Cuando Te Vuelva a Ver

Capítulo 17: Mi Vida Entera

Estamos comiéndonos a besos frente a la puerta de nuestra casa cuando yo me agacho un poco para levantarla en mis brazos haciendo que ría como tanto me gusta —Sé que lo nuestro no es tradicional, pero al menos esto debe serlo, ¿no?— Explico mientras que ella pasa sus brazos por encima de mis hombros y me vuelve a besar.

—Contigo me gusta romper las tradiciones, pero también cumplirlas— Pronuncia sobre mis labios.

Con la ayuda de mi pie empujo la puerta principal para poder así entrar con ella y una vez que pasamos el vestíbulo, hago que sus pies toquen el suelo, más no dejo que se aleje de mi —Si queremos que esas pruebas den positivo, tú y yo tenemos que hacer bien nuestra tarea— Comento acariciando su rostro.

—Yo creo que esa será tu excusa para no dejarme dormir por los próximos meses— Bromea acercándose a mi cuello y me besa de una forma que me altera.

—Eso no lo dudes mi torbellino— Replico y la pego a mi cuerpo para así comenzar a besarla con toda esta euforia que me hace sentir tenerla así tan cerca.

Ella no se queda atrás, me besa como si su vida dependiera de mi boca, me acaricia con esa mezcla de dulzura y sensualidad que me desarma y me hace guiar nuestros pasos hacia nuestra habitación mientras que nuestras prendas van cayendo en el camino. Sé que esta no es la noche de boda de ensueños, mucho menos la luna de miel que nos hubiera gustado tener, pero también sé que nos bastamos así solo los dos con nuestro inmenso amor.

Quisiera detener el tiempo con sus besos en mi cuello, con sus manos en mi espalda, y con las mías desesperadas por arrancarle la poca ropa que le queda. Puedo sentir toda la sangre de mi cuerpo concentrándose en mi entrepierna, y al parecer ella nota lo mismo ya que sonríe sobre mis labios —Me encanta sentir tu cuerpo así— Pronuncia entre besos y sonrió.

—A mí también me gusta excitarte— Declaro y lentamente inmiscuyo mi mano por su ropa interior hasta entrar en contacto con su intimidad. Ella se muerde los labios ante mi contacto y permite que juegue en su interior cuando aparta un poco más las piernas —Me perdería en ti una eternidad— Pronuncio sobre su boca y calló sus gemidos con mis besos.

Cada acción de nuestra parte en estos momentos tiene un solo propósito. Ambos buscamos estar más cómodos subiéndonos a la cama mientras nos seguimos besando con esmero. Su cuerpo queda debajo del mío cubierto apenas con su diminuta braga de encaje y por mi parte, el bóxer termina de desaparecer. Sus manos juegan conmigo hasta que le suplico que se detenga y cuando lo hace, me arrodillo sobre ella apoyando mis rodillas a cada lado de su cuerpo.

Verla así debajo de mí siempre será un deleite para mis sentidos, y ella lo hace aún más provocativo cuando se toca los pechos como pidiéndome que continue —¿Te das cuenta de que será nuestra primera vez como esposos?— Intercede haciéndome sonreír y asiento.

Lentamente deslizo la única prenda que le queda por sus piernas hasta quitársela y dejarla completamente desnuda frente a mí y luego me subo encima suyo poseyendo su boca una vez más. Cada roce de su cuerpo con el mío enciende la hoguera, cada respiración se vuelve más errante, y cada uno de mis sentidos me pide a gritos entrar en ella.

Entrelazo mis dedos con los suyos, y subo sus manos por encima de su cabeza para luego abrirme paso entre sus piernas y hundirme en ella. Los gemidos son cada vez más fuertes y sé que lo está disfrutando cuando sus piernas me aprisionan para que vaya un poco más profundo —Amo sentirte así— Me dice al oído y sonrió.

—Y yo estar en ti, eres mi sitio favorito en el mundo— Declaro.

De esta manera la noche se viste de fiesta entre medio de nuestro hermoso paraíso de pasión. Cada respiración es una clara señal de que nacimos para estar juntos, y no veo la hora de vivir todo lo que la vida nos tenga preparado. Sé que el camino no ha sido fácil, y que tal vez todavía haya cosas que debemos superar, pero no pienso poner en pausa ni uno más de nuestros sueños.

Voy a luchar por ella toda mi vida, porque sé que Aiyana es mi vida entera. Sin ella no le encuentro sentido a nada de esto llamado vida. Es así de simple y profundo.