Jack
—Vamos Nathan, con ese rendimiento no lograrías rescatar ni a una pequeña, duplica la fuerza y deja las salidas nocturnas ¿O prefieres volver a la manada?
Vinimos a la ciudad para ayudar a los humanos, nuestras capacidades nos hacen más resistentes que ellos. Conmigo vinieron siete lobos más, entre ellos Ryan mi beta, y Nathan, quien a pesar de ser fuerte, sus constantes desvelos en las fiestas esta cobrándole factura.
—Lo siento alfa, no volverá a ocurrir, me daré de lleno al trabajo
—Espero que esta vez sea así, quiero dos series más de veinte.
La verdad es que últimamente no hemos tenido ninguna urgencia, la ciudad esta tranquila desde el último incendio en casa de la señora Bermond.
Pobre mujer, no llegamos a tiempo para rescatarla, había respirado demasiado humo, su edad no lo resistió. Al parecer la señora disfrutaba fumar antes de dormir, pero se durmió con el cigarro provocando así un pequeño incendio, al cual cuando llegamos había duplicado su tamaño.
—Jack tenemos una situación, un pequeño edificio en la tercera. No debe tener más de diez a quince departamentos, todos habitados.
Maldición, no debí hablar antes de tiempo. Miro como los muchachos se acercan, aunque Michael habló despacio, nuestra audición es inigualable. Al devolver la mirada a los muchachos, sé que están listos para salir.
—Estén atentos, cualquier error que cometan seria la vida de un inocente. No quiero heroísmos, ¿Escuchaste Robert? Y sobretodo los quiero de regreso sanos. ¿Me entendieron?
Con una afirmación en conjunto nos dirigimos al camión, todo esta listo y es cuando la sirena rompe el silencio de la ciudad.
La tercera se encuentra a quince minutos de distancia y por alguna razón mi lobo esta más inquieto que lo habitual. Quizás algo malo vaya a suceder, espero estar en un error. No quiero perder vidas esta noche, ya sean de los humanos, como de mis lobos. Miro la luna brillando con todo su esplendor esta noche, como anunciando que cambiara algo.
Al llegar vemos como las llamas van creciendo desde el tercer piso. Entonces allí es donde comenzó.
—Robert y Michael al primer piso, Nathan y Logan al segundo. Ryan, nosotros nos encargaremos del tercero. ¿Recuerdan lo que les dije?—Digo eso y sin esperar respuesta me adentro al edificio con los muchachos tras de mi.
Vemos como un señor mayor se adentra junto a nosotros y giro mirándolo molesto.
—No es momento para ingresar, déjenos hacer nuestro trabajo. —La molestia en mi voz es palpable y el hombre parece dudar, pero también parece seguro de no querer salir.
—Solo quería informar de que los ascensores dejaron de funcionar en la tarde, deberán ir por las escaleras. —Solo asiento mirando a mis compañeros, no íbamos a utilizar el ascensor, seria un peligro quedar atrapados allí, pero valoro la valentía del hombre.
A medida que avanzamos puedo oír a alguien gritar e intentar forzar la puerta, miro a Ryan y lo veo ingresando a un departamento, saliendo con dos niños y una mujer, por lo que decido ir camino de donde provienen los gritos.
Una vez frente a la puerta veo como en ella hay un candado por fuera, esto es extraño.
—Señora ¿Se encuentra bien? Estoy aquí para ayudarla, responda por favor. —Al no recibir respuesta solo puedo suponer que algo malo ha ocurrido.
Pateo la puerta dos, tres veces hasta lograr que se abra. No tardo en encontrar a la mujer esta desmayada sobre la alfombra.
Sin embargo no es lo que más me paraliza sino que es como un maldito ángel, tratando de corromperme.
Su largo cabello castaño esta esparcido de forma que pareciera una escena cuidada y su cuerpo envuelto en un pequeño camisón blanco, dejando muy poco a mi imaginación. Logro salir de mi trance recordando el lugar donde estamos, el olor a humo es demasiado y ella no puede seguir respirándolo o será su fin.
