucharte hablando así de su padre. —Olivia no te quiero cerca de Liam, no puedes volver a ser su amiga. —Mujer no digas tonterías y deja en paz a Liv. Subo a mi habitación con un nudo en la garganta, jamás imaginé que mi madre me culpara por la infelicidad de Emma, en eso entra Logan. —Madrina. —¿Qué pasa cariño?  —Mi papá no es malo ¿verdad? —No ¿por qué dices eso? —Mi mamá me decía que era malo porque no quiso vivir con nosotros y que él tenía mucho dinero y no nos quería dar. —Mira Logan, los adultos a veces decimos cosas que no deberíamos. —Mi papá me quiere mucho y es muy bueno conmigo, aunque nunca lo había visto sonreír como lo hace cuando estás tú. Yo sonrío y lo abrazo. —¿Ah sí? —Si, cuando te ve sonríe y se le marcan más los hoyitos en las mejillas, a mi me gustaría tenerlos también. —No los tienes, pero tienes una hermosa sonrisa. Le doy un beso y le revuelvo el cabello, nos acostamos por un rato hasta que lo noto un poco inquieto. —¿Podemos ir a montar?  —No tengo muchas ganas Logan, además ya es algo tarde. —¿Vemos una película? Me pone una carita tan tierna que es imposible negarme. —Está bien ¿qué película vamos a ver? —Me prestas tu teléfono para llamar a mi papá. —Claro. Le doy mi teléfono y le marca a Liam, después de un momento regresa y me devuelve el teléfono. —Mi papá viene por nosotros para ir a ver una película. —Logan pero yo no quiero ir al cine. —No madrina, no vamos a ir al cine, levántate que mi papá ya no tarda en llegar. Entro al baño y me recojo el cabello, me pongo un poco de brillo en los labios y al salir ya está Logan esperándome en la puerta. —Vamos madrina, tardas mucho. Ay este pequeño es igual de desesperado que su padre, salimos y Liam nos espera en su enorme camioneta, yo estoy tentada en preguntar algo pero prefiero no hacerlo y dejarme llevar, Liam conduce a su rancho, me quedo observando todo a nuestro alrededor, la vida en el campo siempre me ha gustado, Jefferson es un pueblo pequeño pero muy hermoso, crecer aquí fue una gran bendición.  En ese momento Liam se estaciona en uno de los graneros y salgo de mis pensamientos, ellos se bajan y empiezan a preparar todo, después de unos minutos aparece en la pared del granero la pantalla donde empieza una película. —Vaya, sí que me sorprendieron. —Aquí vemos mi papá y yo las películas madrina. —¿Y qué película vamos a ver? —Una de miedo. —Logan yo soy muy miedosa. Liam sonríe. —Si es Logan, una vez nos sacaron del cine porque tú madrina no dejaba de gritar en cada escena de terror. Logan suelta una carcajada. —Si Logan pero tú papá me picaba las costillas antes de que empezara la escena y me hacía gritar del susto. Acomodan todo en la parte de atrás de la camioneta y nos sentamos en unos cojines, empieza la película y Logan me toma de la mano. —Así no tendrás miedo madrina. Seguimos viendo la película y aunque estoy muy asustada trato de disimular lo mejor que puedo, Liam no me quita la vista de encima y sonríe porque sabe perfectamente como estoy, Logan se acomoda a mi lado y después de un rato se queda dormido. —Vaya se nos durmió el joven valiente. Liam sonríe. —Suele suceder, tal vez por eso no le dan miedo las películas de terror, porque nunca termina de verlas. Terminamos de ver la película y me pongo de pie. —Bueno, ya es hora de irme. —Déjame voy acostar a Logan y te llevo al rancho, es peligroso para que camines sola a esta hora. —Esta bien, gracias.   Liam entra a la casa para dejar a Logan y yo lo espero afuera, cuando sale viene sonriendo. —¿De qué te ríes? —Mi mamá quiere saludarte, dice que vengas mañana a desayunar. —¿Y qué es lo gracioso? —Que mi mamá hace el desayuno a las 6 de la mañana, y ahora que eres una mujer de ciudad no creo que estés acostumbrada a levantarte tan temprano. —No soy una mujer de ciudad. —Bueno entonces mañana te esperamos a las 5:30 para dar una vuelta al ganado y después regresamos a desayunar. —¿A las 5:30? —Claro, no querrás que revisemos los animales a las 10 de la mañana ¿verdad? —¿Y porqué no? Es muy buena hora. Liam suelta una carcajada. —Algunas cosas nunca cambian ¿verdad? —No. —Sigues siendo una floja para levantarte temprano. —Un poco. —¿A qué hora te levantas normalmente? —A las 8. —¿Qué? Pero es muy tarde. —¿Tarde para qué? si yo entro a trabajar a las 9:30. —Vaya, no me imagino dormido hasta esa hora. —Sólo cuando estabas enfermo, te acuerdas aquel día que no querías salir de la cama y tu mamá me habló para que fuera por ti. —Si como no acordarme, no me creían que me sentía mal hasta que llegaste tú y se dieron cuenta que tenía fiebre. —Si, estabas hirviendo. —Me bañaron con agua fría. —Fue lo que dijo el doctor que hiciéramos. —Si también lo recuerdo. —¿Por qué dejaste de competir? Recuerdo cuánto te gustaba. —Había momentos muy especiales en mis competencias, que después ya no fueron lo mismo. Yo sonrío con tristeza. —Me gustaba mucho ir a tus competencias. —Sí y a mi me gustaba verte ahí siempre. Suspiro mientras seguimos caminando, cuando menos lo espero llegamos a la casa.
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