Por la mañana escucho el agua de la regadera muy temprano, me levanto sin muchas ganas y preparo mi ropa, Liam sale del baño con una toalla en la cintura y secándose el cabello, se ve tan fresco y yo siento que me recorre un escalofrío que termina en la parte baja de mi vientre. —Buenos días Liv ¿cómo amaneciste? —Buenos días, bien ¿y tú? —Ansioso. —¿Estás seguro que quieres competir después de tantos años? —Lo que bien se aprende no se olvida. —Lo sé, pero por alguna razón estoy nerviosa. Se acerca y me abraza. —Tú siempre te pones nerviosa en mis competencias, eso no ha cambiado. Me da un pequeño beso en los labios para tranquilizarme, entro al baño para darme una ducha, seco mi cabello y lo dejo suelto, me pongo mi ropa vaquera, obviamente con mis botas y mi sombrero, cuando