Black and White

Camino lentamente por los lujosos pasillos de la imponente empresa "White Enterprise” empujando el pesado carrito de la correspondencia.  Hace tres años estoy de mensajero en la gran empresa de Jeremy White. Gracias a este carrito me he podido sostenerme en la universidad, aun ya me falta solo un año para graduarme por lo que le pedí al señor White un ascenso a becario, aunque aún no me han dado una respuesta, así que sigo con mi amado carrito. -              Alexander – me llaman, me doy la vuelta y me encuentro de frente con el señor Miller vicepresidente de la compañía. -              ¿En qué puedo ayudarle? – pregunto por qué ya he dejado su correspondencia en su oficina. Me extiende un sobre y me dice. -              En la entrada hay un auto esperándote para llevarte a casa del señor White – me dice – entrégale el sobre – sin más se da la vuelta y se va. Rápidamente voy a dejar el carrito en su lugar y tomando mis cosas voy hasta el auto que espera por mí.  Atravesamos la ciudad hasta que llegamos a una zona en la que la vista y el ambiente cambian, en esta zona no hay casas hay mansiones con inmensos y hermosos jardines. Siempre he soñado con llevar una vida como la de las personas que viven en aquellas mansiones ¿y quién no? Me crie contando cada centavo que había, mi madre se esforzó muchísimo para darme una vida decente, estudié gracias a una beca que con mucho esfuerzo logre conseguir y con el mismo esfuerzo mantener, he trabajado para sostenerme en la universidad y poder ayudar un poco a mi madre. Sé que en cuanto me gradué tendré un empleo decente el cual me permitirá tener una vida mejor, pero nunca una vida como esta.  Siento el auto detenerse sacándome de mis pensamientos, al bajarme abro la boca asombrado al ver la imponente construcción frente a mí. Camino hasta la entrada donde ya se encuentra una mujer de unos cincuenta años y vestida de forma muy elegante esperándome. -              Buenas tardes – saludo a la elegante mujer – vengo a ver al señor White. -              ¿Es usted Alexander? – me pregunta y yo asiento – el señor lo está esperando, sígame. Entramos a la casa y yo abro la boca de asombro al ver el interior, la elegancia y el lujo es extraordinario, me siento tan poca cosa rodeado de tanto lujo, pienso mientras caminamos. La señora me guía por la casa hasta que llegamos a una puerta de color negro de dos hojas y toca suavemente con sus nudillos. -              Adelante – la voz del señor White da el permiso desde dentro de la habitación, la señora abre la puerta y me deja entrar. -              Buenas tardes señor White – lo saludó acercándome al escritorio donde el señor White trabaja. – el señor Miller le envía esto – le extiendo el sobre y él lo toma. Jeremy White es un hombre de unos cincuenta y tantos años, muy atractivo y conservado para su edad, su sola presencia exuda poder y seguridad, Además de ser muy tiburón en los negocios lo hacen un hombre de respeto y digno de admirar.  -              ¿es cierto que pediste un ascenso a becario? – me pregunta abriendo el sobre y sacando los documentos. -              Si señor -              ¿algún motivo en especial? – vuelvo a preguntar sin siquiera mirarme. -              Acabo de comenzar mi último año en la universidad y debo tener el respaldo de una empresa para comenzar mi tesis. – respondo un poco temeroso – y me gustaría de verdad que uno de los ejecutivos de White Enterprise me acompañara en el proceso.  -              Es tu día de suerte muchacho, mi asistente personal acaba de jubilarse así que necesito un nuevo asistente y serás tú – me dice y esas palabras por poco hacen que me desmaye. -              Para mí será un honor señor – digo tratando de reprimir mi emoción. -              Te espero mañana a las siete en mi oficina para informarte de todo de lo que te tendrás que encargar a partir de mañana. – sin decir una palabra más salgo de su despacho con una enorme sonrisa que amenaza con partirme el rostro en dos. Recordando el camino por el que entre salgo de la casa y cuando esto por bajar el primer escalón veo un Porsche panamera de color negro aparcar justo detrás del auto que me trajo hasta aquí. De el baja una hermosa chica de unos dieciséis años, va vestida con unos shorts de jean, un buzo negro y tenis blancos.  Su cabello castaño va recogido en una coleta. Me quedo petrificado observándola, es realmente hermosa, sus increíbles ojos azules me observan y justo cuando comienza a subir la corta escalera me regala una hermosa sonrisa que logra que los latidos de mi corazón se aceleren. -              Hola – me saluda cuando llega hasta donde estoy. -              Hola – le devuelvo el saludo y ella pasa por mi lado entrado a la casa dejando tras ella un suave aroma a rosas. ¿Qué acaba de pasar? Me pregunto sorprendido. Al llegar a casa mi madre sale a recibirme como cada día, voy a mi habitación a darme un baño y comenzar a hacer trabajos de la universidad. Ahora que estoy en último año y con este nuevo trabajo debo arreglar mis horarios. -              Hijo vamos a cenar – dice mi madre asomándose por la puerta. Me levanto y la sigo hasta la barra de desayuno que nos sirve de comedor. En casa no hay demasiados muebles, solo un pequeño sofá, no hay comedor, un televisor y ya. Luego está el baño y los dos dormitorios. -              ¿Cómo estuvo tu día cariño? – pregunta mi madre con cariño y yo le cuento todo lo que me paso ese día.   UN MES DESPUES...  Camino por la mansión White de nuevo y como ya es costumbre. El señor Jeremy ha estado un poco enfermo por lo que está dirigiendo la empresa desde su casa así que como su asistente paso más tiempo aquí en su casa. La hermosa chica que vi la primera vez que estuve aquí no ha dejado de rondar mi mente y cada vez que entro a esta casa deseo volver a verla.  Camino por la casa hacia el despacho de mi jefe leyendo los documentos que tengo en la mano cuando escucho su voz. -              Pero papá ¿Por qué tienes que ponerte así? – dice y sigo su voz hasta el despacho de mi jefe. – sabes que no es lo que quiero. -              Pero hija, es tu derecho por naturaleza – escucho decir a mi jefe con ternura – ¿si no eres tu quien lo hará? -              Por dios papá, hay muchos que matarían y mataran por estar al frente de White Enterprise. -              Esta bien hija, sabes que siempre te he apoyado en todo y esto no será la excepción. – responde mi jefe y en ese momento entro al despacho los encuentro abrazados. -              Disculpen – digo haciendo que ellos me observen. Ella al verme se sorprende y vuelve a sonreírme de esa forma tan hermosa que hace que mi corazón se acelere. -              Hija él es mi nuevo asistente – comienza a decir mi jefe – Alexander Black. -              Stormi White – dice ella sonriendo Y siento que estoy en serios problemas. Me gusta la hija de mi jefe.