Capítulo 21: Noticias Desde Lejos

895 Words
18 de octubre El molesto sonido de una alarma me hace despertar y al mirar de donde viene el sonido, recuerdo que es la alarma que puse para llamar al padre de Yana. La apago, miro a mi lado, y allí esta ella completamente dormida y sin ropa. «Al final te has salido con la tuya» pienso y trato de no tentarme cuando recuerdo todo lo que hicimos anoche. —Eres simplemente hermosa, mi torbellino —susurro y dejo un sutil beso en su espalda para después levantarme de la cama tratando de no hacer mucho ruido. Busco el celular encriptado en el cajón del mueble, y luego salgo de la casa para poder hablar con el padre de Yana. Una vez que estoy lo suficientemente lejos, marco su número y espero a que me atienda. —Pierre —me dice sin que yo ni siquiera le haya dicho “hola”. —Señor Ackerman —digo sonriente. —Ya sabes que me puedes tutear Pierre —me recuerda y sonrió. —Lo siento, suegro —hablo ahora y lo escucho reír. —Eso suena mejor, ¿Cómo van las cosas por allá? —averigua. Sonrió ante su pregunta y respiro profundo tratando de calmar mis nervios. —Me hubiese gustado poder decirle todo esto antes, pero ya saben cómo están las cosas —anticipo. —¿Qué tienes que contarme? —inquiere con entusiasmo y aquí me preparo para dar la noticia. —Yana y yo nos hemos casado hace tres días —declaro finalmente. El silencio pareciera hacerse eterno, y a pesar de que sé que él quiere lo mejor para Yana y yo, en el fondo temo que se enoje por haber hecho las cosas de esta manera. —Me hace feliz la noticia, por fin mi hija está pudiendo ser feliz —pronuncia finalmente y respiro aliviado. —Pensé que iba a decirme que no debimos hacer las cosas así —admito. Lo escucho reír levemente del otro lado de la línea, y entiendo que de verdad le alegra la noticia. —¿Cómo crees? Lo único que quiero es que mi hija sea feliz, y tú la haces feliz —me informa y sonrió. —A pesar de todo lo que ha pasado, y de lo que está pasando a nuestro alrededor; ella está feliz —relato. —Eso es lo más importante. —¿Y usted? ¿Tiene noticias para mí? —indago un poco nervioso. Muero porque me diga que ya todo está bien, que Yana y yo podemos regresar a nuestras vidas, pero también soy realista y tengo claro que las cosas no van a ser tan fáciles. —Pierre, la única noticia que puedo darte ahora es que tus conocidos ya se han encargado de Ezequiel —me informa y debo admitir que esta noticia me hace feliz. —Esas si son buenas noticias —admito. —Créeme que no es algo de lo que me sienta orgulloso, pero ¿Qué otra cosa se puede hacer? —me confiesa. Puedo darme una idea de cómo se siente, para alguien como él debe de ser muy difícil tener que hacer algo así, pero también entiendo que por un hijo se hace lo que sea. —No te sientas mal, ellos tampoco tuvieron piedad cuando le hicieron daño a su hija —lo aliento. —Lo sé, y por eso quiero limpiar toda la basura que quedo, necesito que todos podamos vivir en paz —expresa. —Por supuesto, y cuente conmigo para lo que sea —le digo, pero de repente veo a Yana saliendo de la casa—. Está llegando Yana —informo. Ella se acerca a mí y me mira con dudas. —¿Con quién hablas? —me pregunta y se pone en punta de pies para pasar sus brazos por encima de mis hombros. —Dile hola a tu papá, ya sabe de las buenas nuevas —anuncio sonriente y su cara cambia completamente mientras toma el celular. —¡Papá! —exclama emocionada y solo la beso tiernamente para después alejarme. —Te espero adentro, voy a preparar el desayuno, no tardes —le informo sonriente y la dejo para que pueda conversar en calma con él ya que de seguro debe tener mucho que contarle. […] Estoy a punto de salir a buscarla ya que el desayuno está listo, cuando la veo entrando y sonrió cuando corre hacia mí. —Mi padre está feliz con la noticia de nuestra boda —anuncia abrazándome. —Lo sé, yo también se lo conté y si, estaba feliz. Ella sonríe y acaricia mi rostro con delicadeza. —Le conté también que queríamos ser padres y le hizo mucha ilusión… —añade haciéndome reír. —Yana, cariño… tu padre no tenía por qué saber eso —bromeo. —¿Por qué no? ¿Te da vergüenza que sepa que no jugamos a las cartas aquí? —inquiere sensual y rio. —No, es solo que no todos tienen que saber qué es lo que hacemos aquí —bromeo. —Estamos solos en una casa a orillas de la playa y recién casados, créeme que se puede imaginar lo que haces siendo dos personas escondidas del mundo —insiste y comienza a besarme haciéndome saber que el desayuno tendrá que esperar un poco más.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD