—¿Te das cuenta de que dejé a mi acompañante solo en esa fiesta? —entré a la casa de Mikkel y me saqué de inmediato los tacones—. ¡Tú chica estará muy molesta! —Elegiste al peor acompañante del mundo, se veía muy contento sin ti —se sacó el corbatín y llevó su mirada a mis piernas descaradamente. —Eh ¿hola? Subió su mirada sacudiendo la cabeza como si intentara borrar algún pensamiento. Ojalá que sea uno sucio Ay, cállate Alyssa —Shay no es mi chica, sólo mi secretaria. —¿Vas a decirme que ella no es la chica que dejó sus bragas en tu baño? —me crucé de brazos con una sonrisa burlesca. Abrió su boca, pero volvió a cerrarla. No sabía qué decir—. Bueno, lo suponía. Caminé con mis tacones por el cuarto de estar y me senté en un sofá individual. Mikkel se acercó lentamente a mí y se pu