Pilar había seguido los pasos del pelirrojo durante cuatro días, le costó dar con el lugar donde vivía pero al final lo había logrado. Sabía dónde estaba su hija y con quien vivía, estaba al tanto de su compromiso y la próxima fecha de su matrimonio.
Aquello la llenaba de felicidad, “Susan… eres una mujer fuerte y valiente, digna de admirar” se dijo, observando desde una esquina a la hermosa morocha bajar del auto de su novio.
Aquella mujer no había reparado en la seguridad cuidando de ellos y mucho menos del auto de policía aproximándose para arrestarla como sospechosa de intento de secuestro hacía la pareja. La policía había seguido los pasos de la mujer los días anteriores, se habían percatado de su presencia en los mismos lugares que ellos frecuentaban: la salida de la empresa, en
