Capítulo 3

2256 Words
—Gracias por traerme, Liam. —De nada, mañana paso por ti a las 5:30. —Noo, me parece que me perderé ese desayuno. —¿Estás segura? Habrá pan de elote, tu favorito. —¿A qué hora dices que me tengo que levantar? —Logan me marcó de tu teléfono, así que te llamaré antes de venir por ti. —Está bien, hasta mañana Liam. —Hasta mañana Liv. Subo a mi habitación y me pongo la pijama, me quito mi anillo de compromiso y veo mi pequeño tatuaje, es una letra L, de Liam, con una herradura enseguida, él se puso la O, de Olivia y también la herradura, fue nuestro regalo de graduación, era como algo que nos uniera para siempre, según lo hicimos como un pacto de amistad eterna y en el dedo anular que es el que va directo al corazón, quién iba a decir que dejaríamos de ser los mejores amigos con el tiempo. Cuando Jack me vió el tatuaje casi le da un infarto, no es muy grande pero si es visible, según él se ve vulgar, claro que con el anillo de compromiso con la enorme piedra no se ve, lo que nunca le dije es el significado de la letra L, él piensa que es por Liv. Me acuesto y me quedo dormida casi al instante, parece que acabo de cerrar los ojos cuándo empieza a timbrar mi teléfono, contesto sin ver quien es. —¿Hola? —Estoy aquí afuera. —¿Qué?—me levanto de un brinco y al asomarme por la ventana me doy cuenta que es cierto, ahí está muy risueño en su camioneta. —Tienes 10 minutos para bajar. —Pero.. —Quedan 9. Aviento el teléfono a la cama y me doy una ducha tan rápida que no estoy segura si me lave bien el cabello, me cambio y me pongo mis botas y mi sombrero, hacía tanto que no los usaba que me siento como si fuera otra persona, bajo corriendo las escaleras, mi padre está sentado en la mesa y al verme sonríe. —Papá, buenos días, voy a .. Me interrumpe. —Ya sé a donde vas, que te vaya bien hija. Salgo y Liam se baja de la camioneta y me sonríe. —Justo a tiempo. —Si me enfermo será tu culpa, no alcancé a secarme el cabello. Él sonríe y me abre la puerta. —Sabía que no te ibas a levantar. —Pero Liam, si apenas me acababa de dormir. —Exagerada, primero vamos a dar una vuelta y después regresamos a desayunar. —Estoy dormida para montar. —Aún tengo tu yegua favorita. —¿Tienes a Fairy? —Si, aunque está un poco vieja ahí sigue. —¿Y tú caballo Elk? —Tuvimos que sacrificarlo hace unos años, estuvo muy enfermo y no se pudo hacer nada por él. —Lo siento. Le tomo la mano para consolarlo y él sonríe, en eso ve mi mano y se fija en mi tatuaje. —Pensé que te habías quitado ese tatuaje. —Jack quiere que lo haga, pero es especial para mi. Él me muestra el suyo, que es un poco más grande. —También para mi es muy especial. El ambiente se pone un poco tenso por lo que retomo la plática anterior. —¿Y compraste otro caballo? —Si, se llama Ghost. —¿De color es? —n***o. Llegamos al rancho y su capataz nos tiene listos los caballos. —¡Oh por Dios! ¿Este es Ghost?—pregunto sorprendida. —Si—contesta Liam sonriendo muy orgulloso. Me acerco a acariciarlo, es un caballo precioso, un pura sangre como todos los que tiene Liam, antes de que Liam me diga algo me subo. —Oh no, de ninguna manera vas a montar a mi Ghost. Antes de que pueda detenerme empiezo a cabalgar, al voltear a verlo está sonriendo y moviendo la cabeza, se sube en Fairy mientras el capataz se muere de risa, a los pocos minutos me alcanza. —Nadie, absolutamente nadie, monta mi caballo. Le sonrío. —Quieres decir que nadie, absolutamente nadie, montaba tu caballo. Sonríe y se acaricia la barba, ese gesto lo hacía siempre que estaba nervioso o pensativo. —Bueno, sólo por esta vez, porque eres mi invitada, pero dejemos claro que es sólo por hoy. —Si, lo que digas ¿y a dónde vamos? —A dar la ronda habitual por el rancho. Empezamos a cabalgar alrededor