Al día siguiente: 15 de octubre —Buenos días esposo mío— La escucho decirme y antes de abrir mis ojos, siento sus labios besando mi pecho haciéndome sonreír. —Que linda manera de despertarme— Murmuro y de a poco abro mis ojos adaptándome a la luz del sol. —Te traje el desayuno— Menciona y esto hace que me despierte del todo para observar la bandeja que hay sobre la mesita de noche. —Mi torbellino…— Me quejo y antes de que ella pueda moverse, la aprisiono en mis brazos y hago que giremos en la cama hasta que quedo encima suyo —Se supone que debo ser yo quien te despierte con el desayuno— Me quejo y su sonrisa me desarma. —No seas machista, yo también te puedo sorprender— Expresa divertida mientras enreda sus dedos en mi cabello. —No es machismo, solo quiero ser un caballero— Me defien

