Capítulo 4

2863 Words
—¿Viajaras con mi hermano? — la inocente voz de Lucas hizo que se enterneciera. Él le recordaba mucho a su hermana por lo que no quería dejarlo solo. Pero el tonto duque había decidido presentarse en un pub en Firestone, una provincia de Ablaria que se encontraba a dos horas de la ciudad, así que debía viajar con él y regresar hasta mañana. —Lo siento joven amo, son órdenes directas— el niño asintió. —Bien. Promete que volverás— sonrió para luego ofrecer su meñique. —Lo prometo— él la miró confundido. La joven tomó su mano e hizo que doblará sus dedos dejando solo su meñique levantado. Ella apretó el suyo con el de él e hicieron una promesa. Mellea bajó su mochila con lo necesario y se dirigió a la oficina del duque. El miró que estaba uniformada y rio. —¿En serio planeas ir así? — ella negó con la cabeza. —Me cambiaré. Sería muy obvio ir así vestida— asintió. —Toma esto— Darin le dio una bolsa. Ella al abrirla notó que era una peluca rubia y una placa. —Necesitaras cubrir tu identidad también. Te imaginas que cuando cuides a mi hermano encuentren las similitudes contigo— hizo una mueca. —La placa es para cambiarla al auto. — Mellea asintió. Olvidaba que Issues era una banda famosa. Todos a su alrededor eran fotografiados incluso las fans podrían analizar y capturar las placas y eso las llevaría al duque. —Pero... —Ambas placas están registradas. Nada es ilegal— Mellea asintió. Al parecer todo lo tenía bajo control. Una vez listos, ambos bajaron a escondidas por la parte trasera de la mansión. Un Jeep de color negro los esperaba listo para subirse en él. —¿Sueles hacer esto muy seguido? —Bastante— admitió él. Ella rio. Entendió por qué era un experto en ello. Él se subió en el lado del copiloto mientras ella guardaba todas las cosas y finalmente emprendieron el viaje. Una vez fuera de la mansión y del área de la realeza, Mellea se detuvo en una parada para colocarse la peluca y un sombrero. Se la arregló y se colocó algo de maquillaje. —¿Cómo me veo? — la chica se mostró ante él. El rubio resaltaba su ovalado rostro mientras el maquillaje la hacía ver sonrojada y con labios suaves, sus ojos se veían más grandes y tiernos. No se veía mal. —Bien— ella asintió. —Parece que una chica linda tomó tu lugar. —¿Ósea que sin esto soy fea? — el asintió. Ella le dio un golpe en el brazo en cuanto se dio cuenta de su error soltó: —Lo siento mucho su excelencia— él hizo una mueca y luego carraspeó. —No es nada. Sólo, ten cuidado de no soltar su excelencia frente a los chicos de la banda. —¿No saben su secreto? —Lo saben, pero es extraño que me digan su excelencia frente a ellos. Desencajo. —Pero si usted es una figura importante del país. —Como sea, sólo abstente de decirlo— ella asintió. —¿Entonces cómo debería llamarlo? —Dorian— abrió sus ojos sorprendida. Ese era su seudónimo como miembro de la banda. —Okay. —Y puedes tutearme. —No iré tan lejos. ¿Qué tal si eso lo hace sentirse ofendido y reduce mi paga? — Darin se carcajeó esta chica era un ser muy divertido. —Como sea, sigamos que aún nos falta recorrer un largo camino— Mellea asintió y antes de arrancar bajó a cambiar la placa, finalmente puso el auto en marcha para continuar el viaje. Casi tres horas después entraron a Firestone. Era un lugar muy pintoresco, aunque si había frío, más que en la ciudad. Se bajaron frente a un hotel de cinco estrellas donde Darin había reservado cuartos con anticipación, y buscaron sus habitaciones, la de Mellea estaba frente a la de él. —Deja tus cosas, necesito que entres para hablar sobre nuestro horario— ella asintió. Velozmente dejó su maleta en la casa y luego corrió hacia donde su jefe estaba. —Bien escucha, hoy tenemos solo una presentación. A las ocho. Los chicos subirán pronto así que prepárate para conocerlos. — Mellea abrió sus ojos