del rancho para revisar el ganado, me siento tan viva volviendo a montar,el rancho de Liam es enorme, él va dando órdenes a todos los trabajadores mientras pasamos por cada área de ganado, todos se sorprenden al verme en su caballo pero nadie hace ningún comentario. —Bueno creo que ya terminamos—dice Liam suspirando. Damos la vuelta para regresar a la casa, al llegar Liam se baja de su caballo y se acerca para ayudarme a bajar del mío, pone su manos y yo me dejo caer, me baja tan pegadito a él que puedo oler su perfume tan característico, nos quedamos viendo por un momento a los ojos cuando de pronto escuchamos a su mamá. —¡Liv! que alegría verte. Liam me suelta y yo me acerco a saludarla. —Hola Ann, también me da mucho gusto verte. Me da un enorme abrazo y yo se lo devuelvo, quiero tanto a esta mujer que la siento parte de mi familia. —Ven hija quiero que me cuentes cómo te va en la ciudad. Entramos y no puedo evitar recordar los momentos que pasé aquí, la casa de Liam es preciosa, siempre me gusto mucho la decoración que tenía, ahora tiene muebles más modernos y elegantes, a la mayoría de los compañeros del colegio nos gustaba venir, entramos a la cocina y Ann ya tiene todo preparado para desayunar. —Ann huele delicioso. —Te hice tu pan favorito. —Gracias, no sabes cuanto lo he extrañado. —No entiendo porque las veces que venías al pueblo nunca nos visitaste. Me da un poco de vergüenza porque es verdad, las pocas veces que llegué a venir nunca vine a saludarla. —Solo venía de entrada por salida. Nos sentamos cuando entra Liam. —Si me quieren esperar, digo yo también voy a desayunar. —Claro hijo, si te íbamos a esperar. —No cabe duda que no se te ha quitado lo dramático. Ann sonríe y empezamos a desayunar, mientras ella no deja de hacerme preguntas. —Hija cuéntame ¿cómo ha sido tu vida en la ciudad? —Bueno Ann yo estoy muy contenta, tengo muy buen trabajo y New York es muy bonito, aunque no se compara con la tranquilidad que se respira aquí. —Me dijo Logan que te vas a casar. —Si, hace unas semanas que estoy comprometida. —¿Y cómo es tu novio? —Es muy bueno, se porta muy bien conmigo, además es mi jefe. —Vaya, que bueno que encontraste a alguien bueno hija, te lo mereces. —Si gracias, creo que es el hombre perfecto para mi, me tiene mucha paciencia. Liam sonríe. —Vaya si que debe ser un gran hombre, no cualquiera te tiene paciencia. Pongo los ojos en blanco. —Nunca has sido muy gracioso que digamos. Terminamos de desayunar, me pongo de pie y ayudo a recoger los platos. —Deja así Liv, ahorita recogen las chicas del servicio. —Bueno, muchas gracias Ann yo tengo que irme, tengo algunos trabajos pendientes que tengo que mandarle a Jack, gracias por el desayuno estuvo increíble. —No tienes nada que agradecer Liv, espero que vuelvas pronto. —Si Ann, lo haré. —Yo te llevo—dice Liam poniéndose de pie. —No Liam, no hace falta, quiero caminar un poco, más tarde le llamo a Logan para saludarlo. —Claro. Me despido y salgo de la casa apurada, empiezo a caminar y siento un nudo en la garganta; no sé cual es la razón pero creo que me regresaré cuanto antes a New York, cuando estoy aquí no me parece que Jack sea el hombre perfecto para mi, sigo caminando y de pronto empiezo a caminar rumbo al río, hay una pequeña área con un árbol que tiene una banca, era el lugar al que nos gustaba venir a mi y a Liam, me siento a escuchar el agua, me quito el sombrero y lo pongo a un lado, después de unos minutos sin poder evitarlo empiezo a llorar, de pronto siento unos brazos fuertes que me sostienen, sé que es Liam, me doy la vuelta y lloro en su brazos, él me da besos en la cabeza y no me suelta, después de un rato por fin me tranquilizo. —Sabía que estarías aquí. —Liam yo.. Pone su dedo en mis labios. —No