Anisa se quedó paralizada mientras las palabras de Logan flotaban en el aire y su corazón latía con tanta fuerza que temió que él pudiera escucharlo, mientras una mezcla de emociones contradictorias amenazaba con dejarla sin aliento. Logan se arrodilló frente a ella con la calidez en sus ojos transformándose poco a poco en incertidumbre al ver que ella permanecía en silencio, cuanto más tiempo pasaba sin que Anisa dijera algo, más se desdibujaba su sonrisa. ¿Por qué no respondía? Sin embargo, intentó tranquilizarse, obligándose a sofocar la ansiedad, estaba en shock, se dijo, y en cuanto pasara, respondería. Finalmente, Anisa habló, pero sus palabras lo tomaron completamente desprevenido. —No, Logan… Lo siento —dijo ella, sacudiendo la cabeza, con la voz temblorosa. Logan parpadeó y