desconcertados. Estaba nerviosa. A pesar de no ser seguidora de Issues para ella siempre fueron seres inalcanzables que nunca conocería. —Mañana tenemos una sesión de fotos a las once y luego una presentación en la noche— él le dio un folder transparente donde estaba todo el horario. —Nuestro manager es el hermano de Richard así que no te preocupes. —¿Richard sabe? —Es un hombre inteligente. Se dio cuenta de mis desapariciones con el tiempo. Aunque tú le ganaste al saber quién soy en menos de un día de llegada a la ciudad— sonrió forzadamente. En ese momento alguien tiró la puerta con tanta fuerza que Mellea sacó su arma para apuntar a la entrada. Cuatro chicos tenían las manos levantadas mientras veían a la joven aterrada. —Baja el arma Olsen, son mi grupo— Mellea se mordió los labios. —¿Ella es tu nuevo guardaespaldas? — un chico de cabello teñido de gris con un bucket, sostenía su guitarra mirando divertido a Mellea, a diferencia de él los demás estaban aterrados. Mellea finalmente bajó el arma y la guardó. —Soy Mellea Olsen y lamento haberles apuntado con el arma. — el peligris rio. —Soy Luke Miller— Estrechó su mano y la joven la aceptó gustosa. Él era el guitarrista de la banda. —Vaya amigo, esta chica es otra onda— soltó un chico de cabello rizado jugando con un par de baquetas. —Soy Sídney Mayer, puedes decirme Sid— le dio un suave golpe en el brazo. —Frank Einsworth— un placer. Un joven de cabello negro con un piercing en la ceja y en su lóbulo izquierdo se presentó educadamente. Mellea lo reconocía él era el bajista. Mellea asintió y sonrió. —Yo soy Sheldon Benson, el manager de Issues. — un joven con gafas y una boina se acercó o a Mellea para estrechar su mano también. —Bien, ahora que todos se presentaron podemos comenzar a organizarnos— soltó Darin bruscamente. Sídney abrazó a su amigo y le dijo: —¿Está loco viejo? Traes a una chica linda como tú guardaespaldas y no quieres que sintamos curiosidad— Mellea se sonrojó. Luke se dio cuenta de cómo la joven escondía su rostro avergonzada por lo que le pareció tierno el gesto. —Oye, sigue siendo mi empleada. Respétala porque si ella no te patea el trasero yo lo haré— Sheldon y Frank rieron divertidos. —No te dejes intimidar por Sid, estás completamente autorizada a patearle el trasero— soltó Luke y Frank asintió. —¡Oye! — exclamó el joven de cabello rizado. —Bien, comencemos la junta entonces. (...) Gritos, aplausos, voces en coro se hacían presentes en el lugar. Mellea se encontraba tras bambalinas junto a Sheldon observando la actuación de la banda. —¿Son buenos no? — ella asintió. La verdad no era muy conocedora de las bandas de rock, prefería el pop o la música clásica, además casi no tenía tiempo de escuchar música. —¿Alguna vez estuviste en un concierto? — ella negó. En la televisión había visto varios conciertos, incluso en las películas, pero jamás se imaginó estar en uno, incluso cerca de la banda. Se giró a ver a Sheldon quien no se veía muy convencido con sus respuestas cortas. Se rascó la muñeca nerviosa. Ella no solía ser una joven de muchas palabras frente a extraños, pero cuando conocía bien a alguien eso cambiaba. Y tampoco quería llevarse mal con la gente de su jefe así que decidió explicarse. —No te tomes a mal mis pocas palabras, pero no suelo entablar conversaciones largas con personas que recién conozco. — Sheldon la miró y sonrió. —No te preocupes, lo entiendo. Además, conozco tu situación. Prácticamente fuiste arrastrada a este lugar ¿No? — ella asintió. —Aunque me alegra de Darin hiciera una nueva amiga. No suele confiar su identidad a cualquiera. —Pero yo lo descubrí accidentalmente. —Lo sé, pero si él hubiera querido, y no es por asustarte, te hubiera hecho silenciar de alguna forma— Mellea regresó su vista a la banda. A pesar de que desconocía la expresión