Katherine. Me siento emocionada, invite a mi madre a casa y en este momento espero por ella. Alessandro se encuentra a mi lado y es el único que me calma cuando estoy a punto de volverme loca. —¿Y si no soy lo que ella esperaba? —Eres tan linda, no pienses eso, eres la mejor hija del mundo, muñeca. —Gracias, pero lo dices porque soy tu esposa. —Claro que no, al principio, cuando te odiaba pensaba lo mismo, así que no puedes decir que porque soy tu esposo, además, sabemos que tu madre nunca te olvido y te ama. —Es verdad, tienes razón. Escucho un auto y me siento aún más nerviosa, ¿qué haré cuando la vea? ¿Podré darle un abrazo? No lo sé. Alessandro toma mi rostro con ambas manos y besa mis labios. —Tranquila, disfruta a tu madre, Katherine. Te amo y si me necesitas estaré arriba,