digas nada Liv. Nos quedamos ahí sentados en silencio mientras me tiene abrazada. —Hay tantas cosas que quisiera decirte—dice Liam rompiendo el silencio. —¿Y por qué no me las dices? —Porque Emma acaba de morir y no quiero perder a mi hijo. —No entiendo porque lo ibas a perder. —Es mejor que por ahora todo se quede cómo está. Suspiro y me acomodo en su pecho, estoy escuchando el latido de su corazón mientras él acaricia mi cabello. —Recuerdo que no te gustaba traer el cabello largo y ahora lo traes muy largo. —Algunas cosas sí cambian. —Me gusta, se te ve muy bien. —¿Y tú por qué traes barba? —Ya estoy mayor, por eso. —Si con 28 años eres un viejo, que barbaridad. —¿Por qué te vas a casar? —Bueno creo que Jack es un buen hombre y que sería muy feliz con él. —Vaya, esa no era la respuesta que estaba esperando. —¿Qué esperabas que te contestara? —Esperaba que me dijeras que lo amas con locura. Sonrío. —¿Y tú no has pensado en casarte? —Estuve saliendo con Ursula ¿te acuerdas de ella? —Si, una chica muy guapa. —Pues sí, es guapa pero no se lleva bien con Logan. —Pero si Logan es encantador. —Cuando le caes bien, pero si no puede ser un diablillo. —¿Y ya no sales con ella? —Algunas veces, pero para tener algo serio tengo que pensar en Logan. —Oye ¿y tú te quedarás con la custodia completa? —Espero que si, con tu madre no puedo hablar para llegar a algún tipo de acuerdo, pero tú papá siempre se ha portado muy bien conmigo y confío en que él pueda ayudarme. —Lo sé, mi madre aún no supera que no te casaras con Emma. —Cierto, cada vez que puede me lo recuerda. Nos quedamos un rato en silencio. Liam se quita el sombrero y se acuesta en mis piernas, yo revuelvo su cabello que queda aplastado por el sombrero y me sonríe. —Te extrañaba mucho Liv, creo que nunca superé que nuestra amistad terminara como lo hizo. —Yo tampoco lo superé. —Aún no entiendo porqué ese día tomamos tanto. —Porque fuimos unos irresponsables. —Lo sé y aunque amo a Logan y es lo mejor que me pudo haber pasado, me arrepiento. —Me sentí decepcionada cuando supe que Emma y tú habían estado juntos. —Nunca lo recordé, sólo me acuerdo que estábamos festejando en mi casa y que el amigo de Emma dijo que ya se iba porque era muy tarde, seguimos tomando casi al amanecer y ... —Y en algún momento de la noche tú desapareciste con Emma. —Cuando desperté y la vi a mi lado no podía creerlo, me quería morir, fui tan estúpido. —¿Por qué no me lo dijiste? —Porque me moría de vergüenza. —Hubiera preferido que tú me lo dijeras, cuando Emma me lo dijo no podía creerlo. —Sentía que te había fallado. —Sólo éramos amigos Liam. —Lo sé, pero aún así te decepcioné. —Pensé que si te ibas a casar con Emma. —Traté de que nos lleváramos bien durante el embarazo, pero era imposible, cómo me iba a casar con ella si nos manteníamos peleando, solo me pedía dinero todo el tiempo y si no se lo daba me amenazaba con abortar. —Algo me comentó mi padre, pero no creo que él sepa lo del dinero y mucho menos lo de las amenazas de abortar. —No, no creo que lo sepa, preferirí nunca decirle nada. Después de varias horas platicando y recordando cosas él se levanta y yo me pongo de pie. —Bueno tengo que irme, no mentía con lo del trabajo. —¿Sabes cuándo regresas a New York? —No, aún no sé. —Te voy a prestar a Ghost mientras estás aquí. —Vaya, eso sí que es un honor. Recoge mi sombrero y me lo pone. Empezamos a caminar y cuando ya estamos por llegar al rancho me da un abrazo. —Te veo mañana a la misma hora. —Noo. Se da media vuelta y se va sonriendo, entro a la casa y todo está en silencio, subo a mi habitación y empiezo a trabajar, ya muy tarde logro terminar algunos pendientes, se los mando a Jack y en eso me marca.
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