Tomándola en mis brazos, noto el poco peso que posee, y con eso me encamino a la salida.
—¿Esta bien?—la pregunta proviene de mi beta, no hace falta mirarlo para que entienda lo que necesito, puesto que comienza a llamar a un paramédico
—¿Están todos bien? ¿Ninguna complicación?—Pregunto intercalando la mirada entre mi beta y el ángel en mis brazos
— Todos bien Jack, todo salió correctamente, no hay bajas.—Asiento mientras le entrego la muchacha a los médicos, en ese momento comienzo a sentir su falta. Eso es extraño, no niego que esta buena, pero debo concentrarme.
Me pongo a ayudar a mis compañeros a poner el fuego bajo control, de extenderse seria muy peligroso.
Por el rabillo de mi ojo veo al hombre que nos informó el desperfecto en los ascensores y me acerco a él.
—Quería preguntarle ¿Por qué el departamento de la joven que ayude estaba con candado desde fuera?—Con eso la cara del hombre se desfigura volviéndose terror puro.
—Eso no puede ser, cada departamento solo puede cerrarse desde dentro. La señorita Williams es la propietaria y ciertamente no pudo hacerlo, puesto que la saco usted inconsciente.
Señorita Williams, entonces es soltera...
— Cuando llegué a su puerta, esta estaba bloqueada por fuera. ¿Sabe si la señorita tiene algún problema con alguien? Quizás alguien de su trabajo
—Imposible, es una persona amistosa y cordial. Y en su trabajo las únicas amenazas son los niños con quien trabaja, por lo que le repito, es imposible.
No entiendo entonces, ese era claramente un atentado y en mi esta notificar a las autoridades. Pero ¿Quién podría tener algo en su contra? A simple vista es un ángel, el hombre dice que es buena persona y al trabajar con niños, no es un riesgo alguno.
— Entenderá que deberé informar a las autoridades lo sucedido. Esto no fue ocasional, sino algo provocado.
—Lo entiendo, pero esto solo podrá aclararlo la señorita Williams cuando se recupere.
Le hago un gesto para hacerle saber que estoy de acuerdo y me encamino a los muchachos.
Al llegar veo al oficial Ordoñez hablando con ellos.
—No es algo casual, esto fue provocado Ben. Al llegar al departamento nueve G la puerta estaba bloqueada desde fuera y la propietaria inconsciente dentro de este. Hablé con el casero y me informó que los departamentos no pueden cerrarse de esa forma. Esa pobre joven estuvo a punto de morir, ya no recibía oxigeno.— El oficial como los demás me miran sorprendidos, al parecer esta información es nueva. De mis muchachos no me sorprende, pero el oficial vaya, que servicio al pueblo.
— ¿Cómo hasta ahora soy informado de esto? Debí ser el primero, creímos que fue un accidente.
— No quiero hacer tu trabajo Ben, pero no fue accidental y si te lo informo hasta ahora es porque uno de los dos si debe cumplir y realizar su obligación. — Incluso yo me sorprendo al hablarle así, no es la primera vez que sucede y hasta ahora he sido tolerante.
—No diré lo que pienso por que eres un amigo Jack, pero cálmate. Te agradezco la información y procederé a interrogar a las partes. —Lo miro mientras se aleja con una postura claramente molesta. No es como si me importara.
—Entiendo tu molestia, la muñequita que traías si estaba bastante buena. Hubiera sido un desperdicio —Molestia es la que siento en este momento mientras miro a Michael.
—Será mejor que reevalúes tus palabras. No olvides con quien estas hablando. Esa chica merece respeto y es algo que no le estas dando. Nos vamos de aquí.
No puedo dejar de pensar en ella, ni en la actitud que tengo. No es mi compañera para tener este sentimiento de protección, o al menos eso creo. No olí en ella mi esencia, a decir verdad, ahora que lo pienso no siento olor alguno. Hay algo que lo bloquea. Pero no puede ser mi compañera, deberé averiguarlo.