que Darin tenía es estos momentos ella sabía que estaba contento. Cantaba, brincaba, animaba al público. Era otra persona. No el duque recto y serio que debía atender asuntos del estado. Ahora que lo pensaba, no sabía cómo es que él había llegado a ser un vocalista sin ser atrapado. Miró a Sheldon, pero este se encontraba ocupado charlando con el director de sonido así que simplemente regresó su vista al show. De pronto sintió que su celular vibraba así que lo sacó del bolsillo de su pantalón y se sorprendió al ver el nombre de su madre en la llamada que estaba entrando. Decidió retirarse de ahí y bajar hasta los vestidores para poder hablar tranquila. Corrió y ella devolvió la llamada. —Lamento no haber respondido, es que había mucho ruido. —Descuida hija. Solo quería saber cómo te encuentras— Mellea mordió el interior de su mejilla. Cómo le explicaría a su madre que su trabajo consistía ahora en cuidar de un ídolo musical. —Estoy bien mamá, hay mucho trabajo así que estoy algo cansada. —Oh, ¿Te llamé en mal momento? —Claro que no. ¿Cómo están Ada y papá? —Ada está en casa de una amiga. Tú padre tuvo un viaje de negocios imprevisto. —¿De nuevo? —Sí. Mellea mordió la uña de su dedo pulgar, últimamente su padre viajaba mucho por negocios, ella era consciente de que él lo hacía cada cierto tiempo, pero no tan seguido. Suspiró. —Bien, dile que le mando saludos. —¿Por qué no lo llamas? —Nunca responde— su madre rio. —Tienes razón, se los daré por ti y le diré que te llame. —Está bien. Cuídate. Adiós— y cortó. Dio un largo suspiro y finalmente se giró para regresar. Sorpresa la que se llevó al ver a Darin sentado en una de las bancas mirándola. —Su excele... Dorian— el sonrió de lado. —Creí que verías el final del show. — Mellea se acercó lentamente a él. —Lo siento señor, mi madre me llamó. — Él apoyó sus brazos en sus piernas. —¿Vivías solo con tu madre? —Mi padre y hermana Ada también, quien por cierto es una gran fan de Issues— Darin sonrió complacido. —¿De dónde eres? —Celine Hill's —Así que eres del interior. —Sip. —Eso está a unas dos horas de aquí ¿no? Cinco desde el palacio— Mellea asintió. —Aunque en autobús es más largo el viaje. —Me imagino— Mellea se cuestionó por qué preguntaba aquello y en ese momento recordó un problema que era muy común en el lugar. —Por cierto, sé que no debería decirle esto ahora, pero si no, puedo olvidarlo. —Bien— se cruzó de brazos —habla. —En casa hay muchos basureros clandestinos, incluso cerca de mi casa hay uno que nos ha costado quitar. Enviamos muchas cartas al barón y al vizconde, pero no hemos recibido respuesta alguna. Darin se quedó pensando. Eso era un problema grave. —Déjame ver qué puedo hacer cuando volvamos. — Ella asintió, al menos podía quejarse personalmente con alguien de alto rango. —¡Mellea bella! — la voz de Sídney interrumpió la charla Los demás chicos venían tras él. —¿Viste el final? — Mellea se encogió de hombros. —Lo siento, pero no. —Eres la primera chica que se va antes de que termine nuestro show— soltó Frank y ella rio. —Perdón, fue inevitable. —Regresemos a cambiarnos. Estoy exhausto— soltó de pronto Darin levantándose de la banca. Sídney colocó su brazo en los hombros de Darin y se dirigieron al vestidor. Mellea se quedó parada afuera vigilando. Varias chicas se colaron para querer entrar, pero Mellea se los impedía. —¿Y tú quien diablos eres? — preguntó una de ellas. —Soy el guardaespaldas de Issues. —Roger es el guardaespaldas de Issues— Mellea frunció el entrecejo. No sabía quién era Roger. —Está enfermo así que lo estoy sustituyendo. —No te creo— dijo la otra. —Te ves como una fan loca. Quítate o llamaremos a la policía. Estas mocosas, pensó Mellea. No podía discutir con ellas ya que podría meter en problemas a Darin —Escuchen yo... —Señoritas— la voz de Luke se hizo presente y ellas comenzaron a gritar. —Luke, está chica dice que es su guardaespaldas. ¿Verdad que es mentira? —Chicas tranquilas. Ella es Mel, y en efecto es nuestro guardaespaldas— sonrió ampliamente. Mellea notó un par de hoyuelos que se hacían en sus mejillas al mantener aquella expresión. —Así que sí son buenas fans respetarán a la señorita porque también es de la familia Issues— soltó coqueto mostrando un guiño a las chicas quienes asintieron alegremente. Mellea quiso bufar debido a la actitud de las chicas. Finalmente, ambas le pidieron un autógrafo y él se los dio sin problema. Una vez se quedaron solos él se paró a su lado. —¿Estás bien? — asintió. —Un rato más y a ambas las hubiera mandado a la luna— murmuró. Luke se rio. —Solo bromeo— aclaró Él asintió. —Lo sé. — Se cruzó de brazos —¿En serio haces siempre ese ritual de coquetería con tus fans? —En ocasiones—enunció mientras se recostaba en la pared lanzándole una mirada seductora a Mellea. —Wow, vaya—soltó sarcástica mientras Luke se reía burlón. —Apuesto a que sigues siendo virgen— Mellea asintió orgullosa de su estado. —Apuesto a que tu ya no lo eres. —Claro que…no—Mellea soltó un bufido divertida. Nunca creyó tener este tipo de charla con alguien y menos con un tipo como Luke. —Iremos por una pizza. Darin dijo que tú lo llevarás al hotel. Nosotros los alcanzaremos— ella asintió. —Bien, nos vemos allá virgen. —Como digas, promiscuo. (...) Cuando Mellea y Darin llegaron a la habitación se dispusieron a ordenar todo para comer tranquilos ahí. Darin por alguna razón no dejaba de ver cada una de las acciones de la joven. Unas horas atrás cuando estaba en el escenario se dio cuenta en cuestión de segundos que ella ya no estaba. Por un momento creyó que iría a decirles a todos su identidad y cuando terminó el concierto no esperó y la siguió. Cual fue sorpresa al verla hablando con alguien por teléfono, pensó lo peor. Estuvo a punto de arrebatarle el teléfono cuando escuchó: —¿Cómo están Ada y papá? — se hizo para atrás y al no saber a dónde ir sin hacer tanto ruido decidió sentarse en la banca intentando no prestar atención a la llamada privada de Mellea, Sin embargo, no pudo hacerlo. Aún así, no quiso incomodar a Mellea y simplemente la miró como si nada cuando ella lo notó sentado detrás de ella., Ella no hizo más que sorprenderse, pero tampoco le recriminó nada. Así que dijo lo mejor que se le ocurrió. Creí que verías el final del show. Gracias a esas tontas palabras pudo saber un poco más de ella. Además, se sorprendió al recibir una queja pública por parte de su persona. Mellea en verdad era una persona responsable y considerada. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al recibir un correo electrónico. Era de la esposa del vizconde, le informó que ella desconocía lo que su esposo había ignorado y que en cuanto se pudiera, harían una reunión para resolver el problema sobre los basureros clandestinos y que ella informaría todo a su persona. Darin sonrió. Hablar directamente con el vizconde podría haber sido una solución, pero Darin no se llevaba bien con él, además, su esposa era más hábil que el vizconde. No entendía por qué él era el vizconde. —¡Todo listo! — exclamó Mellea. El joven la miró, ella sonreía ampliamente mostrando los platos y vasos ya servidos. Darin sonrió inconsciente. —No seré buena con la etiqueta real de comida, pero esto será suficiente. —Seguro que sí— expresó y ella rio. Mellea tenía una linda sonrisa, incluso se le hacía un pequeño hoyuelo en la mejilla derecha. Además, sus ojos brillaban al igual que cuando estaba en guardia. Ahora que lo notaba, ese brillo no estaba cuando terminó de hablar con su madre, en definitiva, algo le preocupaba a Mellea, pero la cosa era ¿Por qué le importaba a él?
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